;Revelación

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ChangKyun abrió los ojos y se dio cuenta de que se hallaba en el bosque, pero no en cualquiera, sino en ese que rodeaba la enorme casa en la que se hospedaban; de inmediato se sorprendió, pues no recordaba cómo era que había llegado hasta ahí. Lo último que su mente tenía presente era que se recostó en la cama de JooHeon como ya se había acostumbrado en los últimos días, sin embargo, al mismo tiempo el ambiente en el que estaba se sentía familiar.

Se levantó con los rayos del sol colándose entre las ramas de los árboles y siguió un camino que ya había cruzado con anterioridad hasta que llegó al pequeño lago. Pero tan pronto como se acercó al agua su corazón se puso inquieto, causando que voltease hacia la izquierda y quedara petrificado ante lo que vio: JooHeon estaba ahí, su JooHeon paseando tranquilamente su mano dentro del agua, acuclillado en la orilla. ¿Cómo era posible que eso estuviera sucediendo?

-Llegaste -ChangKyun no recordaba que la voz del rubio hubiera sonado tan angelical antes, tan dulce, pero lo hizo y él sólo fue capaz de correr hacia él para tumbarse en sus rodillas y abrazarlo con fuerza. -Estás feliz de verme -aquello no era una pregunta.

El pelinegro se rompió en sus brazos y comenzó a llorar como si su vida dependiera de ello, todavía no se explicaba por qué JooHeon estaba ahí, pero no quería dejarlo ir. -Te extrañé.

-Aun lo haces.

-¿Qué? -se alejó cortos centímetros mientras limpiaba sus lágrimas y el rubio le dedicó la sonrisa más linda que había visto jamás.

-Aun me extrañas, Kkungie, yo no estoy aquí.

-Pero me abrazas -dijo creando un agarre sobre los brazos de su contrario para comprobar sus palabras. -Estás aquí conmigo.

-Has elegido este recuerdo para verme. ¿El día que te traje al lago para darte un espectáculo acuático? -preguntó con un tono suave y otra pequeña sonrisa, causando más dolor en el corazón del pelinegro. -Yo no estoy aquí, es un sueño, pero tengo exactamente las palabras que quieres escuchar.

-¿Por qué te fuiste? -interceptó antes de que su razón representada en su persona amada hablara por él. -Estoy esperando un hijo, ¿sabes? Tú simplemente me abandonaste.

-¿Querías morir tú en mi lugar?

-Sí -respondió sin dudar. -Si eso implica no sufrir esto, desearía haber muerto yo.

Las cálidas manos del rubio se posaron sobre sus mejillas y él se apoyó en su tacto mientras cerraba los ojos, aspirando fuerte para tratar de calmarse. Tener a JooHeon ahí se sentía real, incluso si era producto de su desesperada imaginación. El movimiento de sus labios contra los propios era vívido, también, pero le dolía pensar que era por otro de sus recuerdos que el chico estaba besándolo, porque, aunque la acción le devolvía buenos pensamientos, para él era como una dolorosa despedida.

-¿Por qué apareces ahora? -cuestionó en un murmullo una vez que sus rostros se separaron. -Han pasado casi dos meses. ¿Por qué no viniste antes?

-Los demás están preocupados por ti. Es momento de que dejes de esperarme. Yo no regresaré.

-Iré contigo -sentenció.

-No.

-¿Por qué no?

-Tu lugar está aquí, Kkungie, con nuestro hijo -su mano cayó en el vientre del pelinegro y este no pudo retener las nuevas lágrimas que ya escapaban de sus ojos-, con tus amigos... Con tu familia. Llegará el día en que debamos encontrarnos, pero todavía falta mucho para eso, ¿de acuerdo? Me enojaré si te veo antes.

-No estoy seguro de poder durar demasiado -se sinceró con sus ojos destilando tristeza. -Mi cuerpo ha estado enfriándose. Tengo miedo de que me suceda lo que a mi madre.

W-ire  [JooKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora