Ella descansaba sobre sus piernas, esperando que los niños terminaran de jugar en la placita. Una plaza tranquila, llena de niños, de padres vigilando a sus niños, de pajaritos cantando, rodeada de naturaleza.
Juan Pedro, el niño de la casa, columpiaba a la hija de la mucama. Ella siempre había sido su mejor amiga. Una niña buena, noble y tierna. Su madre los había criado a la vez, apenas entre ellos se llevaban un año y unos pocos meses.
Él le había visto nacer a ella. Ella siempre había sido protegida por él, y ambos eran inseparables. ¿Cómo dos niños tan pequeños podían ser tan unidos? Parecían hermanos de sangre, aunque no lo eran. Sus familias eran muy distintas:
Los padres de Juan Pedro, ambos abogados de prestigio, tenían un bufete justo en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Su padre se llamaba Juan, y su madre Claudia, ninguno de los dos habían puesto el más mínimo interés en estar pendientes en el crecimiento de su hijo. Tres años después de llegar Peter, llegó Bautista, del cuál sus padres tampoco se ocuparon nunca. Siempre era Majo, la mamá de Lali, la que estaba pendiente de los hijos de la familia Lanzani Vargas.
Majo Riera se había quedado embarazada con apenas 18 años, de un hombre bastante más mayor que ella. El pobre hombre estaba tan enfermo que no llegó a conocer a su hija, y murió a los pocos meses de un diagnóstico de cáncer de garganta. La joven madre, quién siempre había sido una de las mejores amigas de Claudia, fue contratada por ella para trabajar en la casa y encargarse del cuidado del pequeño bebé. Con mucho amor, Majo fue criando al pequeño, aunque con el nacimiento de su hija, Mariana, tuvo que empezar a estar pendiente de ambos niños, los cuáles aún eran bebés, y daban mucha tarea todavía.
Y cómo hermanos, fueron criados juntos. En la misma casa, con el mismo amor, aunque siempre hubo una diferencia: él era un niño rico, el cuál algún día sería el heredero del bufete de abogados de sus papás, o tal vez pasaría a ser un empresario de éxito, sin ni siquiera esfuerzo. Pero ella debería buscarse la fama por sí misma, sin ayuda de nadie. Además, ella solo tenía a su madre como única familia. Aunque adoraba a Juan Pedro, con todo su corazón.
Mientras que él jugaba cada día con un autito nuevo, ella siempre jugaba con la misma muñeca. Cuando Peter cumplió los cinco años, comenzó a comer con los grandes, porque como decía Juan, el papá del niño, su hijo ya se estaba haciendo un hombre y debía comer con la familia. Y así, Majo, Bauti, el cuál tenía dos años, y Lali, se quedaron comiendo solos. Y a medida de que pasaban los días, Mariana veía menos al que siempre había sido su mejor amigo: Poco a poco les estaban separando. Ella era pobre, él era rico y no podían estar juntos.

ESTÁS LEYENDO
El Perfume - TERMINADA
FanfictionElla, una pobre huérfana de 15 años. Él, un nene rico de 16 años. La última vez que se vieron, ella tenía 5 años y él 6. Eran amigos, los mejores amigos... pero por culpa de sus familias, se distanciaron. Una auténtica historia de Romeo y Jul...