Excelente II

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Scorpius, Draco & Narcissa

Una bella mujer, muy refinada ella, se encontraba leyendo en la biblioteca de su mansión.

Sentada delante de la inmensa ventana, por la cual ingresaba una ligera brisa helada. Sus ojos examinaban minuciosamente la carta que su único nieto le había enviado.

Enderezó aún más su espalda, cruzó las piernas, jugaba con uno de los mechones rebeldes que habían escapado de su moño; con la otra mano, mantenía alzada la pluma, dispuesta a dar una respuesta en papel.

- Señora, tiene visita – uno de los elfos domésticos, sabe Merlín cuál sea su nombre, interrumpió su apreciado momento de silencio.

La mujer se levantó, dejando caer el hermoso vestido negro de tiras que hacia resaltar aún más su pálida piel.

- Qué asco- escuchó una voz muy conocida - ¡Cissy!

En la entrada de la biblioteca, una dama muy refinada, con largo y lacio cabello rubio, ojos verdes y piel caucásica se abría paso a su encuentro.

Daphne Greengrass, no tenía la intención de esperar que Narcissa despertara de su trance, empujó sutilmente a la pequeña criatura, mientras arrugaba su nariz con desdén. Traía un vestido azul, con mangas tres cuarto y zapatos de taco aguja. Con ambas manos cargaba sus maletas.

- Cuánto tiempo sin vernos – soltó su equipaje para abrazar a su acompañante, la señora Malfoy no despegaba su vista de los bultos.

- Daphne, linda, qué bueno que nos "visitas"- enfatizando la última palabra, rogando a Merlín que no sea lo que estaba pensando.

La rubia menor se alejó, luego dio una mirada rápida a su entorno – verás, no creo que solo sea una "visita" – le devolvió una nerviosa sonrisa.

- ¿Así? – enarcó una ceja, tomó asiento en su escritorio.

- Acabo de llegar de Francia, pensé que tal vez podía pasar tiempo con la familia – se sentó al frente de ella.

Lo último dejó sin palabras a Narcissa, ella sabía, que tras la segunda guerra mágica, el único familiar que le quedaba era Astoria, pero tras la boda de su hijo con su hermana... los convertían en "familia".

- Entiendo – le devolvió una sonrisa cariñosa – por favor llevaos el equipaje de la señorita a uno de los dormitorios, y alistadlo para que ella se hospede ahí – se dirigió al elfo que aún esperaba en la entrada. El pequeño ser hizo lo que se le ordenó, sin antes inclinarse de una manera exagerada a su señora – lo que ordene, señora Malfoy – con un chasquido desapareció – gracias- respondió ella, sin ser escuchada.

- ¿Por favor? – Arrugó su nariz la de ojos verdes- ¿Gracias? – miró con desdén donde minutos antes se encontraba el elfo – veo que en esta casa, Tory ha dejado bien marcado su legado.

La señora Malfoy, sorprendida por lo que dijo, trató de refutarla, siendo interrumpida por una voz masculina.

- Narcissa, querida, necesito que me ayu... - con un porte elegante, de finos rastros aristocráticos, envuelto en un traje muy caro de contrastes grises, Lucius Malfoy aparecía en la habitación. A diferencia de su hijo, la edad y la guerra, no habían jugado a su favor, ya que su rostro se mostraba muy demacrado - ¡Daphne!

La rubia se volteó a su encuentro, Lucius cogió su mano y besó sus nudillos - ¿Hace cuánto llegaste?

- Acabo de llegar, señor Malfoy – esbozó una sonrisa, debía aceptar que le daba miedo.

15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora