Capítulo 55

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El viento entraba por la ventana,a lo lejos se escuchaba las gaviotas en la orilla del mar y sonreí al sentir besos en mi cuello.Sabía quien me los daba y estaba muy feliz de poder habernos arreglado.
Tenía una sola cosa que cumplirle,necesitaba dejar el alcohol, pero era algo imposible.

—¿Cielo vas a despertar?—Susurró ella en mi oído y me desperecé en la cama.

Abrí mis ojitos y la quedé mirando unos minutos, al verle el rostro pálido mi sonrisa se apagó.

—¿Te sientes bien Fer?, te ves pálida—Dije asustada y ella hizo una mueca.
—Sí bueno,en la madrugada he tenido unos vómitos terribles, yo creo que fue a causa de ese chocolate —Respondió sincera y luego la vi sonreír.

Mis ojos se abrieron tan grande que pensé que se me saldrían de las órbitas. Mi corazón bombeó con fuerza y mis ojos se aguaron al instante.

—Quieres decir que... ¡no me mientas por favor!—Susurré angustiada y la vi negar con la cabeza mientras me tomaba de la nuca.
—No te miento, abre el primer cajón y saca de allí la caja dorada—Respondió en voz baja y asentí ansiosa por saber de esa caja.

Hice lo que me pidió, tomé la caja pequeña dorada y quité la tapa,luego el envoltorio transparente y mi respiración se atoró en mi garganta al descubrir el test de embarazo.
Lo tomé con mano temblorosa y limpié mis lágrimas para poder ver mejor.Al notar las dos líneas,la quedé mirando sonriente.

—¡Tendremos un bebé!—Exclamé alegre y luego sollocé mientras la abrazaba con fuerza. No lo evité mis manos recorrieron su vientre y me agaché para dejar un beso—Hola mi amor,mamá te cuidará mucho, te lo prometo,estoy tan feliz de saber de ti.

Reí y luego volví a ponerme a la altura de Fernanda y la besé con cariño y respeto. Limpió mis lágrimas que salian sin querer y besó mi nariz antes de regalarme una sonrisa.

—Te dije que no tendrías que darte por vencida, las cosas mejoran en nuestras vidas y para mi verte feliz es lo más hermoso que hay— Fernanda comentó alegre, mientras sus dedos se enredaban en mi cabello.

La besé y luego dejé besos mojados en su cuello, haciéndole reír de cosquillas.

—Gracias,gracias,gracias,prometo comportarme mejor —Hablé rápidamente mientras una sonrisa pintaba mi rostro.
—Eso espero amor,¿qué tal si desayunamos?,tenemos mucha hambre —Respondió divertida y de un salto salí de la cama.

Me puse una camisa blanca,le siguió el bóxer,el jeans y salí de la habitación descalza.
•••
Una vez todo arreglado en nuestro nuevo hogar, me decidí por tirar las bebidas alcohólicas que había traído en cajas.En total eran veinte botellas de wisky sin abrir,y una botella tequila lo que me volvía loca.
Llevé esa caja con extremo cuidado y salí exterior, caminé hacia el cesto de residuos y dejé todo al pié.
Sacudí mis manos en el pantalón y luego volví a entrar a nuestro nuevo hogar.

—Mami ¡mira lo que hizo mi hermano!—Gritó Anita angustiada mientras estiraba su muñeca barbie,la cual le faltaba la cabeza.

Intenté quedarme seria pero una risita se me escapó provocando su llanto.

—¿De qué te ríes mami?,era Samantha, mi muñeca preferida—Contestó enojada y la abracé mientras la llenaba de besos.
—No seas tan enojona,te prometo comprarte una igual o mejor,¿eso te gustaría?—Pregunté sonriente y ella me miró con ojos llorosos.
—Sí mami, mi hermano es malo— Respondió sorbiendo su nariz y fruncí el ceño.
—¿Dónde está él?—Pregunté preocupada y me señaló el piso de arriba.

Daba a entender que estaba en su propia habitación. No me quedó otra que subir las escaleras y detenerme justo en el pasillo.

—Campeón ¿puedo pasar?—Pregunté mientras golpeaba la puerta lentamente.
—De acuerdo mami — Contestó con voz dulce y abrí la puerta.

Me quedé viéndolo de brazos cruzados y apenas lo vi llorar sosteniendo su peluche me acerqué.

—¿Por qué lloras?—Pregunté mientras me sentaba a su lado y lo abrazaba a mi cuerpo.

Me miró angustiado y sollozó.Realmente me ponía muy mal verlo tan triste. Sebastián para mi es mi bonito niño preferido y lo amo demasiado.

—He escuchado a mamá hablar contigo,del bebé en camino y de verdad que no quiero que me dejes de querer— Susurró mientras lágrimas caían en su rostro.

Me partió el corazón verlo así y lo abracé con fuerza, provocando sus quejidos de ahogamiento.

—¿Enserio piensas que te dejaré de querer?,nadie será como tú mi pichono, espero que cuides de el nuevo integrante en la familia. Yo te quiero mucho mucho, hasta las estrellas y más allá —Respondí sincera mientras peinaba su cabello hacia atrás.
—¡Oye mami!¿te gustó lo que le hice a la muñeca de mi hermana?—Preguntó divertido y me quedé seria.
—¡Eso estuvo muy mal!,¡no debes romper los juguetes de tu hermana!—exclamé con un poco de enojo y luego levanté las cejas —Pero lo admito eso fue muy gracioso—Comenté entre risitas y lo vi echar la cabeza hacia atrás mientras reía a carcajadas.

Lo llené de besos y luego le siguieron las cosquillas, que seguramente Anita y Fernanda escuchaban cuán bien nos la pasamos.

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