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La mañana transcurrió tranquila. Yo estaba feliz además porque Peter no estaba enojado conmigo. Después de clases, todas nos fuimos a comer a la residencia, y después, yo tuve que regresar a las 5 para cumplir mi castigo. Peter ya estaba esperando allí, parecía ser más puntual que yo siempre.

— Hola — le dije al llegar formando una enorme sonrisa con los labios.

— Hola linda — me responde. ¡Linda! ¡Me dijo linda! ¡Peter Lanzani, el chico más popular del Rockland me dijo linda! Y antes me dijo te quiero... no puede ser más tierno de lo que es, de verdad...

— ¿Preparado para cuidar a los nenes?

— Y sí, no me queda otra, bueno, no nos queda otra.

— A mí me gustan los nenes — dije sincera —. Cuando estaba en el orfanato, había un montón de nenes chiquitos... te daba tanta pena que se hubieran quedado sin mamá que terminaban siendo como tus hermanitos.

— Vos pensás así porque sos muy noble. Yo veo un nene chiquito y salgo corriendo. A mí hermano porque le estuvieron cuidando las criadas hasta hace poco, pero si me hubiera tocado cuidarlo a mí, me hubiera muerto. Por eso, cada vez que pienso que, que igual voy a ser padre... me quiero morir te juro.

"Ay, si vos te morís yo me muero con vos hermoso" pensé para mis adentros.

— Entiendo. Debe ser muy duro tener un hijo con tu edad... a mí ni se me pasó por la cabeza, ni siquiera me han besado todavía — dije sincera, no me importaba que Peter supiera la verdad.

— ¿No? — me preguntó sorprendido —. ¿Ni de chica?

Negué con la cabeza.

— Pues mi primer pico fue... ¿Te acordás de la mucama de la que te hablé? — yo asentí con la cabeza —, con su hija. Bue, eso me contó mi mamá, pero yo no me acuerdo bien la verdad. Ojalá pudiera volver a ver a esa nena, tal vez ella si se acuerda del primer pico que nos dimos.

— ¿Y por qué no les preguntas a tus padres sobre ella? Es decir, tal vez ellos si saben dónde están esa nena y su mamá.

— Mis papás terminaron odiándolas, creo que no les va a gustar que saque el tema Lali.

— ¿Y si investigas?

— Buena ayuda, ¿me ayudas?

— Ya voy a ayudarte en lo de Mery...

— Te deberé dos favores, por favor Lali... — me suplicó. 

— Está bien — finalmente me convenció, aunque lo de esa nena me puso un poco celosa.

— Esa es mi amiga, mañana comenzaremos con nuestro plan.

De repente, vino Emilia y nos llevó con los nenes. Aquella tarde la pasamos genial jugando con ellos. Peter conseguía entretenerlos muy bien, por más que no le gustaran los nenes, lo chía muy bien jugando con ellos. Después me acompañó hasta la residencia. El martes, comenzaríamos a investigar juntos en su casa, pues sus padres no regresarían del viaje a Cancún hasta el domingo por la tarde.

Aquella noche, después de cenar, comencé a encontrarme muy mal. Vomité un par de veces, y tuve una fiebre alta antes de dormir. Cris estaba muy preocupada, al igual que las chicas. Me dijo que si seguía así, al día siguiente llamaría al colegio para avisarles de que yo no iba a poder ir. ¡Pero yo tenía que ir al colegio! ¡Tenía que ayudarlo a Peter!

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Flashback:

— Dale Juan, ¿lo tenés todo listo ya?

— Sí, por ahora ya está todo preparado. Ese Carlos va a pagar bien todo lo que me hizo. Gracias a Dios, el gestor estuvo de mi parte y firmó que esa casa iba a ser mía cuando ese estafador muriera.

La mujer se acarició la panza. La faltaba menos de una semana para dar a luz:

— ¿Estás seguro de que el perfume ese va a tener un efecto rápido?

— Sí, eso creo. Hasta se contagia por el agua. Vos solo fijate en la casa tan tan linda que vamos a tener, en los jardines paradisiacos en los que va a crecer nuestro hijo Claudia. 

— Sí muy lindos...

— Ahora si que Majo va a pasar de vivir como una reina a vivir como una vulgar mendiga. Va a tener que terminar trabajando para nosotros mi amor, ya lo verás.

— Tampoco seas malo, ella fue mi mejor amiga de la infancia.

— Y Carlos mi mejor amigo, pero por su culpa, me quedé sin plata, porque le hice caso, y por su culpa nuestra empresa quebró. Todo nuestro trabajo se fue a la mierda en instantes por culpa de la bolsa, pero cómo el rico de su papá le dio un trabajo, en vez de hundirse como nosotros, ahora están viviendo como reyes en esta mansión. Y no voy a dejar que mi hijo deje de vivir como un rey por culpa de ese cara dura de Espósito.

Clau cerró los ojos, por mucho que la doliera, sabía que Juan, su marido, tenía razón.

Fin del Flashback

El Perfume - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora