Capítulo 36

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Estaba mirándola jugar con los niños y no evité sonreir cuando Anita se subió encima de su madre cuando ésta se arrodilló para buscar algunas cosas de las cajas que estaban llenas de objetos valiosos.
Sebastián mientras tanto se le pasaba jugando con la pelotita de tenis contra la pared y eso me causaba ternura.
Era momento de darles el saludo de despedida, aunque duela,en éste mismo instante era necesario hacerlo, ya que más tiempo transcurría más se haría difícil.
No era un hasta siempre ni tampoco un nos vemos pronto pero había algo que no me dejaba quedarme con ellos,y era mi nueva responsabilidad la que me alejaba de ellos.Una nueva vida había creado y tenía que darle mucho crédito de sobra.
Los amo en el fondo de mi ser porque son la primera familia que construí y aunque los niños no tienen la culpa de lo que ocurre entre su madre y yo es justo decir que les va a doler.

Suspiré y me puse mi mochila al hombro, admiré la sala limpia,ordenada y luego me acerqué para darles una bolsa grande con juguetes dentro.

—¡Hey mami!¿a dónde te vas?—Preguntó Anita con extrañez e hice una mueca mientras sostenía sus manitos.
—Debo volver a casa,me están esperando—Respondí con delicadeza e hizo puchero mientras sus ojitos se aguaban.
—Pero ésta es tu casa mami—.Comentó angustiada y acaricié su rostro.
—Ya no puedo vivir aquí mi pequeña, pero les prometo volver pronto a visitarlos, los quiero mucho —Dije atenta mientras los abrazaba a los dos por igual.

Me apretaron con fuerza y me llenaron de besos provocando que se me formara un nudo en la garganta.

—Les tengo unos regalos, espero que no se peleen, pueden compartirlo —Comenté sonriente mientras abría la bolsa.

De allí sacaron una caja de un juego de mesa,el Simón que servía para memorizar las luces y sonidos y por último un coche a control remoto junto con un libro de jurassic park con stickers que hicieron a Anita sollozar.

—Me lo has comprado, muchas gracias mami, te quiero mucho —Comentó alegre y besé su nariz.
—También los quiero—Contesté con ojos aguados y me levanté del suelo, dejándolos disfrutar de sus regalos.

Me acerqué a Fernanda y saqué dinero de mi billetera, se lo entregué pero no me lo quería aceptar.

—¡No quiero tu dinero Ana!—Exclamó en voz baja e hice una mueca.
—Por favor acéptalo,al menos debes hacerte atender en el hospital —Susurré de cerca y se llevó una mano a la frente.
—Tú no volverás, ¿cómo te atreves a prometerles algo que no cumplirás?—Preguntó angustiada y fruncí el ceño.
—Voy a volver, claro que sí, pero es para visitarlos, son mis hijos también —Respondí rápidamente y provoqué su risa.
—¿Lo son?.porque ayer nunca has dicho eso, no te importamos por eso te vas con esa cualquiera —Respondió entre dientes y me di la vuelta.

Empecé a caminar hacia la puerta y sentí sus manos tirar de mi brazo con fuerza.

—Firma el maldito papel de una vez Fernanda, déjame ser feliz,si tanto me amas tienes que respetar a mi pareja—Me voltie y la quedé mirando angustiada —esto ya no funciona y si realmente quieres recuperarme tendrás que hacer demasiado por mi, no se te hará fácil volver conmigo. Pero ahora quiero que sepas que no estoy disponible, en éste momento tengo mi cabeza llena de responsabilidades, tengo nuevos negocios que hacer con mis cuadros, no creas que solamente vender ropa te hace rico porque lo mío es pintar y es mi pasión y a eso a Michelle le encanta.Déjame hacer mi vida y tú sigue con la tuya, creo que a tus treinta y dos aún necesitas pulir algunas cosas,recapacita por todo el daño que me has hecho, ve a terapia o no sé pero con mi familia no te metas —Suspiré y luego frote mi cabeza con fuerza —volveré solo por los niños, no hay otra manera de arreglarnos —Comenté entre dientes mientras quitaba su mano.

Me besó de golpe y la alejé sosteniéndola de los hombros.

—No vuelvas a hacer eso, no lo hagas —Me quejé angustiada y levantó las cejas.
—¿Por qué no?,te produce emociones encontradas ¿cierto?aunque lo niegues y no quieras aceptarlo, aún me amas, sientes cosas por mi Ana—Respondió sonriente y empecé a bajar las escaleras.
—Me voy,tengo un vuelo que alcanzar —Dije en voz alta mientras me alejaba.
—También te amo cariño —Escuché decir con un tono coqueto y la miré furiosa.

Sonrió y se volvió a meter a la casa. Claramente no se me haría fácil conseguir el divorcio.

TE AMO AMIGA 2©™ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora