15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)

Intervención de Draco Malfoy

Scorpius

Si te acercarás un momento a preguntarle cómo se encuentra, no existe duda alguna que su respuesta se reduciría al estrés. Faltaba menos de cinco meses para que culminaran sus estudios, entre las tareas, repasos y la idea de que no volverá el siguiente año, lo estaban volviendo loco.

El tiempo era lo último que le faltaba, Saari se encontraba obsesionado con la copa de quidditch haciendo practicar a su equipo hasta altas horas de la noche y en la madrugada, sentía que de un momento a otro colapsaría. Todos las tardes se juntaba con Rose, Albus y Polly para estudiar en la biblioteca; los últimos hicieron de la vista gorda a sus diferencias pues necesitaban de las enseñanzas de Rose.

Por fin pudo darse un descanso, Albus se encontraba en la enfermería junto a su hermana quien fue víctima de los nervios a consecuencia de los TIMOS. Rose había comentado que estaba pensando seriamente en buscar la forma de quedarse en Hogwarts ya que temía por la vida de la pequeña cuando se acercaran sus EXTASIS. Severus, había enfrentado las cosas de una manera madura, estaba en la fase de "no podré", no podré estudiar, no podré aprobar, no podré ser auror, no podré casarme, no podré tener mi familia, etc. Rose era la más serena del grupo, pero Polly una vez había afirmado que la vio llorando en el baño.

Estaba echado en su cama, solo quería dormir unos minutos antes que Albus lo buscara para ir a las prácticas; tenía el tiempo para contestar las cartas de su padre y abuela que religiosamente le escribían cada fin de semana, sin importar que el muchacho olvidara contestarlas. Su padre le exigía que se decidiera de una vez por una carrera mientras que su abuela le comunicaba que tanto ella como Lucius deseaban que, él siguiera la tradición familiar de dedicarse a los negocios.

Parte de su frustración también se debía que hace un mes no encontraba la solución a su problema; convertirse en un chico interesante. En los retazos de tiempo libre que podía rescatar, trató de juntar la información de qué las chicas consideraban "interesante", los libros y comentarios sarcásticos de su azabache amigo no ayudaban en nada. Tenía la revista sobre su pecho, leía una y otra vez la pequeña explicación del paso que le tocaba seguir sin comprender.

Mujeres, mujeres, seres tan sublimes y difíciles de entender, ¿qué consideran ustedes un chico interesante?, quizás un auror que arriesga día a día su vida para mantener la tranquilidad en el mundo mágico, o un empleado del ministerio todo galante con traje y corbata, puede ser un sanador tan pulcro con su bata, o el chico malo preso de las ataduras de su entorno. ¡Qué frustrante!

Cerró los ojos, dejándose envolver por Morfeo.

- El señor Malfoy es un hombre tan cautivador- había escuchado antes esas palabras – Tan elegante e interesante – lo recordó, eran las palabras que le otorgaban a su padre.

Draco Malfoy, a pesar de estar ya en la cuarta base, su porte elegante y enigmático atraía mucho a la población femenina. Recordaba que las pocas veces que salían en familia a pasear, las mujeres volteaban para darle una segunda mirada. Donde iba no pasaba desapercibido, mostraba confianza y autoridad, todo un ejemplo de galantería, sin contar con el léxico tan fluido que manejaba. En el mundo mágico, no existía quién no lo reconociera como mortífago, los hombres hablaban a sus espaldas, señalándolo e insultándolo, mientras las mujeres descaradamente, en las narices de sus esposos, le regalaban un beso a distancia o guiñaban el ojo. Quizás ahora no sería tan mala idea contestarle la carta a su progenitor.

Padre:

Las cosas van muy bien por acá. Mis notas son excelentes, pero quizás no te agrade la idea que no pueda decir lo mismo con respecto a mi comportamiento. Antes que me regañes, me gustaría aclarar que no tengo claro mi decisión sobre mi futuro, y no te preocupes, tomaré mi camino por mí mismo sin importar si al abuelo le agrada lo decidido.