El Escorpión y El Lirio

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Scorpius

Entre la oscuridad que otorgaba los pasillos, el silencio era interrumpido por las voces de los cuadros que hablaban a sus espaldas. No prestaba atención a nada, su mirada estaba clavada en el piso y caminaba con las manos en los bolsillos de la capa.

Su cabeza era un lío, realmente no entendía que estaba sucediendo. Estaba seguro que había logrado avanzar, pero al mismo tiempo retrocedía. ¿Qué había hecho mal entonces para merecerse ello?

Vale, tenía que aceptar que se había tomado su tiempo, pero los nervios y la timidez no jugaban a su favor en esos momentos. Daphne le había aconsejado en la correspondencia que invite a la chica a la graduación, que tal vez esa sería su última oportunidad con ella y el momento era perfecto; pero no todo siempre sale como lo planeas.

¿Qué había pasado? Se preguntaba una y otra vez, ¿era su culpa? O tal vez esa era su forma de decirle que se rindiera, que nunca podrían estar juntos; solo serían "amigos".

No estaba triste, solo desilusionado y pensativo. Lo bueno de nuestro mini hurón es que es un Malfoy, y ellos nunca se rinden con sus objetivos, o ya olvidaron a Draco en su misión de sexto año...

A pesar de todo, era solo una pregunta que buscaba contestar locamente, ¿quién podría ser la pareja que acompañaría a Rose?

Entre divagaciones e ideas locas escuchó un pequeño quejido en uno de los salones, el más oscuro, el alejado del pasillo principal, el más sospechoso. Como digno Slytherin, decidió apurar su paso y alejarse, la valentía lo dejaría a mano de los leones, haría honor a su casa.

Volvió a escuchar ese sonido tan extraño, pero esta vez no fueron quejidos, sino leves susurros de una vocecilla que conocía.

- Eres uns tonta – escuchó en medio del llanto de la joven. El cabello pelirrojo le tapaba el rostro, su cara toda mojada producto de las lágrimas.

Scor pudo deslumbrar de quien se trataba gracias a la poca luz que ingresaba por uno de las ventanas, verificando solo que sí era la persona que sospechaba.

La pelirroja se encontraba sentada debajo del umbral de una ventana, abrazaba con un brazo sus rodillas acercándolas al pecho; en la otra mano sostenía una botella con un líquido anaranjado.

El Slytherin optó por acercarse despacio, evitando asustar a la joven.

- La más tonta de todas – se repetía la pelirroja. Daba pequeños sorbos al jugo de la botella.

- ¿Estás bien? – fue lo único que se le ocurrió preguntar. Genial Scorpius, vez a una dama llorando y le preguntas eso.

- ¡Ah!- gritó la muchacha, quien inútilmente trataba de esconderse entre la oscuridad de un rincón.

- Calma, por favor, no te asustes – se acercó un poco más – soy yo- le sonrió – ahmmm, ¿puedo hacerte compañía, si quieres podemos hablar?

La joven se limpió el rostro mientras trataba de levantarse – No es necesario, Scor, yo me tengo ir – Tiró su cabello hacia atrás.

- Oh ya veo – se sentó donde antes estaba la pelirroja – no importa ya, aunque yo si quería hablar – puso sus brazos en su espalda, para luego apoyar la cabeza en la pared.

Ella dudó en quedarse o salir del lugar – promete que no dirás nada – le exigió desconfiada.

-¿mmm..? – tenía los ojos cerrados.

- De lo que oíste, viste o eso – respondió irritada – no le dirás a nadie.

- Solo si prometes conversar conmigo – él sabía que la pequeña necesitaba ayuda.

15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora