La línea muere en mi oreja finalizando nuestra conversación. Me quedo parado frente a las ventanas de mi oficina viendo al horizonte de Baltimore sin realmente mirar nada en absoluto. No es que la vista no sea asombrosa, a decir verdad tengo una de las mejores vistas de la ciudad. Pero en este momento estoy totalmente sorprendido de que Christopher me haya invitado a su casa.
Mil veces quise preguntarle a Leo que había en el departamento de Christopher que lo hacía ponerse tan nervioso, pero mil veces me mordí la lengua. Quiero saber todo sobre Christopher, pero he decido que toda la información la debo obtener de él y solo de él. Sí, antes hice una investigación sobre él en internet, pero solo fue porque me había cautivado lo suficiente para buscarlo. Además eso no me dijo más allá de su nombre completo y quienes eran sus padres y algunas imágenes de él en el campo.
Quiero aprender todo sobre Christopher Lowell y quiero que sea él quien me dé la lección. Quiero saber qué es lo que lo hace sonreír y reír. Sus programas y comida favorita. Y quiero saber sobre sus sueños y objetivos. Sé que no debería sentirme de esta manera, no después de conocerlo por un periodo tan corto de tiempo. Y definitivamente no, después de saber cuántos secretos le gusta conservar. Demonios, incluso yo soy un secreto. ¿Voy a serlo siempre? ¿Estoy dispuesto a vivir en la obscuridad solo por él? Sinceramente, no lo sé. No soy el tipo de hombre que se enamora. He tenido un montón de sumisos antes, unos incluso por un tiempo considerable, pero los deje cuando comencé a notar que esperaban más de mí que solo jugar nuestras escenas. No soy del tipo que forma relaciones o se apega a alguien. Me gusta jugar con hombres que saben lo que quieren, sin embargo, aquí estoy. Balanceándome en un barco inestable, dentro del océano que es Christopher Lowell. Él es todo lo contrario a lo que me gusta y sin embargo estoy rendido a él.
No me gustan los mentirosos. Las personas que se mienten a sí mismas. Las que no saben lo que quieren. Las que no pueden aceptarse como son. Las personas que solo se preocupan por lo que dirán los demás. Christopher es todo eso, y aun así estoy decidido a navegar en sus aguas incluso a sabiendas de que probablemente mi barco colisionara y voy a ahogarme en él.
Voy a arriesgarme, no hay duda de eso. Aunque sé que las probabilidades de que mi corazón sea roto por la mitad sean muy altas. Pero si Christopher es mi recompensa entonces no hay forma de que no salte al vacio por él.
Quiero a este hombre con una intensidad con la que nunca he deseado a nada ni a nadie. ¿Qué es lo que tiene él que me vuelve absolutamente loco? Sinceramente, no lo sé. Es hermoso, eso es verdad. Pero he estado rodeado por una buena cantidad de hombres hermosos y dispuestos antes, sin embargo no reaccione de la misma forma en la que he reaccionado por él.
Trato de no pensar demasiado en el golpeteo irregular en mi corazón mientras tomo una ducha y me arreglo para mi cita con Christopher. Demonios, tengo una cita. Es algo que realmente nunca espere, pero me gusta. Mientras cojo una botella de vino y me aseguro que el plato de comida de Alexa esté lleno y el agua también, mi mente no deja de repetirme que tengo una cita. Voy a una cita. No tengo citas. No. Yo tengo sexo sucio y pervertido al estilo BDSM. Pero una extraña voz en mi cabeza me dice que las citas están a punto de ser mi nueva cosa favorita en el mundo.
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Quarterback
Romance- No voy a ninguna jodida parte contigo, -me quejó. A la mierda si caigo en su trampa. - Bien, entonces deja que te lleve mi conductor. -él camina en dirección a la puerta, antes de detenerse, gira y vuelve a mirarme. - Ah, y ¿Christopher? Te veré...