Capítulo 56

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Mi felicidad era imborrable y me la pasaba la mitad del día comprando cosas para el bebé.Desde decoración para la habitación hasta los peluches que serian puesto estratégicamente encima del mueble. Ropa,juguetes y mucho zapatitos de tela venían en cajas aún sin abrir.
El baby shower comenzaría en solo unos días, y debíamos tener todo listo,claramente la alegría a nuestro hogar había llegado,hasta que ocurrió lo peor.

Me encontraba comiendo maní salado, quitaba las cáscara mientras miraba mi vaso de vidrio lleno de cerveza rubia.El calor me sofocaba y quería creer que dentro de poco estaría en bolas caminando por nuestro departamento.
La tv se encendió de repente y miré las noticias, tomé el control y subí el volumen cuando en la pantalla apareció la fotografía de Francisco.

"Ésta mañana se dio a conocer que el futbolista multimillonario, acusado de asesinato y de extorsionar a su ex pareja,Francisco"El torino" se escapó en la madrugada. No se sabe que es de él, pero las autoridades están buscándolo sin descanso alguno.
Se dice que está armado y es muy peligroso,ya que obtuvo las armas después de haberle roto el cuello a unos de los oficiales que lo custodiaban".

Tragué saliva mientras me inclinaba y luego un sollozo me sacó del trance. Me giré de golpe y pude ver a Fernanda llorar mientras miraba fijamente a la pantalla.
Me levanté con prisa y me puse enfrente de ella para luego estrecharla en mis brazos con fuerza. Sus sollozos se hicieron presente y la sentí esconder su rostro en mi cuello. Quería calmarla y decirle que todo estaba bajo control,pero no era cierto y no quería mentirle.
Tomé su rostro y la quedé mirando un momento, respiré profundo y sonreí.

—Quiero que tomes tus cosas y la de los niños.Debemos irnos antes de que sea muy tarde,no pienso perderte, no de nuevo—Pedí con ojos llorosos y ella asintió mientras se limpiaba las lágrimas con el buzo.
—¿Y tú qué harás mientras preparo todo?—Preguntó Fer un poco sorprendida.

Apreté los puños y luego quité dinero de mi billetera.

—Debo irme a comprar algo,es necesario y me lo vas a agradecer luego,de eso estoy segura—Respondí rápidamente mientras me alejaba.

Una vez dejé nuestro departamento,caminé por la vereda hasta llegar a la avenida, allí al otro lado de la calle había una tienda de armas de todo tipo.
Obviamente iría hasta allí y adquiriría una para proteger a mi familia, sé lo que ese loco es capaz de hacer y no pienso quedarme de brazos cruzados,ya no más.

Cañas de pescar,trampas para osos,redes de pesca,carnadas y hasta arcos y flechas vendía aquél señor que se encontraba sentado en una silla gastada detrás del mostrador.
Me fijé en las armas colgadas del techo y la pared, cada una con su atractivo cuerpo y me detuve a mirar una sola en especial.

—La Arcus 98 DA es una buena elección —Comentó  desde de repente y lo miré de reojo.

Sonrió y se levantó de la silla con algo de pesadez. Caminó arrastrando los pies y una vez cerca,descolgó el arma de la pared y me la acercó para que pudiera mirarla un poco mejor.
Realmente estaba hecha para mi,no sabría decir si acabaría usándola pero no quería correr el riesgo de perder a mi familia y mucho menos por alguien que jamás puso de su parte y me quitó todo una vez.

—He visto esa mirada antes,créeme que no soy tan viejo como piensas, los jóvenes tienen muy arraigado ese sentimiento de rencor y venganza en su corazón casi igual como un animal salvaje que no tiene culpa alguna por matar —Prosiguió con tono áspero y lo miré con las cejas levantadas,mientras le daba mi tarjeta de crédito.
—Por mi familia soy capaz de todo lo bueno y de todo lo malo tambien,no existe la perfección en mi vida,solo guía mis pasos lo que me parece más correcto—Respondí entre dientes y le entregué mi documento de identidad —me lo llevo.

Exactamente tres horas después nos encontrábamos conduciendo de noche,los grillos por el calor seguían allí cantando a todo pulmón y frené de golpe al ver un auto parado en medio de la carretera.
Quité mi arma y desabroché mi cinturón con rapidez, viendo como alguien se movía dentro de él.
Quise bajar del auto pero la mano de mi chica lo impidió.

—Es peligroso,eso me suena a algo peligroso—Susurró y cerré los ojos al sentirme encandilada por la luz del farol.

Estábamos en un serio y enfermo problema.

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