CAPÍTULO 16

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Después de un rato de estar sentada, sola, pensando en silencio desde que Julian se había ido, se acercaron las chicas para avisarme que ya se iban.

- Suerte amigas, dejen de tomar y pásenla lindo! - les di un beso a cada una - y vos Jenny cuidalo a mi primo eh!
- No te preocupes - me dijo entre risas, de qué carajo se reía? Si yo le estaba hablando en serio!

Me despedí también de los chicos que no entendían nada, recién se enteraban que yo no iba a ir. Me saludaron todos con un abrazo excepto Julian, que pasó caminando por al lado mío con su peor cara, indiferente, y luego se dio media vuelta para hacerme un pequeño saludo con la mano, a lo lejos. Moría de bronca por dentro, tanto se iba a enojar porque le cambié de tema?

Una vez que se fueron me dirigí a mi cuarto. Al fin un poco de paz. Me saqué el maquillaje, me hice una colita en el pelo y me cambié. Me puse un short rosado y una musculosa blanca, suelta y corta, por encima del ombligo. Bueno, ese era mi pijama. Me puse los auriculares y me quedé dormida, escuchando música.

Me levanté sobresaltada por unos ruidos extraños que provenían del piso de abajo. No se cuanto tiempo había pasado desde que me quedé dormida pero las chicas no estaban en sus camas y seguía estando todo oscuro. Serían aproximadamente las cinco de la mañana, supuse.
Me paré tratando de no hacer ruido y agarré mi palo de hockey, no se por qué lo había traído pero al fin servía para algo. Salí del cuarto con el palo en la mano y bajé las escaleras en silencio. Los ruidos se hacían cada vez más fuertes. A pesar de la oscuridad pude ver una sombra en el living y fui corriendo, decidida a golpear al supuesto ladrón.

- Pará loca, soy yo - grito cuando estaba a punto de pegarle.
- Julian! Que haces acá y a oscuras? - susurré para no despertar a nadie mientras encendía la luz
- Te olvidas que hoy me quedo a dormir acá? - dijo con dificultad, estaba más borracho que la última vez que lo vi, hace unas horas.
- No, no me olvido, pero me asustaste - dije sentándome en el sillón, a su lado - mirate como estás Julian, por qué no te das un baño con agua fría? Te va a hacer bien - dije corriéndole el pelo que no me dejaba ver sus ojos café que tanto me gustaban.
- No, no, no - se quejó como un nene de 5 años que lo obligan a bañarse porque no quiere. Me dio ternura y me mordí el labio - me quiero quedar acá con vos - dijo abrazándome y yo sentía que moría en ese mismo momento. Pude sentir instantáneamente una mezcla entre el olor de su perfume y un olor espantoso a alcohol.
- Estás loco Julian, basta, soltáme - no tuve éxito porque no movió ni un pelo.
- Loco por vos estoy - susurró en mi oído y me estremecí. Cerré los ojos  y suspiré, me la estaba haciendo difícil.

Junté fuerzas, no se de donde, y me separé, aunque moría por seguir abrazándolo. Me paré del sillón, agarré su mano y lo arrastré, como pude, hasta el baño. Él no paraba de quejarse. Abrí el agua fría, y lo miré amenazante.

- Dale, sacate la ropa y metete, ya - dije, obligándolo.
- Apa, que directa, me hubieras dicho antes que era eso lo que querías y no me negaba tanto - dijo riéndose y no pude evitar ponerme roja.
- Sos un tarado Julian, solo quiero que te metas en la maldita ducha - dije pegándole y sonrió.
- Ayudame - dijo haciendo pucherito

Me acerqué a él y con cuidado le saqué la remera. Casi muero por dentro, en ese instante. Mis manos temblaban.

- El pantalón sacatelo vos, desubicado - dije riendo y se quejó por lo bajo, qué pretendía?

Se lo sacó y me quedé embobada mirándolo. Sí, lo tenía en frente mío, en cuero, en boxer y totalmente borracho.

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora