Albus
Albus Potter no estaba aburrido. ¡No! Él solo quería alejarse de todo lo que había sucedido hace unos instantes. Las quejas de su primos, las estupideces de su hermano y la "comprensión" de Teddy, no hacía otra cosa en su persona que fastidiarlo.
¿A dónde había ido a parar? Pues no lo sabía. Miró a ambos lados de la calle hasta que pudo reconocer el imponente edificio que se alzaba ante sus ojos.
El centro comercial era toda una belleza, modernidad al máximo y con decorado con los carteles publicitarios.
- ¡Merlín, dónde he ido a parar!- exclamó mientras levantaba las manos al cielo.
Al azabache no le gustaba ir de compras. Ni siquiera a su hermana acompaña a realizar dicha actividad, pero aprovechando donde había terminado, se permitió darse un pequeño lujo.
Cuando se acercaba a la planta de alimentos, decidió realizar su compra en Starbucks. Dos Frappuccino especiales de calabaza y un pastel de plátano con nutella después, decidió que ya era momento de volver a casa antes que su exagerada familia piense que iba a quitarse la vida.
- ¿Te crees muy valiente. no? Pedazo de basura-
¿Acaso estaba alucinando? Él no había hecho nada para recibir aquellos insultos. ¿Escuchó valiente? Nahh, definitivamente eso no era para él. Albus Potter era un Slytherin recién graduado, y valiente no era un término que pudiera describirlo. Así que siguió su camino.
- Es mejor que cierres la boca, perra estúpida-
- ¿Hablas de valentía?- escuchó una risita- No me hagas rgeirg, salope-
- ¡He dicho que te calles! ¡Vómito de unicornio!- Splash, el sonido de una cachetada.
El azabache paró en saco. Todo el mundo se había acercado a observar aquellas singular escena. Una muchacha alta de cabellera oscura y rasgos felinos, se encontraba con una malteada en su mano izquierda, mientras que la derecha aún la suspendía en el aire tras el golpe. Golpe que recibió una chiquilla menuda, de piel clara y muy fina de contextura. La muchacha parecía indefensa; el cabello rubio hasta un poco más largo donde estaba su mentón, de ahí caía en cascadas su cabello de diferentes tonalidades de azul.
Ahora sí entendía el chiste de vómito de unicornio. ¡JA! si que la mujer fue ocurrente.
- ¡Suéltame, magldito! ¡Yo matage a esa zorga!- gritaba la muchacha mientras pataleaba en los brazos de un muchacho. ¿En los brazos de un muchacho? Sí, en los brazos de un muchacho. Uno alto y musculoso, agarraba de los brazos a la muchacha impidiendo cualquier ataque. ¿Es acaso que ninguno iba a ayudarla?
- ¡Mira lo que haz hecho a mi vestido!- chilló la de rasgos felinos- ¡Debes pagar por esto!
Y sí, el vestido blanco de la mujer se encontraba decorado con una fea mancha que deduzco que era café. ¿Por qué no arreglaban las cosas de manera civilizada sin tener que llegar a las manos?
- ¿Pagagr?- luego achinó sus inmensos ojos (Albus aún no definía si eran de color verdes o azules. en momento parecían hasta grises)- ¿Pog qué no hablagste así antes?- respondió con un tono que denotaba cansancio- Hubiegamos argegado esto más rgápido- dijo la muchacha. Qué con el poco espacio que tenía por encontrar rodeada de los brazos del hombre, sacó unos billetes de su carterita y se lo tiró a la mujer.
- ¿Esto es una broma?- la de cabello oscuro enfureció aún más- ¿Me haz visto cara de prostituta?
La rubia no respondió, se encogió de hombros y sonrió de lado.
Eso fue el gesto que derramó el vaso. Literalmente. La mujer, con un movimiento de mano ordenó al fortachón que dejará en el piso a la muchacha (ya que era tan bajita que sus pies no lograban tocarlo) y luego, que se retiré de su lado.
ESTÁS LEYENDO
15 pasos para conseguir una esposa (al estilo del ESCORPIÓN)
RomansaScorpius Malfoy lleva enamorado de la prima de su amigo por casi 7 años. Tras un pequeño incidente consigue una revista muggle y se deja llevar por los consejos de esta. ¿Podrá el joven hurón albino conseguir sus propósitos? Es un Malfoy, no...