CAPÍTULO 54

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  Reaccioné recién cuando sentí algunos besos sobre mi frente. Sí, me había quedado dormida sobre él, y juro que no existe en el mundo mejor forma de despertar que con sus besos, y entre sus brazos.

- Mmm - dije abriendo de a poco los ojos y viendo la enorme sonrisa con la que me miraba
- Al fin, dormilona - dijo riendo - amo verte dormir pero ya me estaba aburriendo, hace como dos horas que estás así
- Que horror, no me mires, parezco una foca cuando duermo - dije con vergüenza y él se limito a negar con la cabeza y acomodó el pelo que caía sobre mi cara, detrás de mi oreja
- No sabes lo tierna que sos cuando dormís, pareces un bebe - dijo sonriendo y largué una carcajada - tenés frío?
- Si, un poco - dije apoyando una mano sobre su pecho
- A ver bancame - dijo levantándose y yendo hacia una mesa donde había una manta.

Sonreí cuando lo vi venir, me senté y pasó la manta sobre mis hombros, sentándose a mi lado.

- Gracias - dije mirándolo a los ojos y sonrió.

Nos quedamos sentados al borde de la pileta varias horas seguidas, charlando, riendo, mirando las estrellas, peleándonos y reconciliándonos a los 5 minutos. No parábamos de histeriquearnos y tirarnos indirectas, pero ojo, éramos "amigos".

- Se está haciendo de día boludo - grité sin poderlo creer, habíamos pasado toda la noche ahí, cómo es que se había pasado tan rápido?
- Mierda, ni cuenta nos dimos - dijo y reí
- Tenes hambre? - pregunté mirándolo - te va un desayuno antes de irnos a dormir?
- Juntos?
- Qué?
- Irnos a dormir juntos? - preguntó con una sonrisa de oreja a oreja y me levanté de donde estaba para ir a la cocina
- Eu para, era un chiste, me re va sí - dijo corriendo para alcanzarme.

Entramos y ya nos empezamos a reír, los chicos se habían quedado dormidos en el sillón, dudo que hayan llegado a ver el final de la película. Nos dirigimos a la cocina en silencio y revisamos toda la heladera, encontramos la mitad de una torta de chocolate y lo miré a Julian quien asintió enseguida. Cortamos unas porciones, servimos dos vasos de jugo y volvimos al jardín.

- Dormimos afuera? - preguntó cuando terminamos de comer y lo miré seria
- En serio decís?
- Y si, si los chicos ocuparon los sillones, no me da para ir a dormir a la cama de tu primo - dijo y reí - no son tan incómodas estas reposeras
- Mmm bueno, pero vos en esa y yo en esta
- Pero hay una sola manta, tendríamos que compartirla, no te parece? - dijo divertido y le pegué
- Siempre te salís con la tuya - dije y asintió, orgulloso de eso - me tocás un pelo y te mato, escuchaste?
- Si señora - dijo y me acomodé a su lado, tapándome con la manta
- Mantené distancia Julian - dije mirándolo seria
- Bueno calmate nena, no dije ni hice nada y ya saltás
- Está bien, mala mía, perdón - dije dándole la espalda y el hizo lo mismo.

Me quedé unos largos minutos pensando, el tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos me estaba volviendo bastante loca. Me di vuelta despacio y lo abracé por la espalda, él aún seguía solo con un short, así que tuve que reprimir todas las ideas que se me vinieron a la mente cada vez que lo veía así. Rodee su cintura con mi brazo y sentí como él agarraba mi mano con la suya, entrelazándolas. Sonreí. Me acerqué a su cara y dejé un sentido beso en su mejilla.

- Buenas noches, que descanses - susurré en su oído
- Buenas noches, linda - dijo sin abrir los ojos y las mariposas de mi panza hicieron una revolución en mi interior.

Escondí mi cara en su cuello y dejé un beso corto allí, para luego quedar profundamente dormida, atrapada por su perfume y aferrándome a él, deseando no separarme nunca.  

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora