Capítulo 45.

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—No debes estar nerviosa- sonrió dulcemente.

—Bueno... es difícil para mí... es la primera vez que voy en avión y ya no se diga salir de mí país...- haciendo mayor agarre a su maleta de mano.

—Creo que tienes razón- se rio sutil —pero míralo como una nueva experiencia, además recuerda que vas con nosotros, y a todo esto....- dijo al mirar hacia todos lados.

—Donde están tus amigos, creí que vendrían al menos a despedirte, no es que importe pero supuse que sería así- termino de decir Ulquiorra al entender que era lo que preguntaría su madre, además no era la única, él también tenía esa curiosidad.

—Ah! este... bueno... verán...- Orihime suspiro, de cualquier forma en algún momento tendría que decírselo a Ulquiorra, así que quizas era el mejor momento, sin contar que la madre del chico, es posible que también tuviese la curiosidad respecto al tema.

—Si, ¿Qué sucede?-

—La verdad...- la pelinaranja agacho un poco la mirada — es que tuvimos una discusión hace unos días y pues, no estaban de acuerdo a lo que quería hacer... en realidad nunca lo están...- susurro lo ultimo —Es por eso que no ha venido nadie, y Tatsuki-san, ella que fue la única que se alegró por mí, su vuelo salió mucho antes que el mío, así que de ella ya me despedí, además no se preocupen, que a pesar que mis amigos están enojados por ahora, cuando venga se que ya les habrá pasado...- coloco una sonrisa en sus lados, tratando de mostrar que no le preocupaba como podrían imaginar ambos ojiverdes.

—Bueno, si es así, creo que esta bien- menciono algo contrariada al mujer mayor- será mejor que vayamos a tomar nuestro vuelo, ya casi es la hora.

Y así, con un Ulquiorra que observaba muy atento a la pelinaranja, se encaminaron a su vuelo, no estaba del todo convencido, pero si era su decisión el ir con ellos, y el idiota con nombre de fresa no había aceptado la idea, le importaba muy poco, siempre y cuando lo que hiciese la chica era algo que ella misma quería hacer, punto.

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Ya habían transcurrido unas tres horas en el vuelo y Orihime estaba admirando por la ventana las nubes y amplio mar que se veía al horizonte.

— Esto es hermoso... nunca creí que se vería así desde un avión el paisaje, Ulquiorra mira!- señalaba muy emocionada la chica, valga mencionar que iba sentada junto al pelinegro, quien curvo un poco sus labios al ver como ella se veía tan animada, después de que solo hace unas horas atrás estuvo algo pensativa con respecto a sus amigos.

—Si, espera a que veas Alemania, creo que te gustara incluso más- soltó sin pensar, ¿desde cuando actuaba tan animado incluso él?

—¿Es eso cierto? ¿y cuanto hace falta para que lleguemos?- dijo con sus ojos incluso más iluminados.

—Faltan ocho horas aun, pero, así que te sugiero, para que no sientas el tiempo, mejor leas o incluso duermas un poco- hablo con total parsimonia.

—Que?! ocho horas aún?!!! No me digas que eso mismo tuviste que pasar para que llegaras a Japón?!- hablo con lagrimas en los ojos por la sorpresa, a pesar que Orihime podría ser una chica tranquila, también tenia su hiperactividad que la caracterizaba, y estar ocho horas sin mover mas que sus brazos y su cuello, no era algo que fuese capaz de soportar, pero como toda una chica dulce y recatada tenia que comportarse, o eso era lo que siempre le decía su hermano.

—La distancia desde Alemania hacia Japón es sólo de 9135 km o 5676 millas, y viceversa, así que no debería de asombrarte el tiempo de vuelo- le menciono Ulquiorra quien cruzaba de brazos y cerraba sus ojos.

Otra Oportunidad (La dulzura de un amor se paga con lagrimas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora