CAPÍTULO 7

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Estuve cerca de una hora eligiendo que ponerme, hasta que me decidí. Obviamente, aprobado por Jenny y Lola. Hoy lo iba a ver, cuanto más pensaba en eso, más nerviosa me ponía, así que para despejarme me puse a preparar las ensaladas y los tragos con las chicas, mientras los chicos prendían el fuego para el asado. Bailábamos y reíamos como locas en la cocina (y eso que todavía no habíamos tomado nada) hasta que el timbre sonó, cortando totalmente el clima.

- Uhhhh, yo abro chicas! - grité mientras corría hacia la puerta de entrada

Abrí la puerta todavía riendo, hasta que lo vi, ahí parado, tímido, un poco menos despeinado que ayer, con un jean oscuro, una camisa a cuadros, y una campera negra, sencillamente perfecto. Me cambió la cara automáticamente, quedé inmóvil, mirándolo.

- Puedo pasar o me vas a dejar toda la noche acá esperando? - dijo serio
- Claro, pasá! - sonreí pero a él no se le movió ni un pelo, seguía con la misma cara seria lo cual me puso más nerviosa aún.
- Gracias, donde están los pibes?
- No me pensás saludar?
- Ah perdoná - dijo dandome un beso en la mejilla - todo bien?
- Si, todo bien - dije molesta - los chicos están en el fondo haciendo el asado, vení pasa por acá - y le mostré el camino.

Nunca me sentí tan ignorada en toda mi vida, lo que demoré eligiendo que ponerme, maquillándome, peinándome, para que ni siquiera me mire. Imbécil, quien se cree que es?

Volví a la cocina con mi peor cara, enojada y triste a la vez y me senté en la mesada al lado de donde las chicas preparaban todo.

- Que pasó Ori, por qué esa cara? - Jenny siempre se daba cuenta de todo - pasó algo con... tu héroe? - reí, sin ganas.
- No me vio, me ignoró completamente, como si fuera invisible. Entienden que le tuve que pedir que me salude porque ya se quería ir con los chicos? - dije frustrada, agarrándome la cabeza
- Ah pero lo que tiene de potro lo tiene de tarado! - dijo Lola tan directa como siempre
- Yo soy más tarada que me hago ilusiones con un flaco como él, y que encima ni lo conozco
- No le habrá dicho algo Peter? - dijo Jenny y ambas me miraron. Dudé.
- Na, no creo, hoy hablé con él y le dije que nada que ver con su primo - las miré seria a las chicas y ambas se encogieron de hombros al mismo tiempo
- Bueno, bueno, ya está, olvidate de ese pibe, es un tarado. Hoy se sa-le! - gritó Lola para subirme el ánimo y todas reímos.

Terminamos todo y salimos al jardín con los chicos. Me senté al lado de Agus, quería contarle lo que había pasado pero todos me escucharían así que le pedí que me acompañe y nos sentamos al borde de la pileta. Le conté todo lo sucedido minutos atrás y él miraba atento, sin interrumpir.

- Querés que le pegue? - me preguntó serio una vez que terminé de hablar
- No, tonto! - le grité entre risas y mire para donde estaban todos.

Me miraba fijo, con bronca, con la misma cara que cuando le abrí la puerta. Se ve que estaba muy atento a mi charla con Agus, aunque no pudiera escuchar nada. Por un lado me gustó, estará celoso de mi mejor amigo? Sacudí mi cabeza, de qué iba a estar celoso si ni bola me daba? Seguí charlando con Agus, intentando no pensar en él. Aunque me daba cuenta que nos seguía mirando, ahora era mi turno de ignorarlo. Nos entretuvimos hablando y riendo hasta que nos llamaron a comer. Me senté inconscientemente en frente a él, y a mis costados, Agus y Titi. Terminamos de comer pero nadie se movió, seguimos hablando y riendo todos juntos.

- Dame un poco - le supliqué a Agus, intentando sacarle la botella de cerveza de las manos
- Salí de acá borrachita, no te tenía así eh - dijo riendo
- Te dije que sos el mejor? El más lindo? El más bueno? Y que te quiero mucho? - le dije para convencerlo y luego lo abracé, en un intento estúpido de darle celos a un pibe que no me da ni la hora.
- A qué estás jugando Sabatini? - me dijo al oído cuando vio la forma en que nos miraba el primo de Peter que estaba sentado en frente nuestro, a menos de un metro de distancia. Yo solo reí, me había sacado la ficha el pendejo.
- Tomá, te lo ganaste - dijo dándome la botella y haciéndome una guiñada - pero solo un poco eh!

Me incomodaba su presencia y su mirada, esa mirada... Así que me paré de la nada y empecé a levantar los platos. Jenny y Lola que estaban hablando entretenidamente con los chicos, se levantaron a ayudarme. Había que dejar todo lo más ordenado posible ya que faltaba la previa, y eso implicaba correr todo de lugar, poner música y llenar la mesa con botellas de todo tipo.

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora