Excelente III

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Daphne, Scorpius & Rose

Abrió los ojos con pesar, realmente no quería despertar, pero el sonido de su estómago exigiendo alimentos la impulsa a ello. Se irguió lentamente mirando a la nada, con una paciencia que aturdiría al mismo Merlín, empezó a salir de la cama.

Se dio una ducha rápida, con agua fría para librarse de su aturdimiento, pero parecía no funcionarle. Se puso un vestido blanco con sandalias negras de plataforma baja; peinó su cabello en una coleta alta y se pintó los labios ligeramente. Ya se encontraba lista.

Salió de su habitación con la esperanza de encontrar algo que comer, Narcissa era muy exigente con los horarios, y si no te presentabas a uno de los almuerzos a la hora pactada, simplemente no comías.

Al llegar al comedor, al igual que los otros lugares, no había rastro de Cissy.

- ¿Y tu señora? – preguntó a una elfina que se encontraba limpiando un jarrón antiguo.

- En los jardines, señorita – respondió muy temerosa, sabían muy bien que la rubia no tenía ningún cariño por estas criaturas.

Llegó veloz a los jardines, quizás no era muy tarde para comer.

- ¡Por fin despiertas, querida!- Narcissa se encontraba sentada en una de las mesitas de piedra tallada que encontrabas en ese espacio de la casa; no despejaba su vista del diario.

- Cissy, buenos días – sonrió. Le dio una vista rápida al lugar, no había alimento alguno.

- Siéntate por favor – invitó la mujer – es tan solitario ser la señora de esta casa – suspiró con melancolía.

La rubia no sabía que responder, su acompañante nunca había tenido esa confianza para ser sincera con ella.

- ¿Y Lucius? – al ver su cara confundida – me refiero, a su compañía.

- Lucius, Draco y ahora Scorpius, siempre han estado cuidando de mí. Pero hay momentos, en que ellos se alejan, se va, y vuelvo a quedarme sola – la situación estaba melancólica.

- Pero regresan. ¿No?- trataba de animarla – tus seres queridos siempre regresan...- recordó a su hermana y padres, la tristeza se estaba contagiando.

- O nosotros vamos a su encuentro – cogió sus manos entre las suyas.

El silencio esta vez no fue incómodo, fue relajante y reconfortante.

- ¿Haz dormido bien? – habló Narcissa, cambiando su situación nostálgica.

- Sí – respondió en un susurro.

- Qué pena que no nos acompañaras a desayunar, Lucius está muy decepcionado – volvió a leer el periódico.

- ¿Puedo ir a disculparme con él? – no estaba en buenos términos con el señor Malfoy y eso la asustaba.

- Será más tarde – cambió la hoja del diario – ahora se ha ido a arreglar algunas cosas. Restaurar el apellido Malfoy no es tarea fácil, si deseas mi opinión.

Daphne apoyó su brazo en la mesa para luego recargar su cabeza en él.

- Cissy, no he visto a Draco desde que llegué- la aludida seguía sin mirarla.

- Está en un pequeño viaje de negocios –la rubia soltó un suspiro, se estaba aburriendo – quizás regrese muy pronto.

Como llamado por el cielo, hurón padre ingresaba a los jardines de su mansión. Tenía el rostro cansado y unas cuantas ojeras alrededor de sus ojos.

15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora