Sintió un escalofrío y se acurrucó bajo las mantas térmicas que le fueron colocadas por una persona que se sentía ajena. Lo único que sentía en esos días era una indescriptible agonía, sus manos parecían estar hechas de hielo, y ni hablar de su interior. ChangKyun estaba muriendo lentamente, pero su barriga abultada se sentía tibia, el calor se había concentrado en esa zona y no podía parar de pensar en las mil y un razones de por qué todo eso estaba mal: la persona dentro de su cuerpo ni siquiera debía existir, pero allí estaba, robando su aliento a cada segundo transcurrido, como una usurpadora.
Ya no solía acercarse a la ventana para observar el cielo o a sus alrededores, dejaba la cama de JooHeon exclusivamente para ir al baño, KiHyun se encargaba de llevarle silenciosamente la comida a la habitación. ¿Se había vuelto patético? Sí, pero no tenía las fuerzas para continuar, cada día era una batalla contra la muerte, una batalla que creía que pronto perdería, porque los pensamientos en su cabeza ya no tenían forma, eran manchas oscuras que se expandían abarcando cada pequeño hueco brillante.
Se levantó cuando se dijo que ya no tenía caso resguardarse y, a paso lento, dejó atrás las infinitas escaleras para llegar a la sala, avanzando hacia la cocina con la madera crujiendo bajo sus pies. Todos sus intentos de acabar con su pesadilla en el pasado fueron interrumpidos por KiHyun, siempre detrás suyo como una sombra, ChangKyun estaba harto de ver sus ojos llenos de lástima y compasión, sabía que en sus pupilas se veía reflejado el animal indefenso en que se había convertido, por ello quería huir. No le fue complicado alcanzar un cuchillo del estante, había prometido a JooHeon -en uno de sus tantos sueños- que no se haría daño a sí mismo, pero ya no quería seguir vivo por la felicidad de otros, a él no le importaría partir con el monstruo creciendo dentro de sí, era lo que deseaba.
Tomó un respiro y acercó el filo del arma a su estómago, no había ropa suficientemente holgada que cubriera aquella protuberancia, el asco siempre lo atacaba al bajar la mirada a ella.
-Lo siento... -dijo en un murmullo, alzando el cuchillo solamente para dejarlo estamparse con fuerza y determinación.
Pero sus brazos quedaron estáticos a medio camino. ChangKyun intentó moverlos hacia abajo con desesperación, sin embargo, cuando se dio cuenta de que no cederían, su llanto lastimero no se hizo esperar, porque KiHyun estaba parado en el umbral de la cocina, frustrando sus planes en silencio de nuevo.
El mayor se acercó a él y el pelinegro liberó el arma de sus manos, aferrándose al otro cuerpo como si este fuera un ancla con la Tierra, mientras se deshacía en lágrimas, prometía no volver a hacerlo y clamaba su perdón.
KiHyun no dijo demasiado, pero transmitió mediante su pensamiento una frase que quedó grabada en la cabeza del menor, logrando que momentáneamente se tranquilizara y pudiese descansar.
"Te prometo que esto terminará".
××××
El médico encargado de su caso llegó junto a otras dos personas, KiHyun los recibió en la entrada y tuvo que recurrir a lavarles el cerebro para que olvidaran el suceso tan pronto como terminara. Desde lo ocurrido con ChangKyun durante la madrugada quedó tan asustado que lo primero que hizo al despertar fue llamar al doctor de aquel hospital al que habían ido para hacer los exámenes de sangre, quería ayudar al pelinegro y supuso que para todo el tiempo que había pasado ya debía ser necesaria la intervención.
Los guió hacia el laboratorio y consultorio de la casa, ChangKyun se hallaba sobre una camilla y no tardaron demasiado para acercársele, preguntando cómo se sentía, si había comido correctamente esos meses e indicaciones de rutina para relajarlo.
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W-ire [JooKyun]
FanficEllos son diferentes. Ellos son la única esperanza que el país tiene para acabar con una amenaza desconocida. Leales como bestias domesticadas, escudos para la sociedad, almas jóvenes dispuestas a dar su vida por cualquier cosa. Ellos son siete elem...