Capítulo 30

7.3K 692 88
                                    

Subo los escalones a mi departamento, demasiado exhausto para esperar el elevador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Subo los escalones a mi departamento, demasiado exhausto para esperar el elevador. A cada paso trato de convencerme a mí mismo que las cosas realmente no pueden empeorar ahora. Estoy atrapado en esta nueva categoría de mierda en mi vida. Esto es todo. He tocado fondo. Nada puede ponerse peor ahora.

He sido descubierto frente a toda la universidad y estoy bastante seguro de que ha sido el único hombre del que me he enamorado quien ha hecho esto. Él hombre que se supone que me ama de vuelta. El hombre que se suponía que me daría el valor para enfrentarme a mi familia y mandarla a la mierda. Él me ayudaría a salir de esta jaula de oro en la que he estado viviendo por tanto tiempo. En cambio me ha arrojado a los lobos.

Al igual que mis padres y abuelos, él ha decidido lo que es mejor para mí.

Cuando llego al pasillo, he decidió que Degas es probablemente la única criatura viviente en este mundo que me ama. Quién realmente me ama por quien soy y no por lo que tengo que ofrecer. A él no le importa si me gusta el arte o las leyes. A él no le importa una mierda a quien me folle. Mientras lo alimente, le de agua, lo saque a pasear al parque y lo acaricie, él me ama. Bien, quizá no me ame tanto los días de ducha, pero eso podría ser algo que podríamos negociar para cambiarlo por periodos más largos y baños más cortos.

¿Qué diablos estoy diciendo? Por supuesto que Degas me ama. Él es un perro y probablemente no sepa hacer otra cosa diferente que no sea entregar su amor a cualquiera que sea bueno con él.

Mientras deslizo mi llave en la cerradura, me doy cuenta que algo está mal. Sé que cerré la puerta con llave esta mañana, pero maldita sea, no está bloqueada ahora.

Decido que no me importa si hay algún asesino en serie o un ladrón esperándome al otro lado de la puerta, entro. Y tan pronto como lo hago, lo primero que registro es a Degas ladrando incontrolablemente en algún lugar de mi departamento. En según lugar, alguien ha destrozado mi lugar. Todo está por todas partes. Y es algo que puedo manejar. Lo que no puedo manejar es que alguien ha roto y destruido todos los cuadros que he pintado a lo largo de los años.

¿Por qué alguien haría esto? ¿Fue debido a las imágenes que deambulan por el campus? No lo sé. Lo que sí sé es que esto es un maldito crimen de odio. ¿Es porque soy gay? Dios, ¿Qué les he hecho a esas personas para que me hagan algo así? ¿Pensaban que destruir mis cosas me haría menos gay? ¿Les hizo mejor destruir mis cosas?

Tomo un par de mis cuadros y acaricio el lienzo rasgado. ¿Por qué alguien haría algo así? Lagrimas silenciosas se derraman mientras veo mi lugar destruido y mi arte rasgado de la misma forma en la que se siente mi alma ahora mismo. ¿Es esto lo que las personas gais deben soportar? ¿Es esto lo que Nathan a sufrido toda su vida? Dios, ¿podría él haberme hecho esto? Él sabía cuánto significa el arte y mis pinturas para mí...

— Bueno, ya era hora de que tu culo marica llegara. —la voz de mi abuelo resuena cuando entra a mi sala de estar. Tiene una mano envuelta en una toalla manchada en sangre. — Me das tanto asco. Le he dicho todo este tiempo a tu padre que eras solo una puta mariquita, pero él me aseguro que eras un hombre. —Él me mira de arriba abajo con asco—. Parece que he tenido razón todo este tiempo, como siempre. —él mira su mano, la mancha de sangre se extiende lentamente—. Quiero que maten a ese perro hijo de puta. Me mordió el bastardo. Lo habría hecho yo mismo, pero me mordió cuando intente arrojarlo por la ventana. —mi estómago de revuelve. Mi departamento está en el noveno piso de esta torre. — Después se escondió en un puto lugar que no pude sacarlo. No me extraña. Es igual de marica que su dueño.

QuarterbackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora