CAPÍTULO 39

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Giró la silla para quedar de frente a mi y apoyó sus manos sobre los posa brazos, dejando caer todo el peso de su cuerpo allí y acorralándome entre sus brazos y sus músculos que estaban más marcados que nunca. Sí, no pude evitar mirarlos, es que está tan bueno. Mi cara creo que hablaba por mí, en ese momento tenía una mezcla de bronca, decepción, miedo ante su reacción y sobre todo una gran confusión. Me miraba serio, amenazante, fijo a los ojos, como esperando mi respuesta, pero lo tenía tan cerca que no podía pensar, ni hablar.

- Nada Julian, salí - dije nerviosa intentando empujarlo aunque no quería que se alejara de mí
- Te escuché - dijo sosteniéndose más fuerte aún
- Te felicito - dije rápidamente con una sonrisa irónica - ahora te podes ir
- No me voy a ir hasta que me digas por qué lo dijiste, y por qué me tratas así!
- Entonces te vas a tener que quedar porque no te voy a decir nada - dije y sonrió
- Gracias por la invitación, me quedo encantado, pero decime dale
- No, que denso que sos eh - dije mirando para el costado, aguantando la risa por su comentario.

No le quería contar mis sospechas porque tenía miedo de saber la verdad. Ya se, soy una tarada, pero me dolería mucho más tenerlo en frente y que me diga "si Ori, estoy con otra", me aterraba imaginar ese momento. Baje la cabeza y él ni siquiera se movió de donde estaba.

- Ori miráme - dijo finalmente después de un silencio un tanto prolongado y levanté la cabeza - decime por favor lo que te esta pasando, me preocupa - dijo mirándome a los ojos
- No me gusta que traten de boluda, ni que me mientan - dije con los ojos llenos de lágrimas, conteniendo las ganas de darle un beso o de darle una piña, sí, su proximidad me generaba sentimientos un tanto raros y contradictorios.
- No entiendo, yo nunca te trate de boluda - dijo secando una lágrima que comenzaba a caer por mi rostro
- Pero me mentís, y eso me hace sentir así - dije sacando su mano, no podía soportar que me tocara.

Se arrodilló en el piso en frente mío, apoyado sobre sus pies y sosteniendo mis manos entre las suyas. Su mirada no se despegó en ningún momento de la mía.

- No te miento Ori - dijo apretando mis manos suavemente
- Basta, no me sigas mintiendo, aunque no parezca o aunque me haga la boluda, me doy cuenta de las cosas - dije elevando el tono de voz - si no me mentís entonces explicame que carajo hacía una mina en tu departamento hoy, cuando supuestamente estabas estudiando con tu amigo de la facultad - dije con bronca y su cara cambió en un instante, claramente se había puesto nervioso.
- No, Ori... yo...
- No la embarres más, andate por favor
- No, escuchame, no es como vos pensás, tiene una explicación - dijo un poco alterado
- A ver, cuál?
- Tenés razón, te mentí, pero fue para que no te enojaras, supuse que te ibas a poner celosa si te decía que estaba estudiando con Sabrina. Estábamos... estudiando, nada más, en serio - parecía sincero, pero realmente no sabía si creerle
- Así que la mina que me abrió la puerta era Sabrina, mucha confianza tiene no?
- Qué? Te abrió la puerta? Estuviste en casa? - preguntó desconcertado y asentí - no me dijo nada, perdón, seguramente yo me estaba bañando en ese momento
- Que casualidad, justo te bañas cuando esta tu amiguita en tu casa - dije y negó con la cabeza
- No seas pendeja, te estoy hablando en serio, creeme!
- Parece que soy muy pendeja para vos - hice una pausa mientras él me miraba atentamente - no se si quiero esto Julian, me hace mal
- No Ori, no digas eso, perdonáme - dijo acercándose y tomando mi cara con ambas manos, para luego chocar su frente con la mía.

Cerré mis ojos con fuerza mientras algunas lágrimas caían y nos quedamos por un rato así, en silencio, con los ojos cerrados y a pocos centímetros de distancia. Dejó un beso sentido en mi mejilla y salió por la puerta, dejándome ahí sentada, aún con los ojos cerrados y llena de lágrimas.

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora