Capitulo 33

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Horas después el timbre resonó, dando por finalizadas las clases del día y de la semana.

Ulquiorra, junto con los demás alumnos, fueron de los primeros en dejar el aula, no sin antes mirar a la pelinaranja desde la puerta del aula, con una intrigante mirada, que era lo quería decirle con eso?...bueno ya se lo preguntaría después, mientras ella recogía sus cosas y salía también del aula, le extraño que Kurosaki no la hubiera esperado ahí en el aula como normalmente lo hacía, al buscar también a los demás, se percató que también se habían retirado. "Eh?....mmm...tal vez tenían algo que hacer?....quizás..." se dijo para sí.

Una vez cerrando su taquilla y colocándose sus zapatos formales, salió del edificio rumbo al portón, ninguna señal de Kurosaki por ningún lado, es que no le había dicho que necesitaba hablar con ella personalmente?...

Absorta en sus pensamientos, no noto que alguien la observaba mientras caminaba, siguiéndole el paso hasta lograr alcanzarla.

-Hey, si sigues así tropezaras y podrías tener un accidente.-

-Eh?!....-y como si hubiese sido una premonición, así sucedió. La chica en cuestión, trastabilló con sus propios pies perdiendo el equilibrio, haciendo su camino directo al duro concreto.

Cerró los ojos solo esperando la caída, pero esta nunca llegó. En cambio, sintió unos fuertes brazos sosteniéndola evitando así el impacto contra el suelo.

-Ves, te lo dije.-se escuchó una leve risilla, mientras decía.

-G...gracias...-

-Abre tus ojos y luego me agradeces....quieres?...-suavemente la incorporó.

-Emmm...gra... gracias....Kurosaki-kun.-soltó después de abrir sus ojos y saber de quién era aquella voz tan melodiosa, increíble, aun a pesar del tiempo, podría causar estragos en ella?...no podía ser cierto, sus mejillas se colorearon de un delicado color rojo, su nerviosismo, y sus atropelladas palabras, mostraban a una chica sumamente avergonzada al generar tal peculiar escena en la que se encontraban. Delicadamente se separó de los brazos de él.

-No tienes porque.-dijo al verla separarse, extrañando inmediatamente el calor y sutil aroma a melocotón que despedía la delicada mujercita.-Nos vamos?, disculpa no esperarte antes, pero debía hacer algo urgente, así que por eso decidí esperarte afuera.-

-Algo que hacer?...-musitó por lo bajo, mientras miraba al chico, con una sonrisa de par en par "extraño, que pasará aquí?" pensó para sí.

-Dijiste algo?-

-Eh...no nada....está bien...vámonos.- se encamino junto a su amigo hacia la salida, perdiéndose entre la cantidad de estudiantes que también salían a esa hora.

*****

-Maldición.-apuño sus manos, mientras veía a unos pareja de chicos de cabellos naranjas alejarse del recinto.-Nunca te rindes, verdad Kurosaki.-su mirada destilaba molestia, aun cuando esta no fuera perceptible.-Estas bien con esto mujer?.- y diciendo esto, se dio media vuelta, mientras metía en su mochila su libro de historia que había olvidado en su escritorio dentro del salón, algo poco inusual en él ya que siempre es responsable con sus cosas, quizás sea por la sensación extraña que ha estado molestándolo últimamente, y eso solo sumaba su mal humor al fin y al cabo.

Una clara imagen de ambos adolescentes, donde una era sostenida por los brazos del otro, cruzo su mente, "Cuál es tu juego esta vez... " estaba irritado, y no podía demostrarlo, le había advertido en alguna ocasión, al tipo ese que no se metiera en sus asuntos, y ahora la mujer era parte de esos asuntos, pero ¿y ella?... Ella también no hizo nada!....es decir, se quedó quieta para que la tomará así? cuál era su participación ahora, damisela en apuros o qué?.....era increíble todo que le hacía pensar la ojigris gracias a su torpezas e inocencia. "Cálmate Ulquiorra, cualquiera diría que estas paranoico."

Otra Oportunidad (La dulzura de un amor se paga con lagrimas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora