Capítulo 44. «Cinthya»

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El ejército real avanza, Sukira y el rey entre ellos. Una vez llegan a la frontera de la ciudad, él habla.

— ¡Ciudadanos de Solteichn, no tenemos que hacer esto! Una guerra no ayudará en nada. Si hay algo que he estado haciendo mal como su gobernante, puedo corregirlo, pero esta no es la manera. ¡Detengánse!

La risa psicótica de Pan llena el ambiente. ¿Como alguien puede seguirle después de ver su pinta tan malvada?

—No nos detendremos. Somos iguales que ustedes. Tenemos armas, tenemos guerreros, ¡Tenemos dragones!

Al ritmo de sus palabras varios sombras oscuras bajan del cielo. Reconozco a un enorme dragón rojo siendo comandado por Patrick, a una enorme Hydra de tres cabezas siendo manejada por la horrible chica del mismo nombre. Y, al final de ellos, viene un enorme sombra oscura que, estoy segura, será de Pan.

— ¡Nosotros también tenemos dragones! —exclama el rey, manteniendo la compostura a pesar del cinismo de Pan. Nuestros dragones vienen del cielo, incluyendo a Érick, Karina, Gabriel. Me pregunto que pensarán que me sucedió. Se ven tan valientes, tan confiados...

Razor viene detrás de ellos. Pan nota que está solo y, enseguida, se burla.

—No está Diane con ustedes. ¿Cómo ganarán si es así? Ríndanse de una vez.

— ¡¿Dónde estás Diane?! —grita Patrick, suena exactamente igual que un niño pequeño jugando a las escondidas. Contengo la respiración, con miedo. Los que me rodean visten como civiles, afortunadamente, así que no me distingo mucho entre ellos—, tenemos algo que quieres. O te entregas o Cinthya muere. ¡Ahora!

Conforme a las palabras de Patrick, oigo como Cinthya sale de entre la parte trasera del frente llevada por aquellos dos chicos que la sacaron de la celda.

— ¡Suéltenme! —grita, furiosa—, ¡Dejénme ir!

Patrick la ignora. Sigue llamándome por mi nombre, hablando de lo cobarde que soy por mantenerme en las sombras. Voy avanzando entre su desordenado ejército lentamente, un montón de ideas pasando por mi mente.

Ojalá Razor supiera que estoy aquí, pero no creo que sea posible.

Espera, si lo es. Él gira su cabeza hacia mí lentamente, sin levantar sospechas. Agudizo mi visión, nuestras miradas se encuentran, acto seguido, sube al cielo y se va directamente a un lugar desconocido para los demás, pero no para mí.

— ¡Ahora su dragón se ha ido! ¡¿Tan confiados están?! o, deo contrario, ¿Están nerviosos? —una sonrisa socarrona se forma en sus labios, fingiendo confianza. Estoy ya muy cerca de él, a unos diez metros de poder alcanzar a Cinthya.

Entonces, contra todo pronóstico, me hecho a correr, lanzando a todo el que está en mi camino por los aires.

Estoy actuando por pura inercia. Mi cuerpo se defiende solo, esquivando a duras penas un conjunto de cuchillos, hachas y balas que vienen hacía mí.

Llego hasta Cinthya. Ella respira entrecortadamente, algún raro tipo de energía morada sale de sus manos, haciendo que me den escalofríos del miedo. Mi piel está chinita. Mi respiración se entrecorta al momento que, tan rápido como puedo, lanzo una ráfaga de aire a cada uno de los chicos que la rodean.

Voy hasta Cinthya, deshato las cuerdas de sus manos y trato de alzarla cuando, de repente, siento a alguien infiltrarse en mi mente.

—Eres muy inocente —alguien me dice, a juzgar por lo juvenil y confiada que suena, más la capacidad de aquel chico de hacerme volar por los aires y apretar mis extremidades, estoy segura de que se trata de Slaanesh, el chico con el que mi hermano se enfrentará—, te sentí desde que llegaste y he dejado que llegues hasta aquí para ver que harías. Tantas palabras de tí y tan poca acción... me has decepcionado.

Dulce Magia Tormentosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora