Draco
Todo era tranquilo, el lugar donde se encontraba era cálido y agradable. Sentado en su sillón favorito, de estilo victoriano, forrado de terciopelo verde esmeralda con la estructura de plata; todo una obra de arte histórica. El crepitar de las llamas era lo único que se escuchaba, un vaso del mejor whisky de fuego servido en su copa, miraba sin cesar el retrato de su amada esposa.
La mañana había sido "diferente", nunca hubiera imaginado que en sus manos podría encontrarse la situación amorosa de su hijo. No tenía ni la menor idea de cómo ayudarlo, pero a que se apellidaba Malfoy que realizaba victoriosamente su labor.
- No te vi llegar, hijo – una bella mujer, un tanto mayor, con su cabello blanco (antes rubio), amarrado en un alto moño y con un hermoso vestido celeste, ingresaba a la habitación donde él se encontraba – ¿por qué no me avisaste de tu llegada?
- No quería despertarte, madre – la bella mujer tomó asiento a su lado.
La situación con sus padres había sido complicada. Después de la guerra había decidido refugiarse en sus deberes, separándose poco a poco de ellos. Cuando decidió desposar a Astoria, Lucius no aceptaba aquello, convirtiendo los encuentros familiares muy incómodos. Tras el nacimiento de Scorpius, decidió vivir con su familia en un lugar más tranquilo, viendo solo a sus padres en días festivos. Al morir su mujer, regresó a la Mansión, por petición de su madre, que quería pasar tiempo cerca a su nieto.
- ¿Cómo ha estado Scor? – la mujer miraba el retrato de su nuera.
No le había comentado donde iría, pero quizás que se quedara mirando la imagen de su amada lo delataba.
- Él está bien – su madre no dejaba de ver el bello retrato – solo quería conversar algunos cosas conmigo...
- ¿Una charla de hombres? – soltó una suave risilla que tapó delicadamente con su mano – Entonces él te habló de la jovencita.
¿Acaso su madre sabía algo que él no?, sabría el nombre de la joven, quizás pudiera ser su aliada en su misión.
- ¿Dices una jovencita, madre? – los ojos azules de la bella mujer lo examinaron, para luego mirarlo de manera burlona.
- No era para eso la "charla de hombres" – prefirió guardar silencio, su madre continuó – no puedo creer Draco, que nunca te hayas fijado en el brillo de los ojos de Scor cuando habla de Hogwarts.
- Pensé que solo disfrutaba su estadía en el lugar – no podía quedar como un estúpido frente a su madre.
- ¡Por favor Draco! – levantó levemente la voz, imponiendo respeto – Acaso creíste que llevando el apellido Malfoy iba a poder disfrutar en la escuela. Sabíamos que las cosas no le serían fácil, y aunque haya logrado entablar amistad con el señor Potter, ese brillo en los ojos es consecuencia de una señorita – cruzó sus piernas y recargó su peso en el respaldo.
Soltó un bufido – él ha pedido mi ayuda, quiere ser más "interesante" – su madre levantó una ceja divertida, parece que de alguien había copiado la acción.
- ¿Tú? – su sonrisa se ampliaba más y más – discúlpame, querido hijo, pero crees que puedas realizar aquello – era herencia familiar ir burlándose de sus miembros.
- Lo sé – no quería discutir – las cosas serían más fácil si conociera el objetivo.
- ¿Objetivo? – sus labios rojos realizaban una mueca rara evitando la risa – por Merlín, estamos hablando de los sentimientos de tu hijo, no de una misión imposible.
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15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)
RomanceScorpius Malfoy lleva enamorado de la prima de su amigo por casi 7 años. Tras un pequeño incidente consigue una revista muggle y se deja llevar por los consejos de esta. ¿Podrá el joven hurón albino conseguir sus propósitos? Es un Malfoy, no...