;Carta

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Un mes después...

Las cosas no iban especialmente bien en la casa, ChangKyun ya había vuelto a comer (o al menos trataba), pero se pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación. Ninguno de los chicos sabía cómo volver a acercarse a él, ni siquiera KiHyun, pues, después de todo, JooHeon se había encargado de crear los primeros lazos, sin él los demás se sentían algo perdidos.

Ese día no estaban haciendo demasiado, eran simplemente cinco sujetos viendo la televisión en busca de algo que pudiera entretenerlos hasta que se toparon con una película de superhéroes. MinHyuk arrojó un cojín al suelo y se sentó allí, atento al rodaje que ya llevaba varios minutos de iniciado.

-Pff, ¿qué es eso? Nosotros somos mejores -opinó, viendo a un hombre en pantalla que adoptaba la forma de alguien más.

-Es ficción, todo es una hipótesis de lo que se podría hacer, recuerda que nosotros no existíamos antes -reprendió KiHyun.

-¡Todo es falso! Además mira qué efectos. ¡Buuuuh! -de pronto, la imagen de otro hombre capaz de controlar el agua apareció ante los cinco espectadores.- ¡Oh, es como JooHeon! ¡JooHoney, ven a ver esto, tú... -calló de pronto al percatarse de lo que gritaba y el ambiente se apagó en ese momento.

El pelirrojo, quien mantenía el mando en su mano, apagó el televisor y bajó la mirada con un puchero enorme marcándose en su boca a causa de que quería retener su llanto. HyungWon bajó al suelo también y lo abrazó, suspirando para tratar de controlarse de igual forma, pero aquella muestra de afecto no hizo más que avivar la tristeza de MinHyuk, quien comenzó a llorar y fue enseguida rodeado por los otros, todos uniéndose en un abrazo silencioso mientras algunos soltaban pequeñas lágrimas. Un mes no bastaba para cerrar la herida que la partida de JooHeon había dejado, comprendían entonces una cuarta parte de lo que ChangKyun sentía a diario, era demasiado difícil hacerse a la idea de que la persona que los había unido ya no estaría más para ellos.

-No entiendo...

-Shh, está bien, Min. Ninguno ha llorado lo suficiente.

-¿Por q-qué JooHeon tuvo que hacer eso?

-Es complicado -habló esta vez HyungWon. -Alguien iba a pasarlo, según mi sueño. No imaginé que sería JooHeon.

-¿Tal vez es momento de entrar a su habitación? -preguntó HoSeok con lágrimas retenidas al borde de sus ojos. -Me gustaría hacerlo, limpiar un poco.

KiHyun asintió con la cabeza y el de cabello lila se levantó para poder ir hacia donde mencionó con anterioridad. Si hubiese hablado de forma sincera, diría que quería alejarse para llorar a solas, porque seguía en su idea de que nadie viese su lado débil, pero también necesitaba desesperadamente adentrarse a la habitación de JooHeon para despedirse de forma correcta; aunque hubiera visitado su tumba ya varias veces, saber que se encontraba vacía no calmaba de ninguna manera su tristeza, en cambio, la habitación era algo mucho más íntimo y estaba plagada de recuerdos.

Una vez que se topó con la puerta que decía Lee JooHeon escrito en un papel por el rubio, colocó su mano en la perilla y la giró con sutileza a la par que empujaba la madera y era recibido por un olor extraño. Podía describirlo como ausencia, como si algo hubiese estado guardado durante mucho tiempo. Nunca había estado en la habitación de Joo antes, pero era hasta cálido pasearse por ahí, familiar. Fue entonces que permitió que sus lágrimas cayeran por sus mejillas libremente.

Las cobijas revueltas y la laptop abierta sobre el escritorio indicaban que, efectivamente, ninguno de los chicos se había internado a la recámara.

Sacudió un poco de polvo que vio volando cerca de su nariz y tomó una manta cualquiera con la que se encargó de limpiar cada superficie (no sin antes abrir las ventanas para no sofocarse de estornudos).

W-ire  [JooKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora