Scorpius Malfoy lleva enamorado de la prima de su amigo por casi 7 años.
Tras un pequeño incidente consigue una revista muggle y se deja llevar por los consejos de esta.
¿Podrá el joven hurón albino conseguir sus propósitos?
Es un Malfoy, no...
Habían asistido a dicha fiesta solo para cumplir con su misión. A ninguno de los dos le agradaba la idea de ver su Lirio del brazo del Scorpion; acababan de llegar un poco tarde, y todo por la culpa de Lyssander, que era un maniaco de la perfección con su oscuro y elegante traje. Sus padres compartían mesa con la familia Granger- Weasley, todas bailaban el centro de la pista, el momento era propicio para su objetivo.
- ¿Entonces? - dijo un emocionado Lorcan.
- ¿Entonces qué?- dijo frustrado su hermano - el plan es el simple - explicó con paciencia - tú ve por él, y yo me encargo de ella.
- ¿No crees que sea peligroso? - dudaba.
- No, si tenemos esto - sacó su varita de su saco - y esto - un pequeño frasco de un líquido morado.
- ¿Cómo...?- dijo sorprendido.
- Hugo- sonrió de lado.
- Yo pensé que no quería saber nada de mí- susurró triste.
- No te sientas especial, lo hace por ella- sentenció.
Ambos se escondieron en una esquina del salón, esperando como dos ágiles panteras el momento adecuado para atacar.
- Estoy listo - dijo Lorcan cuando vio al muchacho acercarse a la mesa de ponche.
- Buena suerte - comentó socarrón Lyssander.
En un cerrar y abrir de ojos, y un petrificulus totalus que nadie notó por las luces del salón y la bulla de la música, el muchacho que se encontraba cerca al ponche cayó en una esquina de la mesa cerca de su escondite. No negaba que con un poco de magia, fue fácil atraerlo donde se encontraban.
- Listo - estaba entusiasmado.
- Bien, bien - nos prestaba atención - ahora la segunda parte.
- Está sentada sola - señaló Lorcan, a una pelirroja que tomaba asiento.
Con movimientos sutiles, como una astuta serpiente, se deslizó sin ser notado entre las personas, y de una manera veloz, agregó el contenido morado a la bebida que se encontraba a su lado. La muchacha, sin notar a su acompañante, tomó la copa y sin sospechar su contenido, lo tomó en seco, dejando un poco en su interior.
- Ajj, que sabor tan horrible - exclamó asqueada. Él se dirigió contento junto a su hermano, ya que el tiempo se había acabado y, vislumbró a dos muchachas acercarse.
- ¿A esperar? -lo recibió Lyssander.
- A esperar - se acomodó al lado de su hermano y el cuerpo inerte de Saari.
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Rose
¿Alguna vez se han sentido cerca a las nubes? ¿Qué con solo estirar tus brazos logras alcanzar las estrellas? ¿O eres capaz de hacerlo todo, cumplir cada uno de tus deseos?
