CAPITULO 44

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- Que quisiste decir? - preguntó luego de un silencio un tanto incómodo
- Lo que escuchaste, ya me puedo ir? - dije levantando ambas cejas y negó con la cabeza
- No hasta que no me digas que onda con ese pibe
- Toda la onda, conforme? Chau! - dije y le di la espalda para abrir la puerta.

Bufó y no dijo nada, pero en el instante en que abrí la puerta se abalanzó sobre mi y la volvió a cerrar, dejándome nuevamente acorralada entre la puerta y su cuerpo.

- Julian no vas a lograr nad... - y no pude terminar de hablar que ya lo tenía sobre mi, callando mis labios con los suyos y generándome esa adrenalina que tanto me gustaba.

Al principio no reaccioné, de verdad no lo esperaba, fue raro mantener los ojos abiertos por unos segundos teniendo a Julian entretenido con mi boca así que no hice más que cerrarlos y dejarme llevar. Le seguí el beso apoyando mis manos sobre su espalda mientras el sostenía con ambas manos mi cara, con fuerza y posesión. El beso ya estaba bastante subido de tono al momento en que me separe solo un poco porque me estaba quedando sin aire. Ambos teníamos la respiración agitada, me limité a mirarlo a los ojos y el sonrió, victorioso. Me corrió el pelo y se acercó a mi cuello, dejando un cálido beso en él que me puso la piel de gallina y antes de volver a mirarme se detuvo cerca de mi oído.

- Estoy seguro que ese tal Fran no te hace sentir ni la cuarta parte de lo que sentís ahora, ni se te eriza la piel como cuando yo te doy un beso - susurró y cerré los ojos con fuerza y rabia.

Se alejó y me volvió a mirar con esa sonrisita de ganador que no tardé en borrársela de la cara con el golpe que le di.

- Imbécil - dije apretando los dientes con bronca y él volvió a mirarme, apoyando su mano en su mejilla y haciendo un gesto de dolor
- No Ori, para - gritó cuando me vio abrir la puerta pero salí caminando lo más rápido que pude, no lo quería seguir escuchando por nada del mundo.

Bufó y no dijo nada, pero en el instante en que abrí la puerta se abalanzó sobre mi y la volvió a cerrar, dejándome nuevamente acorralada entre la puerta y su cuerpo.

- Julian no vas a lograr nad... - y no pude terminar de hablar que ya lo tenía sobre mi, callando mis labios con los suyos y generándome esa adrenalina que tanto me gustaba.

Al principio no reaccioné, de verdad no lo esperaba, fue raro mantener los ojos abiertos por unos segundos teniendo a Julian entretenido con mi boca así que no hice más que cerrarlos y dejarme llevar. Le seguí el beso apoyando mis manos sobre su espalda mientras el sostenía con ambas manos mi cara, con fuerza y posesión. El beso ya estaba bastante subido de tono al momento en que me separe solo un poco porque me estaba quedando sin aire. Ambos teníamos la respiración agitada, me limité a mirarlo a los ojos y el sonrió, victorioso. Me corrió el pelo y se acercó a mi cuello, dejando un cálido beso en él que me puso la piel de gallina y antes de volver a mirarme se detuvo cerca de mi oído.

- Estoy seguro que ese tal Fran no te hace sentir ni la cuarta parte de lo que sentís ahora, ni se te eriza la piel como cuando yo te doy un beso - susurró y cerré los ojos con fuerza y rabia.

Se alejó y me volvió a mirar con esa sonrisita de ganador que no tardé en borrársela de la cara con el golpe que le di.

- Imbécil - dije apretando los dientes con bronca y él volvió a mirarme, apoyando su mano en su mejilla y haciendo un gesto de dolor
- No Ori, para - gritó cuando me vio abrir la puerta pero salí caminando lo más rápido que pude, no lo quería seguir escuchando por nada del mundo.

- Que quisiste decir? - preguntó luego de un silencio un tanto incómodo
- Lo que escuchaste, ya me puedo ir? - dije levantando ambas cejas y negó con la cabeza
- No hasta que no me digas que onda con ese pibe
- Toda la onda, conforme? Chau! - dije y le di la espalda para abrir la puerta.

Bufó y no dijo nada, pero en el instante en que abrí la puerta se abalanzó sobre mi y la volvió a cerrar, dejándome nuevamente acorralada entre la puerta y su cuerpo.

- Julian no vas a lograr nad... - y no pude terminar de hablar que ya lo tenía sobre mi, callando mis labios con los suyos y generándome esa adrenalina que tanto me gustaba.

Al principio no reaccioné, de verdad no lo esperaba, fue raro mantener los ojos abiertos por unos segundos teniendo a Julian entretenido con mi boca así que no hice más que cerrarlos y dejarme llevar. Le seguí el beso apoyando mis manos sobre su espalda mientras el sostenía con ambas manos mi cara, con fuerza y posesión. El beso ya estaba bastante subido de tono al momento en que me separe solo un poco porque me estaba quedando sin aire. Ambos teníamos la respiración agitada, me limité a mirarlo a los ojos y el sonrió, victorioso. Me corrió el pelo y se acercó a mi cuello, dejando un cálido beso en él que me puso la piel de gallina y antes de volver a mirarme se detuvo cerca de mi oído.

- Estoy seguro que ese tal Fran no te hace sentir ni la cuarta parte de lo que sentís ahora, ni se te eriza la piel como cuando yo te doy un beso - susurró y cerré los ojos con fuerza y rabia.

Se alejó y me volvió a mirar con esa sonrisita de ganador que no tardé en borrársela de la cara con el golpe que le di.

- Imbécil - dije apretando los dientes con bronca y él volvió a mirarme, apoyando su mano en su mejilla y haciendo un gesto de dolor
- No Ori, para - gritó cuando me vio abrir la puerta pero salí caminando lo más rápido que pude, no lo quería seguir escuchando por nada del mundo.

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora