Qué raro día

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Scorpius

La habitación se encontraba sumergida en una paz inigualable, aquella paz que solo obtienes si se encuentra ubicada en las mazmorras. Algunos dirían que el lugar es muy tétrico y frío, pero para Malfoy, era relajante; con ese tono verdoso y la tranquilidad de observar la profundidad del lago por tu ventana, todo era único.


Las clases habían acabado por ese día, tenía toda la tarde para revisar sus apuntes para los ËXTASIS, pero su cabeza no lograba concentrarse en los temas tratados. Debía arreglar las cosas y dejar el orgullo de lado, resignarse que ella no haría nada, ¿en serio no le importaba ni un poco que se haya ausentado por tanto tiempo? No, no le importaba.


Sentado en una orilla de su cama, miraba la revista con tristeza, quizás ya era el momento de devolverla y olvidarse de todo.


- Por fin te encuentro – comentó su amigo entrando a la habitación, tenía el cabello alborotado, la camisa fuera de lugar, el nudo de la corbata desecha y la túnica mal puesta (si el joven platinado hubiera sido mal pensado, no dudaría en atinarle su situación a otras cosas, ujum, ya saben, otras cosas...)


Guardando la revista de una manera veloz en uno de los cajones de su mesita de noche – He estado aquí un largo tiempo – cogió un libro y dispuso a ponerle toda su atención.


- Pensé que irías a la torre de astronomía- dijo el azabache –Ou, sí, vamos – recogió sus cosas el platinado y junto se dirigieron al lugar.


A pesar de que aún faltaba algunos meses para las pruebas, los alumnos se encontraban sumergidos en la biblioteca repasando sus lecciones otros se reunían a hacer planes para la noche de navidad, es por esa razón que la torre de astronomía se encontraba vacía para la disposición de los dos jóvenes.


- ¿Y se puede saber qué te ocurrió? – le preguntó Scor, después de llegar al lugar y tomar asiento cerca de una de las ventanas. Contenía la risa, tapándose el rostro con uno de sus libros.


- ¿De qué...? – bajo su vista y se dio cuenta de su apariencia – hay una loca que me está persiguiendo- lo dijo en un susurro.


- Eso me has dicho durante toda la semana, y ¿qué tiene que ver con tu apariencia? – cuestionó muy curioso, dejando el libro de lado.


- Bueno, estaba "caminando veloz y con elegancia" – trató de reírse.


- No comprendo a qué viene eso ahora– dijo fastidiado el rubio.


- Estaba huyendo Scor, pero como tú dices – uso una voz chillona – "yo no huyo de tu prima Al, yo solo camino veloz y con elegancia" – realizó gestos exagerados con sus brazos.


- P...pe..pero, no has llegado al punto de tu ropa – su rostro se enrojeció, así que decidió mirar a un lado.


- Me interrumpiste- frunció el ceño – bueno, escapaba de la vista de esa niña y choque con una de las bromas de Peeves.

15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora