Capítulo 6

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Estoy acostado

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Estoy acostado. O al menos creo que lo estoy. Estoy en algún tipo de superficie blanda. Suave y acogedora. Huele bien. Sí, estoy bastante seguro que se siente como un colchón. Pero también se siente como si estuviera flotando en una nube esponjosa. Puedo oír cosas, hay música suave tocando de fondo, pero parece que está muy lejos. Estoy tibio, caliente. Incluso en mi mente lenta, sé que nunca he sentido esto en mi vida. Estoy relajado. No puedo explicarlo. Sólo sé que quiero que esta sensación, nunca desaparezca.

Probablemente debería abrir los ojos y tratar de despertar, por lo menos. Pero me siento tan bien que mantengo mis ojos cerrados. Hay una voz en el fondo de mi mente que está diciéndome que algo no está bien. Que debería estar preocupado, muy preocupado. Pero no quiero escucharla. Trató de cerrar mi mente y concentrarme sólo en lo que mi cuerpo esta sintiendo.

Quiero relajarme y disfrutar de lo que sea que es esto.

No consumo drogas, pero estoy bastante seguro que voy a comenzar a hacerlo si esto es el resultado de ellas. ¿Acaso bebí demasiado? No, si lo hubiera hecho me sentiría más como una serpiente de cascabel siendo molestada, y no como una oruga dentro del capullo en algún lugar... Un lugar que huele tan jodidamente bien. ¿Qué demonios es ese olor? Me gusta. Estoy bastante seguro de que si fuera capaz, me excitaría. Por primera vez en mi vida, siento que tal vez no tengo la energía para lograr tener una erección... Y me siento tan bien que ni siquiera me importa.

¿Qué es lo que había estado haciendo? ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado y como puedo hacer que suceda de nuevo?

— Christopher —una voz ronca invade mi estado de paz.

Perezosamente abro un ojo y de inmediato desearía no haberlo hecho. Mierda. Mierda. Doble mierda.

Trató de alejarme del hombre que se alza sobre mí, pero mis miembros se sienten como mantequilla que han dejado en el sol. Mis brazos no funcionan. Mis malditas piernas no funcionan. Lo único que está funcionando es la maldita voz dentro de mi cabeza, que me está gritando que corra por mi puta vida. Bueno, mierda. Estoy desnudo. Sí, desnudo y en la cama de otro hombre. Yo no pertenezco a las camas de otros hombres. No, no yo.

Especialmente no a la cama de Nathan Holden. Un hombre al que le gusta golpear culos desnudos de otros hombres.

— Calmate, Christopher. —Dice Nathan con esa voz profunda y sexy. — Vas a sentirte débil después de nuestra escena. Es natural, así que no te alarmes. No te muevas. —ordena, mientras se vuelve para buscar algo. Antes de que pueda considerar intentar al menos resbalar por la cama y arrastrarme hasta la ventana para poder saltar a mi futura muerte, él está de vuelta ofreciéndome una botella de agua. De ninguna manera voy a beber esa mierda. Estoy seguro de que tiene droga. Igual que cualquier cosa que haya bebido anoche. Tuve que haber sido drogado. Por eso me siento débil. Y tan jodidamente maravilloso.

Oh, mierda. ¡La escena! Realmente había dejado que otro hombre me azotara en el culo con una fusta. Frente a una multitud. Prácticamente desnudo. Estoy bastante seguro de haber suplicado por ello. Vuelvo a mirar la ventana, calculando si puedo saltar de ella, antes de que Nathan me atrape y me lleve de vuelta a su cama. Claro, moriría desnudo y humillaría a mis padres y abuelos. Pero ese sería su puto problema con el que lidiar. Por primera vez en su vida, tendrían que lidiar conmigo rompiendo sus reglas. Aunque técnicamente, supongo que no estaría rompiendo las reglas. Mi madre siempre dice que use ropa interior limpia en caso de que ocurra un accidente. Supongo que no tener ropa interior es mejor que tener ropa interior sucia.

QuarterbackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora