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— ¿Por qué decís eso Peter? — le pregunté muy sorprendida.

Peter negó con la cabeza.

— Me voy a ir a casa... Espérame a las 7 y cuarto de la tarde, en cuanto salga del castigo vengo para acá, ¿si? Vos espérame — me dio un beso en la frente y salió de mi cuarto. Nada más salir, Euge entró:

— ¿Qué pasó? Se fue rápido.

— No, no nos peleamos. Solo que le mostré una foto de chica y se sorprendió.

— ¿Tan fea eras? — me preguntó Euge riendo.

— No tonta, dice que le resulto familiar.

— ¿Familiar? Familiar como la pizza — Euge rió fuerte y yo revoleé los ojos. No podía ser más estúpida.

— Déjalo — me levanté de la cama —. ¿Ya está lista la comida?

— Sí, eso creo porque ya huelo a gratinado de Cris, así que vamos abajo.

Euge y yo bajamos a la cocina. Ya todas estaban sentadas a la mesa.

— ¿Vino a verte tu novio Lali? — me preguntó inocentemente Guada.

— No es mi novio chiquitina, es mi amigo.

— Amigos con derechos — jodió Rochi.

— No nena, tan solo somos amigos, no jodan con eso de que somos novios porque es mentira.

— Lali, no te conviene alterarte, ¿si mi amor? — me recomendó Cris. Entonces yo me callé. Y al ratito, empezamos a comer el exquisito gratinado de Cris, mientras yo, como siempre, pensaba en Peter Lanzani, el amor de mi vida...

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Narra Peter:

Cuando llegué a casa comencé a rebuscar entre los recuerdos del sótano. La cara de Lali de chiquita, ¡yo la había visto! ¡Yo la conocía! ¿Y si éramos familiares lejanos y nunca me lo habían dicho? Y por eso no querían que estuviéramos juntos...

Saqué más fotos antiguas y comencé a ojearlas todos, y de pronto, allí estaba ella. Lali. Era ella. Tan linda, tan pequeña, con esa linda sonrisa, esos ojos hermosos... y de mi mano.

De repente sentí una mano en mi hombro, una mano fría que me congeló toda la sangre del cuerpo.

— ¿Qué estás haciendo Juan Pedro? — era mi padre, el cuál aún, no se había ido al aeropuerto a tomar el avión, pues este salía a las 5, y aún eran las 2 y media.

— Veo fotos.

— Dame esas fotos, por favor — dijo mi padre arrancándomelas de las manos.

— ¿Por qué me las sacas papá? ¿Por qué me ocultan cosas? Yo ya soy un hombre.

— Si fueras tan hombre, sabrías lo que te convenía y lo que no. Y sabes que esas son fotos que no te conviene mirar.

— ¿Qué les pasa con Lali papá?

— Nada, esta no es Lali.

— ¡Sí que lo es! ¡Ella me mostró una foto de cuando era chiquita y es exactamente igual!

Entonces mi padre me pegó una cachetada fuerte en la cara. Nunca antes me había pegado, y eso me dolió en el alma:

— Sube a tu cuarto, ¡ya!

— ¿Quién era Lali? — insistí. Me daba igual que me pegara otra vez, no podía soportar más mentiras.

— ¡NO TE INTERESA! — me gritó muy fuerte.

— ¡Decime papá!

— Bueno, esta bien. Es la hija de la mucama, la que nos robó un montón de cosas, entre ella el anillo de compromiso de mamá y tu pulsera de oro de cuando eras bebé. Todo para venderlo, para pagarse la droga, seguramente, muriera de una sobredosis.

— Lali no me dijo eso... — en ese momento, yo estaba completamente pálido, no podía creer lo que estaban escuchando mis oídos.

— ¿Ah no? ¿Y qué te dijo?

— Que se había muerto de una enfermedad terminal.

— Tan mentirosa como su madre, que familia... ¿Ves hijito? No te conviene esa clase de gente, nosotros somos personas de bien, de familia, y ellas, ¿qué es una madre que desatiende a su hija para pagarse la droga?

Me mordí el labio, callando todo lo que tenía para decir y salí del sótano. Todo había sido una mentira...

(Recomiendo que sigan a ALAI_MAR y Cipriano_Jev mis ganadoras de la primera edición de los Marine Awards. Felicidades Chicas!)

El Perfume - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora