Capítulo 24. Parte 2. «Son dorados»

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— ¿Qué quieres? — le pregunto a Vivian. Ella sonríe triunfadora.

—Oye, tranquila, regula ese tono, suenas bastante amenazante y ésta es una sociedad pacífica, ¿Sabes? — contesta, en broma. Luce triunfadora y feliz, sus sentimientos denotan algo muy parecido a eso. A... ganancia. 

—Intentaré ser más amable en el momento en que tú seas amable conmigo— digo. Ella ensancha aún más su sonrisa. 

—No voy a darte un recorrido, ni seré tú guía, ni tú «Hermana de sociedad» eso quiero dejarlo claro— me explica. Frunzo el ceño, ella se recarga en la barandilla de la iglesia. Su largo cabello volando con el viento. Es bastante atractiva, tengo que aceptarlo. 

— ¿Entonces por qué me estás llamando? — pregunto, exasperada, las manos en mis caderas, el ceño fruncido. 

—Porque quería saber como te fue— contesta, entrecierro los ojos, ella sigue explicando—. Ya sabes, con tú honesta confesión. ¿Thor fue bueno? ¿Te creyó? — ríe, divertida—. Oh, ya sé, no te fue bien. Ahora ya no confía en ti, y lo entiendo, porque yo tampoco lo hago. Lo curioso es que él estaba encantado contigo, ¿Sabes? Ahora sólo desconfía.

Descarada. Maldita hija de...

¿Cómo puede decir eso?

Ella sólo quería ponerme esta trampa porque está celosa de mí. Puedo verlo. Puedo sentirlo, en realidad. Muy, muy, celosa.

¿Celosa? ¿Por qué?

— ¿Entonces por qué me tienen aquí sino confían en mí? — pregunto, enojada. A ella le gusta hacerme enojar.

—Porque eres útil. Eres muy útil. Y en caso de que quieras traicionarnos, es mejor tener a los enemigos cerca, ¿No? — dice. Me golpea tan duro que es difícil de creer. Sin más que hacer, suelto todo lo que se me viene a la mente, furiosa:

—Tú quisiste ésto todo el tiempo, estás celosa, querías arruinar lo que teníamos— al oírme su sonrisa se borra, ahora está seria, sintiéndome un poco, levemente, más segura, sigo—. ¿Te gusta? ¿Es por eso qué me alejaste de él? 

«No intentes leerme, no te servirá de nada, aunque lo hagas» manda a mi mente. Ahora las dos estamos mirándonos fijamente, peleando con la mirada. «Sí lo recuerdas, yo también puedo leerte, y tú eres mucho menos talentosa que yo. Ustedes no tenían nada, así que no arruine nada» dice. Trago hondo, tratando de controlarme, pero es que estoy que hiervo de furia.

Aprieto los puños, mientras que me acerco a ella como por inercia. Tengo que insertarle mi puño, pronto. Ella me evade, moviéndose de un lado a otro mientras, literalmente, está carcajeándose. Es la versión real de una bruja malvada.

Una bruja blanca malvada, siendo específica.

¿Es eso posible?

— ¿Cómo puedes...? — pregunto. Ella sólo sigue riendo, no puedo creer lo cínica que es.

—Sólo puedo— dice, antes de dejarme parada e irse. 

Hoy no ha sido un buen día. Ni ayer fue una buena noche.

¡Todo es horrible! 

Me tapo los ojos con las manos, al momento que trato de regular mi rápida respiración.

¿Cómo pudo hacerlo?

Thor creía en mí, creía en lo qué le decía. Pude haberlo hecho diferente, de no ser por esa culebra malvada. Ahora todo será más difícil, todo por ella.

— ¡Hola! ¡Bienvenida! ¡Soy Zack! — alguien me llama. No sé quién es, hasta que lo veo cruzar la salida de la iglesia. Es un chico desgarbado, y pequeño, con rizos rubios y dientes desquebrajados. Es raro. 

Dulce Magia Tormentosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora