Cuando el equipo de Christopher sale nuevamente al campo de juego, la multitud se vuelve loca. Sus ojos se dirigen por primera vez a la sección de nuestros asientos donde estoy con sus padres y Leo sentados a mi lado. Sé que no hay forma de que él pueda ver realmente si estoy en este lugar o no. A pesar de que estamos en una buena sección, no estamos ni de cerca de estar junto al campo, y hay tanta gente a nuestro alrededor que desde su distancia todos debemos ser una mancha constante en movimiento.
Sin embargo él coloca dos dedos sobre sus labios y envía un beso en mi dirección. Y sé, sin lugar a dudas que es un gesto guiado de fe ciega.
La multitud se vuelve loca cuando la cámara capta el momento exacto de su gesto y el momento íntimo es trasmitido en las enormes pantallas que están montadas sobre las gradas. Él se coloca su casco rápidamente para ocultar el rubor hermoso que se expande en sus mejillas.
Joder. Él me ha lanzado un beso frente a miles y miles de personas. Él no solo ha dicho que soy su novio a todo el país, si no que me reconoció enviando un gesto de afecto frente a una multitud probablemente muy homofóbica.
Observo a Christopher correr junto a sus compañeros de equipo, uniéndose en un círculo antes de gritar y esparcirse a través del campo. Leo y el padre de Christopher han obtenido mucha diversión a mi costa. Se han reído de mí sin parar desde el primer silbatazo de salida. Ha quedado muy claro desde el primer momento que no sé una mierda de futbol. Y por primera vez en mi vida, siento que soy el estereotipo de un hombre gay. Debo decir que Leo intento explicarme un poco sobre el juego para que no estuviera totalmente perdido en esto, pero tan pronto como comenzó a hablar, sentí como si me estuviera hablando en un idioma extranjero, así que le dije que se callara la maldita boca y me dejara admirar la vista de mi hombre en esos ajustados pantalones.
Desde el primer momento en el que Christopher salió al campo he seguido cada uno de sus movimientos. Algunas veces es difícil, porque el campo es un borrón de tipos con uniformes y solo logro localizarlo rápidamente por el numero dieciocho en su camiseta. Eventualmente escucho los comentarios de los hombres que narran el juego y mi pecho se llena de orgullo cada que hablan acerca de lo rápido que es o lo impresionante que es su brazo.
El padre de Chris y Leo juran que Chris está dando un juego inteligente. No tengo ni idea de a que se refieren, pero tendré que confiar en su palabra. A mi costado se encuentra la madre de Christopher. Durante el juego se ha comido tres hot dogs y una bandeja de nachos con queso extra. También maldice como marinero la mayoría del juego. Ella me agrada. En realidad me gusta mucho esta mujer. Puedo ver de dónde saca Christopher su boca desagradable y su personalidad traviesa.
— El entrenador probablemente sacara del juego a Christopher en el último cuarto. —me dice Leo.
Mis cejas se juntan en un ceño fruncido.
— ¿Por qué? ¿Ha hecho algo mal? —inmediatamente mi furia se enciende con ese entrenador desconocido. ¿Cómo diablos se atreve?
Leo se ríe y niega con la cabeza.
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Quarterback
Romance- No voy a ninguna jodida parte contigo, -me quejó. A la mierda si caigo en su trampa. - Bien, entonces deja que te lleve mi conductor. -él camina en dirección a la puerta, antes de detenerse, gira y vuelve a mirarme. - Ah, y ¿Christopher? Te veré...