— ¿Quién eres? —pregunto estúpidamente, mirando a mi padre bajo una nueva luz.
— Oh, bebé. —Mi madre aprieta sus brazos alrededor de mí—. Él es el hombre del que me enamore. El verdadero él. Tu abuelo lo ha mantenido cautivo bajo su tiranía tanto tiempo que temía no volverlo a ver nunca más. —ella extiende un brazo libre y atrae a mi padre a un abrazo con un solo brazo y después lo besa en los labios. Hay tanto amor y cariño en solo un pequeño beso que siento que me abruma. Jamás he sido testigo de algo así entre mis padres. — Eres tan hermoso, amor. Totalmente quería que patearas su anciano y decrepito trasero.
Mi padre se ríe y la besa nuevamente.
— Dudo seriamente que deje caer las cosas tan rápido, creo que al final podrás obtener tu deseo, querida. —él la besa en la mejilla y después centra su atención en mí. Sus ojos azules son una gran similitud con los míos y la tristeza en ellos también es similar. Nunca lo había notado antes quizá porque había estado demasiado sumergido en mi propia miseria. Siempre he pensado que este hombre estaba decepcionado de mí, jamás creí que estuviera decepcionado de sí mismo todo este tiempo. — Lo siento mucho, hijo. Lamento haber dado un paso atrás y dejarle que él hiciera contigo lo mismo que hizo conmigo. Siempre he querido mucho más para ti. Pero no tenía el valor de dar un paso al frente y decirle que te dejara vivir tu vida de la forma en la que tú quisieras. Al igual que mi padre trate de resolver todos nuestros problemas con dinero. Pensé que cuando te diera tu fondo fiduciario saliendo de la escuela secundaria y no tuvieras que depender del dinero de nosotros directamente nos dirías que nos fuéramos a la mierda. Tu madre y yo estábamos destruidos por el hecho de que quizá no podríamos volver a verte. Pero eso era mejor que saber que seguías bajo el yugo de mi padre. Queríamos que huyeras lejos y no miraras atrás. Pero no lo hiciste. Te quedaste aquí y trataste con todas tus fuerzas ser el hijo perfecto. Y yo simplemente te deje serlo.
¿Mi fondo fiduciario? ¿Fue por eso que me dio una cantidad ridícula de dinero al iniciar mi primer año de universidad? Creí que era para que no me faltara nada y pudiera concentrarme en mis estudios y el futbol. Hay tantas cosas que necesitan ser habladas entre nosotros. Mentiras que han creado barreras impenetrables. No estoy de acuerdo por la forma en la que mis padres han manejado las cosas hasta el día de hoy, pero tampoco puedo juzgarlos porque yo tampoco he tenido el coraje suficiente para enfrentarlos. ¿Es posible que comencemos a avanzar y olvidemos el pasado poco a poco?
— Ambos lo sentimos mucho, Chris. No esperamos que nos perdones algún día... —susurra mi madre.
— Esta bien mamá. Hicieron lo que tenían que hacer, supongo. Es bueno que se haya acabado. —la tranquilizo. Miro a mi padre. — ¿Viste las fotos? —le pregunto. Busco en sus ojos la repulsión o la ira, pero no hay nada. Él asiente.
— Sí. Tu entrenador me llamo a su oficina y nos ha contado lo que sucedió. —sus ojos miran tímidamente a mi madre y después a mí. — Solo las miramos para poder ver si había algo en las imágenes que nos ayudara a encontrar al responsable de esto. —sus mejillas se tiñen de rojo y siento que las mías también—. Hijo, tienes que saber que no me importa si te gustan los hombres o las mujeres. O ambos. Estoy tan malditamente agradecido de que seas capaz de amar después de la mierda por la que te hemos hecho pasar. No has tenido buenos modelos para aprender cómo hacerlo. Lo siento mucho. —Miró a mi madre y él debe ver mi sorpresa, porque rápidamente enmienda sus palabras—. No me malinterpretes. Amo a tu madre. Demasiado. Gracias a ella fue la única vez que me he revelado contra mi padre. Él había elegido una esposa para mí, proveniente de una buena familia, lo suficientemente rica como para fusionar nuestras fortunas y construir un imperio indestructible. Pero yo la odiaba. La odiaba porque ella no era Mireya. Fue la única vez que tuve el coraje suficiente para enfrentarlo, porque por primera vez amaba algo más que mi miedo. Él estaba tan enojado que creí que por un minuto me negaría y patearía mi culo fuera de nuestra familia. Pero no lo hizo, al final acepto que me casara con ella. Así que como tenía a Mireya a mi lado era más tolerable estar bajo sus garras. Podía ser lo que él quisiera que fuera en el trabajo, pero cuando volvía a casa, era el hombre más feliz del mundo con una esposa que amaba. Pero cuando tú naciste él lo vio como un arma para usarte en mi contra y fui tan estúpido como para permitírselo. —dice. Sus manos barren su rostro y su cabello. — Joder, lo siento tanto, Chris.
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Quarterback
Romantizm- No voy a ninguna jodida parte contigo, -me quejó. A la mierda si caigo en su trampa. - Bien, entonces deja que te lleve mi conductor. -él camina en dirección a la puerta, antes de detenerse, gira y vuelve a mirarme. - Ah, y ¿Christopher? Te veré...