TE AMO AMIGA 2©™

Capítulo 19 †Hospital†

Había venido en el primer vuelo, como lo presentía había ocurrido algo malo y aunque no me acuerde de ella todos dicen que es importante para mi. Además debo cuidar de esos niños,me he encariñado y no es mi culpa que ellos sean bonitos conmigo.
Apenas llegué y vi a Leticia la amiga de ella,decidí correr hacia donde estaba sentada.
Nos abrazamos y luego empezó a hablar muy rápido mientras lloraba.Estaba muy nerviosa y asustada y yo solo no podía dejar de ver aquél tipo sollozar con la cabeza descansando en sus manos.

—Ella no está bien Ana,está en coma desde ayer,no vio el coche que venía descontrolado —Susurró mientras arreglaba el cuello de mi camisa.

Bajé la cabeza y luego me acerqué al tipo que me estaba mirando con angustia.

—¿Y tú quien eres?,¿te conozco?—Pregunté frotándome el mentón y asintió.
—Soy Francisco, papá de Anita y pss solo pasaba por aquí,quería hablarle de lo nuestro— Respondió levantando los hombros y trague saliva.
—Voy a pasar ¿de acuerdo?,dile al médico que estoy dentro por si me quiere contar algo— Le dije a Leticia mientras me alejaba.

Una vez dentro de la habitación cerré la puerta y me acerqué a la cama.Estaba dormida,su rostro estaba con moretones en un lado de su frente y su pecho subía y bajaba lentamente al respirar.
Tomé su mano y me quedé viendo la otra apoyada en su vientre.
De pronto se abrió la puerta y miré aquella persona que se puso a mi lado.

—¿Y el bebé como está?—Pregunté angustiada, notando como sus ojos se abrían de sorpresa.
—¿Cómo sabes eso Ana?—Leticia respondió rápidamente.

La quedé mirando con el ceño fruncido y bajó la cabeza cuando quise sostenerle la mirada más de lo que ya lo hacia.

—El bebé está bien,es un milagro dijo el doctor—Me miró con los ojos entrecerrados y aclaró su garganta—¿Hay algo que me quieras decir?,¿cómo supiste de esto si Fernanda no te lo contó?.

Solté la mano de Fer y caminé hasta el sillón, me eché en el y crucé mis piernas pensando en que decir de ahora en adelante.

—Claro que la recuerdo,todo me acuerdo, solo que fingí no haberla conocido para protegerme de un trauma.Quise que sufra porque me estaba viendo la cara de estúpida. ¿Crees que nunca supe que me engañó con Francisco?,pues fíjate que sé todito, y se sabe que ese hijo que carga es de él.No vengas a hacerte la santa, porque a ti también te conozco —Me levanté y me acerqué a donde estaba— tú fuiste la que empezó con todo el daño a esta familia,no te pudiste aguantar que seamos felices casadas, por lo tanto hiciste todo por llevártela a la cama, te felicito—Susurré con ojos llorosos viendo su cara de terror.

Caminé hacia la puerta y luego me voltie.

—Como esposa me quedaré aquí hasta que despierte pero luego seguiré con mi vida,ya no quiero ser la segunda opción de nadie,porque duele lo que me a hecho —Comenté sollozando mientras la señalaba.

Salí de la habitación, guardandome las ganas de dar un portazo y caminé hacia la cafetera.Quité monedas y las puse en la ranura,miré la lista de cafés que había y luego de decidirme elegí un capuchino. Apreté el botón y esperé ver caer el chorro en el vaso de plástico.

Él se había puesto a mi lado e intentaba sacarme conversación, claramente me veía como una estúpida con mala memoria y me reí provocando su mirada.

—Después de tanto tiempo,después de tantas palizas que te di, y luego de tantas mujeres que has tenido desde la secundaria, tenías que tenerla ¿cierto?,no te importó que sea feliz conmigo, lo vuelves hacer y me da tanta bronca,tengo unas inmensas ganas de matarte,de agarrar tu chaqueta y obligarte a que te revientes la cabeza a golpes contra la pared. Ya no soy la Ana que se dejaba manipular, si antes te quedaste con las sobras ahora te quedarás con el hecho de que en esa cama la usamos nosotras en nuestras noches largas de pasión, cada vez que ella te vea,en cierto modo me estará viendo a mi,y cada vez que diga entre gemidos ahogados"Te amo" en realidad me lo estará diciendo a mi— Comenté seria mientras revolvía el café con la cucharita y el azúcar recién puesto.

Intentó hablarme pero no salió ningún sonido de su boca. Me alejé y caminé hacia unos de los sillones cómodos de la clínica privada,y al llegar me senté a tomar mi café con entusiasmo.