Capítulo 42

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Abrí la boca para dejar salir jadeos y luego temblé de frío al sentir por segunda vez un baldaso de agua helada.
De lejos escuchaba gruñidos y sé de quien venia y más me dolía el hecho no poder hacer nada.
Un puñetazo dio en mi costilla y blanque los ojos mientras trataba de hacer pié.

—Escúchame tontita,fue un error de que te metieras en la vida de Fernanda,nosotros eramos muy felices y viniste a arruinar todo —Francisco susurró en mi oído y comencé a reír.
—¿Felices?,pues se notaba a kilómetros que ella sufría estando a tu lado,siempre te jodió que yo la hiciera verdaderamente feliz y esto.. —Volví a reír y suspiré—esto demuestra que tan bajo puedes caer—Respondí orgullosa y luego gruñí al sentir un puñetazo en el estómago.

Me tomó del cabello con fuerza y pude notar su aliento a licor, una vez cerca de mi rostro.

—Fernanda nunca aceptó estar conmigo entonces no estará con nadie, ¿me has entendido?—Preguntó alterado y le escupí.
—Enfermo,no eres nada Francisco, eres tan débil, ¡que poco hombre eres!—Solté furiosa y escuché otro gruñido por parte de ella.

Sus pasos se alejaron y luego volvió a mi lado para empezar a darme descargas eléctricas.

—Esto es por Anita, ¡me la has quitado!—Dijo entre gruñidos y comencé a balancearme de atrás para adelante.
—¡Idiota!,¡voy a molerte a palos!—Grité angustiada y me agité al sentir otra descarga.

Estuvo unos segundos más torturándome y luego mis piernas se doblaron del cansancio.

—¿De verdad piensas hacerme daño?—Susurró y luego me quitó la venda.Viendo al instante en donde me encontraba.

Era un galpón y estaba alejado de las demás personas. Pude ver tambien a Fernanda amordazada, con los ojos rojos de tanto llorar y las manos atadas detrás de la silla.

Empecé a darme cuenta que quizás alguien de las dos saldría muy mal de la situación,pero debía saber el final de éste suceso triste.

—¿Qué es lo que te ocurre?,siempre supe que eras un estúpido pero el verte como enfermo mental jamás se me pasó por la mente. Desearía que te calmaras, respires hondo y sepas que estás cometiendo una locura—.Comenté entre dientes viendo como una sonrisa macabra se formaba en su rostro.

Señaló a Fernanda,que se encontraba muy asustada y luego achicó sus ojos.

—Es la culpable de haberme alejado de mi hija cuando apenas era una bebé, te dio el permiso a ti,a una desconocida le dio el permiso de ser madre cuando realmente ellos no te importan en absoluto—.Respondió angustiado y levanté la cabeza para enfrentarlo.
—Por ellos soy capaz de todo,esté con quien esté aún siguen siendo mi familia y los defenderé a muerte,de ti u otra persona que quisiera hacerle daño por simple envidia,por no reconocer que ha perdido la batalla la primera vez que negaste ser su padre y haberle dicho que abortara —Respondí con un nudo en la garganta,viendo como mis palabras hacían efecto en su persona —Volvería a ese preciso momento y me haría cargo de Ana Sofía como siempre lo hice.

Aquello fue lo que desbordó la poca paciencia que le quedaba, en un segundo tenia todo su cuerpo sobre el mío, mientras una hoja filosa se clavaba en un costado de mi estómago.
Mis oídos zumbaban,mi respiración se atoró y lo siguiente fue escupir sangre mientras lo miraba con los ojos súper abiertos.

Gruñidos gruñidos desgarradores se escuchaba de lejos y sabia que eran de Fernanda que estaba desesperada, angustiada y dispuesta a salvarme aún si estaba atada sobre una silla.
Unas luces se encendieron y empezaron a entrar por todos lados un equipo de policías, armados hasta los tobillos. Apuntaron a Francisco y le gritaron que se alejara de mi y que soltara aquél cuchillo que estaba cubierto de mi sangre.

Veía todo a cámara lenta,me hablaban, me palmeaban el rostro y una persona logró soltarme de las cuerdas.Me recostaron en el suelo y lo primero que hice fue estirar los brazos mientras balbuceaba su nombre. En éste momento solo me interesaba que estuviese a salvo,y quería que me lo dijesen.

—¡Ana!,¡Ana aquí estoy,aguanta aguanta amor,todo va a salir bien, te lo prometo,solo quédate conmigo, por favor Ana!—Fernanda pronunció angustiada mientras me abrazaba con fuerza.

Tomé su mano con fuerza y luego la solté cuando me alejaron para subirme a la camilla.

Tomé su mano con fuerza y luego la solté cuando me alejaron para subirme a la camilla

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