Capítulo 24. Parte 1. «No es lo que esperaba»

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— ¡Espera! — me detiene Thor. ¡Creí que nunca lo haría!

Oírlo, su voz, todo junto, es fantástico.

Es un alivio.

Cierro los ojos, me muerdo uno de mis labios, y me giro hacia él. 

Cuándo lo veo de nuevo... 

No es lo que esperaba.

¿Qué está pasando? Se supone que debería de confiar en mí incondicionalmente, y ésto es... 

No es eso. 

Ni siquiera parece enojado, sino que me mira, pero no de la misma forma que antes. Parece que una máscara, una invisible, ha aparecido en su cara, llevándose al Thor bromista de éstos días. 

— ¿Me aceptarás? — pregunto, suena como un chillido. Nunca me había sentido tan emotiva, tan nerviosa, nunca nada había parecido tan necesario para mí.

¿Qué me está pasando?

Él me mira fijamente, su mandíbula apretada, y contesta:

—Me diste lo que quería, así que estás dentro. Haré lo posible por protegerte. Desde ahora, eres una de los nuestros. Pero...— gruñe, acercándose a mí, es más alto que yo, así que tiene que mirar hacia abajo, pero aun así lo siento tan cerca que puedo percibir su aliento—. Que nunca vuelva a pasar algo como esto. Te diremos que hacer en cuanto a estos tipos, pero no vuelvas a actuar por impulso, no sabes en lo que te has metido, ¿Y la razón? No escucharme. ¿Alguna vez realmente lo hiciste? 

—Te escuché. Si no fuera por eso no estaría aquí, no confiaría en ti, cosa que hago— digo. Estoy comenzando a exasperarme. Sé que no le dije las cosas antes, pero tuve que ser cuidadosa.

¿No es así? 

No podía sólo decírselo sin estar segura. 

Ahora estoy segura, y es molesto que no pueda confiar en mí, tal como yo estoy confiando en él.

—Tendré que comprobarlo— dice. Las mismas palabras que hace unas horas estaba usando con Patrick, ahora viniendo de él. Que curiosa es la vida—. Pero, por ahora, es momento de que te lleve a nuestra sede. Sígueme rápido, porque no me detendré a ver si vienes detrás de mí. 

Maldita sea, este Thor no me gusta, para nada. 

Y no es que el anterior Thor me gustara, no de esa forma, pero me agradaba. Pelear y bromear con él había sido divertido y revitalizante. Incluso me había hablado de su pasado, lo quiere decir que confiaba en mí. 

Confiaba, claro, porque ahora sólo hay dudas, dudas, y más nuevas dudas. 

Cuando comienza a caminar, es tan rápido que me cuesta muchísimo alcanzarlo. Pasamos por calles, y más calles, y, cuando veo, estamos saliendo del centro de la ciudad. Pasamos los enormes edificios que rodean la zona céntrica, hasta llegar a la zona más sencilla. Puras casas familiares y coloridas nos rodean, veo mucha más vegetación y luminosidad. Las personas riendo, los niños jugando, las parejas enojadas...

Es en cierto modo mágica, muy diferente a la zona universitaria, que, más que una zona linda, es sencilla.

Thor sigue caminando. Vamos más, y más, hasta que llegamos a una zona abierta. Hay varios edificios, todos elegantes y con grandes jardines, y, detrás de ellos, hay una enorme barranca, un río debajo, un cañón arriba. Calle arriba, hay un puente. Un gran y enorme puente que lleva a una gran y enorme iglesia. Justo en el borde de la ciudad.

La construcción es de piedra gris y blanca, consta de tres naves levantadas sobre un puente de dos arcos que atraviesa el río y que funciona como una especie de plaza. Es gótica, enorme y hermosa. Todo ella es impresionante, y no puedo dejar de pensar en como es que se mantiene viva, es algo muy raro.

Dulce Magia Tormentosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora