Capítulo 4"No soy tu muñeco"

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Luego de terminar de acostar a los niños en sus respectivas camas y de haberles contado un cuento por fin pude tirarme al sillón a disfrutar una película en Netflix,necesitaba relajar mi mente,pero todo empeoró cuando encontré una película de amor lésbico, las chicas se amaban y prometían vivir felices para siempre y eso me produjo congoja, porque solíamos decirnos eso,Fernanda y yo nos prometimos tantas cosas que hoy a la edad de treinta tres años pareciera que no nos acordamos de aquellas palabras.
Me siento usada y cansada de que siempre la que sufra tenga que ser yo,pero eso va a cambiar a partir de ésta noche,ya no más lágrimas por quien no me valora.
Llevaba comiendo dos bolsas de papas fritas,y otra de maní con cáscara, lo acompañaba tomando unas latas de cervezas bien frías,ya no me importaba ponerme ebria, la estaba esperando para decirles unas cuantas cosas a la cara,me cansó su estúpida actitud.
Estaba entretenida mirando un capítulo de OITNB en la que Alex besa ferozmente a Piper sobre la mesa de la biblioteca hasta que el ruido de la puerta abrirse me saca de trance.Era ella,se la veía avergonzada y muy patética bajando la mirada mientras se quitaba el abrigo, una vez cerca mio intentó besarme pero la alejé de un empujón.

—Tú no entiendes—Fernanda susurró angustiada mientras se arremangaba la camisa blanca que suele usar todos los días en su trabajo.
—¿Qué no entiendo?,maldita zorra barata—balbucié furiosa mientras la señalaba con el dedo.
Sollozó y se alejó con miedo cuando me levanté de golpe y tiré la lata vacía al suelo.
—Ana por dios....trata de calmarte —pidió angustiada y apreté los dientes mientras la sostenía de los brazos con fuerza.La arrinconé contra la pared y gruñí furiosa.
—Estoy cansada de ésta estúpida situación, ¿quién te crees que eres para burlarte de mi?,¿qué pasa?,ahora que ya no está Francisco ¿te andas calentando con todas las que pasan por tu trabajo?,no me jodas—comenté con ojos llorosos mientras apretaba sus muñecas.
—¡Dios no!,deja de hablarme así, estás alcoholizada Ana,y no sabes lo que dices, sueltame— susurro angustiada y sonreí sarcástica.
—No hagas eso,no fingas que no las descubrí en pleno toqueteo sexual,me das asco,¿desde cuándo me engañas?quiero saber,zorra sociable—respondí burlista y la solté.
Recibí una bofetada y cerré los ojos mientras apretaba mis puños.
—Solo cometí un error carajo y lo lamento,¿de acuerdo?,pero no merezco que me trates así, baja ese tono que tienes conmigo pendeja,porque se te pudre todo —me amenazó con el dedo mientras sentía su cuerpo temblar.
Reí mientras me inclinaba y resoplé en su rostro.
—Vas a oírme muy bien Fernanda,no te creo nada,después de todo lo que hice por ti,después de todo lo que di para ti no me valoras,entonces finalmente puedo decir que ya no puedes mandarme,eres una maldita persona, te perdiste el juego y diploma de tu hija por estar follando con esa macabra y horrible zorra que te tiras hasta las cinco de la mañana,no me hables,recapacita por todo el daño que has hecho a ésta familia,el tiempo corre y ésta relación déjame decirte—me incliné y pegué un puñetazo en la pared haciendo un hueco—prende de un hilo nuestro matrimonio.
Me miró sollozando y me alejé, entré a la habitación y luego volví a salir con unas almohadas, se las tiré en el sillón y la señalé.
—A partir de ahora no duermes más conmigo, dormiras aquí en el sillón, como las perras—comenté cansada provocando que se cubriera el rostro.

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