Dulce Magia Tormentosa.

Capítulo 33. «Informante»

~Erick~

— ¡Ah! — me despierto gritando, como muchas otras veces lo he hecho. Suspiro al percatarme de que sí, este es un día normal, que todo está bien.

—Toma un poco de agua— me incita Harmony. No sé como, pero ella siempre logra reconocer cuando estoy teniendo un mal sueño. Me pasa una botella de agua con pastillas para el dolor de cabeza, las que siempre suelo tomar.

—No entiendo porque sigo teniendo ese sueño— digo, enojado. Fijo mi vista en la enorme ventana detrás de ella, evitando mirarla—. Es muy molesto. Además, se trata de una escena en específico, se trata de mí descubriendo mis habilidades, descubriendo que soy un Alba. Los sueños como estos se tratan de cosas que no he resuelto, ¿Verdad? Pero yo estoy bien con eso, o al menos... — dudo—, al menos eso creo.

—No estás bien, eso es un hecho. Lo que hay que averiguar es que clase de conflicto tienes respecto a tú vida antes de llegar a la capital.

—No tengo ningún conflicto. Estoy bien con lo que soy y con lo que fui en un pasado. Lo estaré siempre.

—Sólo te mientes a tí mismo— dice, sus enormes ojos me analizan con la misma brusquedad de siempre—. Todavía tienes cosas que resolver sobre tú y tú pasado, y mientras más rápido lo aceptes, mejor será para tí y para todos los que te necesitamos.

No puedo creer que Harmony me hable de esta forma. Sus cambios de humor son cada vez más notorios. En cierta forma, que crea que sabe tanto sobre mí es lo que me pone más molesto. No sabe nada de lo que he pasado.

Nací en la fría Eliombor, una pequeña aldea del norte. Me críe ahí por varios años, hasta que muchas cosas sucedieron al mismo tiempo, todas empujándome a tener que salir de la ciudad.

Mis primeros años no fueron tan difíciles, debido a que mi mamá trabajaba en una empresa textil para poder mantenernos. Todo cambió cuando enfermó. Tuve que empezar a buscar una forma de valernos sin su trabajo, eso fue precisamente por lo que comencé a cazar, y el momento en que descubrí mis habilidades.

Debido a que comencé a hacerme famoso por lo mucho que podía cazar, en el pueblo comenzaron a hablar de mí y de lo talentoso que era. Preguntaban mi origen, preguntaban quién era mi padre, quién era mi madre.

Y es que, hasta ese momento, no sabía quien era mi padre. Tampoco tenía muchas ganas de saberlo, de todas formas.

Tantas habladurías llevaron a que, después de todo, se supiera que mi padre era Rowie Swinton, uno de los más grandes empresarios de la zona.

Las cosas comenzaron a complicarse después de eso. Mucho más de lo que ya estaban. Rowie sólo era influyente debido a que se había casado con Gaia Chipping, una mujer millonaria de familia muy importante.

Cuando los Chipping se enteraron de la infidelidad de mi padre, incluyendo mi existencia, lo desterraron, prácticamente. Mi padre decidió vivir con nosotros, en nuestra pequeña cabaña en el medio de la nada, e incluso me ayudó a cazar por un tiempo.

Fue a la segunda persona a la que le confesé que era un Alba. Nos apoyamos por un tiempo, hasta que decidió que yo y mamá no éramos suficiente y se marchó de nuestras vidas para siempre.

Estuve apoyando a mamá todo el tiempo que pude, pero murió varias semanas después de que mi padre se fue. Tenía una enfermedad muy grave, mentus, y se la detectaron antes de que pudiera detenerse, ya era demasiado tarde.

Una vez ella murió, no tuve nada que me amarrara a Eliombor, por lo que decidí marcharme hacia la capital. Estaba muy mal conmigo mismo, abusaba de mis habilidades, robaba,  maltrataba a Albas y Tenebris sin pensarlo dos veces.