Capítulo 16

11K 833 65
                                    

Mientras camino pesadamente fuera del campo después de la práctica, no puedo evitar la gran sonrisa tonta que se extiende por mi rostro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras camino pesadamente fuera del campo después de la práctica, no puedo evitar la gran sonrisa tonta que se extiende por mi rostro. Después de lo que sucedió entre Nathan y yo, el otro día, esperaba volverme loco apenas al llegar a mi departamento. Quiero decir, lo deje tocar y meter los dedos en lugares que nunca imagine... y me gusto. Mucho. Me gusta Nathan.

No puedo explicarlo, pero siento que me han quitado un gran peso de encima. Incluso los almuerzos con mi familia no han sido capaz de arruinar mi estado de ánimo.

Las clases de hoy han ido bien, no han sido tan aburridas como de costumbre. Yo llamo a eso una victoria. La práctica ha sido mejor de lo que hemos tenido en semanas. Mi mente está clara y enfocada. El entrenado rara vez sonríe, pero hoy sonrió, maldita sea. Una pequeña sonrisa que ha intentado ocultar, pero todos la hemos visto. Y me alegra saber que soy parte de la razón que la puso en su cara.

Así que cuando entro al vestuario, soy el jodido rey de las sonrisas.

Esta tarde, he quedado con Nathan en su sala de juegos. Hemos hecho un montón de mierdas, pero el aun no me ha follado, o puesto su pene en mi boca, estamos yendo dolorosamente lento. No es que me queje, pero algunas veces he pensado en gritarle lo que realmente quiero cuando estamos en su sala. Así que en un momento entre mi tercera y cuarta clase, se me ha ocurrido un plan mucho mejor.

— ¿Por qué demonios sonríes tanto últimamente? —pregunta Harry mientras empieza a desnudarse en el instante en que ponemos un pie en el vestuario. Se encuentra totalmente desnudo antes de llegar incluso a su casillero. Juro que no tiene una onza de vergüenza en su cuerpo. Aunque no tendría por qué tenerla, quiero decir, él es jodidamente impresionante.

Sí el mundo de las ventas se guiara por el aspecto de una persona, Harry podría venderle hielo a los esquimales. Arena a los árabes. O venderles agua salada a los deshidratados sin ningún problema.

— Bueno, eso no es de tu maldita incumbencia. —le digo mientras me quito mi uniforme y envuelvo una toalla en mi cintura, dirigiéndome a las duchas.

He pensado que quiero a Nathan en mi departamento. Mi santuario. Quiero que me vea en mi elemento. Ah, y también estoy bastante seguro que voy a rogarle que me folle esta noche. No voy a sentarme y meditar si quiero esto o no, estoy bastante seguro que lo necesito. Puedo sentir que hay algo más pasando entre nosotros. Lo quiero. Mi cuerpo lo quiere. Estoy bastante seguro de que mi corazón también lo quiere, pero todavía no estoy listo para explorar eso.

Mientras camino a través de las duchas, estoy nervioso repentinamente. No tengo condones ni lubricante en mi departamento. ¿Cuándo fue la última vez que cambie mis sábanas? ¿Estoy realmente listo para cruzar la línea de la que estoy seguro que no volveré? Demonios, sí, lo estoy. No tengo mucho tiempo para sentarme a pensar. La graduación está prácticamente a la vuelta de la esquina, y el tiempo no será suficiente para estar con Nathan.

— ¿Cuál es la prisa, quarterback? ¿Tienes una cita caliente? —pregunta Harry, enviando una sonrisa cómplice en mi dirección. Bastardo. Estoy bastante seguro que sospecha algo.

QuarterbackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora