Capítulo 24

9.7K 798 119
                                        

Nunca habría imaginado que el sexo fuera de una escena o un cuarto de juegos podría ser tan satisfactorio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nunca habría imaginado que el sexo fuera de una escena o un cuarto de juegos podría ser tan satisfactorio. Pero lo es.

Christopher esta acostado a mi lado. Su respiración es cada vez más lenta a medida que el sueño intenta alcanzarlo. Considerando el tiempo que hemos pasado follandonos y que el sol está a solo un par de horas de salir, entiendo que él este cansado. Sin embargo, yo no lo estoy. Podría pasar toda la noche y todo el día despierto solo por ver a Christopher de esta forma. Desnudo y en la cama conmigo

Acaricio con mis dedos su espalda suave y cálida mientras repito en mi mente todas las cosas que hicimos esta noche. Él me sorprende continuamente. Creí que tendría que ir con pasos lentos con él, pero la verdad es que una vez que Christopher decidió que íbamos a explorar su sexualidad, se tiro de lleno a ello. Su cuerpo toma cada gota de lo que le doy y mendiga por más. Y no voy a mentir y decir que no me gusta empujar todos los botones correctos para volverlo loco de lujuria.

En lo profundo de mis pensamientos, casi pierdo su pregunta.

— ¿Qué es el asado?

Miro hacia abajo para encontrarme con el azul perezoso en su mirada. Creí que él podría estar bromeando o algo parecido. A pesar de que parece que está a punto de derrumbarse en la tierra de los sueños, él parece muy serio acerca de su pregunta. ¿Cómo demonios sabe Christopher lo que es el asado? ¿Dónde coño lo ha escuchado? Espero como el infierno que él no esté buscando información BDSM en sitios al azar nuevamente. La mayoría de lo que hay en ellos es basura.

— ¿Dónde escuchaste eso, Christopher? —pregunto. Me siento como un padre que ha escuchado a su hijo decir una mala palabra que ha aprendido en la escuela.

— Harry me hablo sobre ello el otro día. Lo hizo parecer como si fuera algo que pudieras disfrutar. Parecía bastante animado sobre ello, sin embargo no quiso decirme que es lo que era. —Christopher se encoge de hombros como si el tema no le importase más—. Solo... yo solo... me preguntaba si era algo que necesitamos probar en algún momento. ¿O ya lo hemos hecho?

Sonrió. Porque algunas veces olvido lo inocente que aun es este hombre en el mundo del BDSM.

— No, Christopher. No es algo que hemos hecho antes. Ni siquiera estoy seguro que sea algo para lo que estés preparado. —respondo. Demonios, ni siquiera sé si es algo para lo que yo estoy preparado. Aunque he hecho el asado muchas veces antes, nunca había estado con alguien que realmente me importara. Alguien de quien me estoy enamorando. ¿Puedo compartir a Christopher con otro hombre? No sé si estoy seguro de querer compartirlo con otro hombre.

Christopher frunce el ceño hermosamente antes de decir;

— Claro, no estoy preparado para eso aun, porque aun sigo dudando en las escenas o gritando mi palabra segura cada dos minutos. —Refunfuña con una sonrisa—. Estoy bastante seguro de que le he dado una patada en las bolas a esta saga de sexo gay BDSM que estamos viviendo. Tomo todo lo que arrojas en mi dirección y amo cada maldita parte de ello. ¿Por qué demonios no me gustaría eso?

— Involucra a tres hombres. —respondo secamente, esperando que eso lo haga cerrar la boca.

— Oh... oh. —murmura, sacudiendo la cabeza. Hay algo en su expresión que no puedo descifrar. Su rostro parece preocupado, pero su mirada perdida me hace pensar que él lo está considerando. ¿De verdad quiere que hagamos un trió? ¿Quiero hacer un trío? — ¿Tres hombres haciendo qué? —pregunta finalmente—. ¿Abrazándose? —Dice en un tono más alegre— ¿Jugando a las cartas? ¿Al golf? Espero que al golf no porque soy muy malo en ello. Es un deporte jodidamente aburrido.

Jodido bastardo inteligente.

— Solo imagina, —comienzo—. Que estas en tus manos y rodillas y hay un hombre detrás de ti, follandote el culo mientras otro hombre te folla la boca. ¿Alguna vez has visto un cerdo asado? Esa es la idea prácticamente, sin que te quemen por supuesto.

— Por supuesto, —responde sarcásticamente. Luego, después de una breve pausa, agrega; — ¿Lo has hecho alguna vez antes?

— Sí. —respondo sinceramente—. Muchas veces. ¿Es algo que podrías considerar hacer, Christopher?

No estoy seguro si estoy enojado o encantado. Probablemente una mezcla de ambas. Una maldita probabilidad de que esto sea una mezcla peligrosa. Deteniéndome a pensarlo mejor por un minuto, me doy cuenta que estoy molesto. La idea de que otro hombre tenga a Christopher no me sienta bien. La idea de que Christopher este de acuerdo con que ocurra no me sienta nada bien.

— ¿Quién me follaría?

— Solo yo. —gruño posesivamente—. Tu culo me pertenece. Eres mío, ¿entiendes?

— Bien, entonces es mejor que me mantengas satisfecho. —dice con una sonrisa soñolienta. Su rostro se entierra en la curva de mi cuello—. Aunque puedo decirte, que tú realmente no estás listo para intentar el asado. Está bien, Nate. Quiero decir, ambos sabíamos que el alumno superaría al maestro, ¿no?

Mierda. Él va a arrepentirse de esas palabras. Por supuesto no dudo que ese haya sido su plan desde el principio. Sé cómo manipular a las personas... y sé cuando estoy siendo manipulado. Joder, he creado un monstruo. Un monstruo hermoso. Pero al fin y al cabo un monstruo.

Desconozco el juego al que Christopher está jugando. Se supone que es un hombre que está en el armario y planea quedarse de esa manera. ¿Por qué parece como si quisiera avanzar mucho más allá de su exploración sexual?

No tengo la respuesta para eso, solo preguntas y más preguntas que se arremolinan dentro de mi cabeza. Lo único de lo que estoy seguro es que no voy a ser yo quien lo forzara a salir del ajustado molde en el que lo han metido sus padres. No, él mismo es quien tiene que hacer ese movimiento.

Sí Christopher quiere explorar esta nueva faceta de su sexualidad y jugar en esta escena que ha sugerido, entonces tengo que encontrar a un hombre que no tenga conexiones con la política de Maryland o la familia Lowell. Alguien en quien confié mi propia vida, para así poder confiarle el secreto de Christopher.

Y demonios, si no tengo al hombre adecuado para ello.

QuarterbackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora