;Adaptación de ambientes

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Normalmente no era una buena persona, prefería hacerse pasar por alguien que no era en realidad. Siempre se mostraba frío y distante porque temía encariñarse y que las personas que se le acercaran terminaran sufriendo, pero se estaba arrepintiendo un poco de eso. Gracias a su terquedad de rehusarse a ser sentimental había perdido a la única persona que había amado -y seguía amando-: Yoo KiHyun. Sabía que en los últimos meses había tenido un par de recaídas que llegaban después de sus constantes pesadillas cada noche, y jamás le había querido contar a su novio porque no sabía cómo éste podría reaccionar, si seguiría queriéndolo igual o no. Pero KiHyun terminó cansándose de esperar ser amado de vuelta, y HoSeok lo sabía. Lo sabía cada que llegaba a su frío apartamento y se ponía a beber hasta emborracharse, lo sabía cuando no sentía presencia alguna a su lado en la cama, lo supo cuando quiso ir a visitar a KiHyun y se enteró de que él se había mudado a Daegu. Se culpaba de no haber sido una buena pareja, de no haber querido decirle un te amo a su novio en aquel entonces, porque habían durado uno o dos años juntos, pero HoSeok jamás le había dicho que lo amaba y se odiaba ahora por la actitud tan estúpida que mostró con él, más no podía hacer nada ya, sólo resignarse a estar en soledad.

Continuó pensando en su miseria mientras caminaba por las concurridas calles del centro de la ciudad, iba de camino a su trabajo pero llevaba aproximadamente una hora de adelanto, así que no había prisa alguna por presentarse ya. El clima de la primavera le gustaba porque no hacía demasiado calor como en el verano, ni demasiado frío como en el invierno, o tampoco demasiado viento como en otoño; para él la primavera era un punto perfecto entre las demás estaciones y le hacía sentirse feliz ya que cualquier flor volvía a rebosar luego de haber estado entumecida en invierno. Se detuvo un momento para ver el parque que había delante de él al cruzar la calle, estaba lleno de árboles de cerezos y se tentó en ir a sentarse bajo uno para poder obtener una mejor reflexión sobre lo que quería hacer ahora con su vida, pero justo cuando iba a avanzar un chico pasó corriendo por delante de él y lo empujó diciéndole que se quitara. HoSeok observó que traía una bolsa color caqui en la manos y cuando vio detrás se dio cuenta de que dos oficiales lo estaban persiguiendo.

Pensó en el tiempo que le quedaba aún para llegar a laborar y decidió entrar en el callejón más cercano para poder salir por el otro lado de la cuadra. El ladrón pasó justo entonces y el chico de cabello lila lo tiró del brazo para adentrarlo al callejón con él. Cuando lo estrelló contra los botes de basura, HoSeok se había camuflado ya con la pared de un edificio y observó que los oficiales llegaban para terminar con su trabajo de arrestar al vándalo. Una vez se alejaron con el joven, él pudo salir de su escondite y volver a caminar entre las personas que de igual modo iban a sus trabajos o a cualquier otro lugar. También ésa había sido una de las tantas cosas que no había podido decirle a KiHyun cuando estaban juntos, que tenía cierto don y que las ocasiones en que llegó tarde a casa habían sido a causa de que ayudaba en secreto a la policía, y no por una infidelidad como por tanto tiempo el menor creyó. Pero por supuesto, HoSeok no había desmentido tampoco la teoría de éste, dejó que pensara que le era infiel para que no descubriera el secreto que intentaba seguir manteniendo oculto.

Concluyó que merecía quedarse solo porque él mismo era quien alejaba a las personas de sí. Y pensaba que así era mejor, sin ataduras, sin obligaciones con alguien, sólo él, él y sus secretos y pesadillas.

××××

Su trabajo en el restaurante realmente no era tan pesado ya que siendo mesero lo único que debía hacer era atender una específica zona del lugar y llevar los pedidos al chef o a los clientes, sucesivamente. Recibía buenas propinas por dos razones: su apariencia y su fingida actitud con las personas. A lo largo de su jornada, si le tocaba atender mesas repletas de mujeres -como ocasionalmente ocurría ya que ellas lo pedían a él-, ellas lo elogiaban a más no poder y él debía rehusarse siempre a mostrarse fastidiado y debía dejar que su sonrisa hipócrita y falsa se adueñara de sus labios, porque eran ellas quienes le daban más propina de la necesaria y él sólo podía agradecer no haberse descuidado jamás en cuestión de belleza o cuerpo. A final de cuentas, era éso lo que más paga le daba.

W-ire  [JooKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora