Realmente enferma

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Rose

Las cosas no habían cambiado, la rutina era la misma todos los días. Se sentía el pesar de sus compañeros producto del estrés de los estudios y era tan melancólico pensar en que no volverá el siguiente año.

Desayunaba tranquilamente junto a su prima y hermano, este último le contaba una que otra anécdota. Tras haber perdido el último partido contra los slytherins, Lily evitaba estar cerca de sus compañeras, quienes más de una vez hablaban mal de ella. Hugo, por su parte, había golpeado a Lorcan en defensa de su primita, mandándole hasta la enfermería, ganándose un buen castigo de la Directora (se debe admitir que con mucho pesar McGonagall lo hiso) pero poco le importaba; golpeó al muchacho en total silencio, frente a sus amigos, que le reclamaban su acción, a lo que nunca supo darles un por qué (o delataría los sentimientos de la pequeña Potter). Así pues, los muchachos solo se tenían entre ellos como compañía, separados de los que uno vez les dijeron "amigos".

Desvió su mirada hacia la mesa de las serpientes, Albus y Scorpius no se hallaban ahí. Saari por fin salió de la enfermería, sometiendo a las prácticas más extremas a su equipo. Si Slytherin se llevaba la copa de Quidditch, estaba segura que por fin admitiría que su capitán no era tan malo como parecía. Una pequeña risa escapó de sus labios, Hugo logró colar los turrones de Hemorragia nasal en la canasta de dulces que las admiradoras del joven le habían otorgado; "estoy vengando al equipo Rosie, no entiendo como hace para que el jefe de su casa les conceda el campo todo el tiempo" fueron las palabras que usó a su defensa.

En medio del bullicio producto de las conversaciones de los adolescentes, las lechuzas entraron al lugar para dejar su recado. Una hermosa lechuza parda llegó con su correspondencia. Ronald Weasley tenía la costumbre de escribirles semanalmente a sus hijos; su madre solo lo hacía en caso de emergencia, así que la dejó extrañada cuando la lechuza le otorgó dos sobres.

Ron, siempre contaba en sus cartas anécdotas muy graciosas, por ello los jóvenes la leían en la sala común de Gryffindor para distraerse un poco. Su correspondencia no era de carácter personal, ya que gracias a Hermione, creían que ello se trataba mejor en persona.

Terminaron de desayunar velozmente, y aprovechando que era domingo, salieron a los jardines para poder leer plácidamente las ocurrencias del pelirrojo mayor. Entre risas, y más risas, se olvidaron de sus preocupaciones; Ron les comentaba que en uno de sus experimentos en el trabajo, George le había salido una cola de cerdo y su cabello se volvió rosa chillón, ocasionando un susto a Angelina que en ese momento ayudaba en ordenar los productos.

- Rosie, esta carta es de mamá- dijo extrañado Hugo analizando el sobre – léela – ordenó mientras le acercaba el papel.

Ella no dudó en hacerlo, si al fin y al cabo hubiera sido algo privado su madre lo enviaré de frente a su habitación y no junto a la correspondencia que enviaba su padre.

Rosie, querida:

Quizás sea extraño para ti recibir una carta mía en esta oportunidad pero...

- ¿Y yo? – decía indignado Hugo – "Rosie querida"– hizo una voz chillona y gestos con su manos – no veo Hugo querido por ningún lado.

- No seas tonto Huguín – habló Lily- tía Herm sabe que Rose nos lee la correspondencia, por eso comenzó así – lo miraba como a un niño de cinco años.

Pero... tenía ciertas noticias que contarles. Estoy segura que Hugo a estas alturas ya ha dado su reclamo por como inicié la carta, pero cariño, solo lo hago por formalidades.

Rose soltó una risita, era impresionante como su madre los conocía.

La primera de todas, que trae de cabeza a la familia entera, es que ya se ha fijado fecha para la boda de Teddy y Victoire. Será finalizando las clases, tanto para que ustedes como Louis y Dominique, puedan asistir sin problema alguno.

15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora