Capitulo 14 Parte I

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Y asi corrían los dias en lo que los jovenes amenamente se divertían trabajando para preparar el festival cultural del Instituto de Karakura.

-Ahhh, Inoue-san, puedes venir un momento.-pregunto Ishida haciendo señas desde su escritorio para que se acercara.

-Huh?, Si en un segundo voy!.-termino de anotar el tipo de disfraz que quería un chico de cabellos rojizos y ojos del mismo color.-Gracias Kyo-kun, ya tengo apuntado tu vestuario.- regreso hasta donde Ishida.-Si, ¿qué sucede Ishida-kun?, ¿pasa algo?.-dijo mientras miraba curiosa a su amigo.

-B-bueno Inoue-san quería preguntarte, ¿s-si te gusto el regalo que te di?, disculpa si lo hice después de la fecha, pero estuve muy ocupado durante esos días.-apenado y acomodando sus lentes comento a su amiga.

-Huh?!, Ahh! no te preocupes Ishida-kun.-unió sus dedos en su mano y le sonrió.-claro que me gustó mucho, la verdad no sé cómo le hiciste para adivinar mi talla.- dijo mientras colocaba un dedo bajo su barbilla y miraba hacia arriba.- pero me encanto, eres muy bueno con la costura, si no fuera porque me dijiste que tú mismo lo confeccionaste, no me lo hubiera creído.- regreso su mirada al chico y le sonrió dulcemente.

-Gracias por recordar mi cumpleaños, también los demás me regalaron algo unos días después de ese fin de semana ¿sabes?, Tatsuki-chan me llevo un pedazo de pastel, Kuchiki-san me regalo un peluche de Chapí, dijo que le había gustado y decidió comprármelo, ahhh, y Kurosaki-kun me regalo una hermosa pulsera, por cierto es esta que ando puesta.-le mostraba una pulsera plateada con tres cadenillas rollizas a cada lado uniéndose por en medio, centrando un detalle de media pulsera de tubo y con un dije de media luna que colgaba de la misma.

-Huh?!, ¿Kurosaki te regalo eso?.-le pregunto asombrado.-vaya jamás me hubiera imaginado que él tuviera detalles como ese.-le dijo mientras admiraba la pulsera de Inoue.

-Si a mí también me sorprendió, pero fue un gesto muy amable, igual que el tuyo.-dijo mientras observaba su pulsera y luego regresaba su vista a él.

-No digas eso, para mí es un placer regalarte un detalle para tu cumpleaños.-sonrió y luego suspiro.- aunque debo admitir que lo que te dio Kurosaki hace ver mi regalo como insignificante Inoue-san.-dijo algo decepcionado el muchacho.

-Claro que no!.- negó con su cabeza.- me gustó mucho el vestido que me hiciste, en verdad es muy lindo, me asegurare de usarlo en una ocasión especial.-le dijo mientras se acercaba a su amigo, casi a la altura de su rostro con una expresión de ánimo.

-B-bien, g-gracias de todos modos Inoue-san....-sonrojado contesto el chico pues le puso muy nervioso que se acercara así la pelinaranja.-¿Y te la dio el mismo día de tu cumpleaños?.-regreso a su postura normal mientras se acomodaba sus lentes con sus dedos.

-No, fue el sábado de esa semana que me la dio.-contesto Orihime mientras observaba su regalo.

Orihime recordó el momento en que Kurosaki-kun le dio la Pulsera, era gracioso e irónico que ahora él le estuviese regalando algo como eso, pues cuando tenía sus sentimientos muy arraigados hacia el chico se hubiese desmayado de la emoción, para luego gritar y brincar de alegría por dicha acción, hubiese pensado que al fin había podido alcanzar al chico de sus sueños, pero eso no fue más que una fantasía al final de todo.

Ese simple detalle para ella significo otra cosa, no es que no le gustase pero era simplemente un capricho de la vida que tal accesorio le hiciese recordar de forma lacónica sus días en aquel lugar.

Sin duda era cosa del destino que ella debía tener siempre presente, sus momentos duros en desosiego así como también represento un lugar donde encontró por primera vez la fuerza que tenía para enfrentarse a todo, la osadía y valentía que ella no hubiese imaginado nunca que podría llegar tener.

Ulquiorra le dio una pulsera de plata muy preciosa, sencilla pero bella, que la llevaría a ese lugar donde estuvo cautiva por mucho tiempo hasta que sus amigos fueron a por ella en pro de su rescate, y precisamente ahora era Kurosaki-kun quien le regalaba otra pulsera, pero comprendiendo que era símbolo de su amistad, mientras la del pelinegro para ella simbolizaba, su valor, su fuerza y su amor....irónico que lo pueden ser dos pulseras con significados diferentes, tengan una sola cosa en común, y era esa luna, esa media luna, que le recordaba lo inmaculada y lo único resplandeciente en aquel lugar.....quizás si se comparaba, ella era esa Luna, que brillaba no solo para uno sino que para ambos, para un mundo lleno de oscuridad y frio y para el otro donde había color y calidez....el problema era que a quien debía darle más brillo, si al mundo sin esperanza, sin calor, solo con vacío, o al otro donde siempre hubo mucho más esperanzas y calidez que ninguna.

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Cuando Kurosaki-kun le entrego el obsequio fue precisamente el sábado de la semana de su cumpleaños, dos días después para ser específicos, agradeció que ese día no la fuese a recoger Ulquiorra, pues no sabría la reacción que tomaría si hubiera visto a Ichigo esperándola a que saliera de su turno del trabajo, no es que siempre el pelinegro la fuese a buscar lo sábados, pero a veces lo hacía pues debían avanzar en su proyecto, pero ese día en particular no llegaría, pues ella se lo había solicitado un día antes.

El viernes durante la cena, Orihime le había pedido a Ulquiorra que no se reunieran el ese fin de semana.

Tatsuki le había dicho que le celebraría su cumpleaños en su departamento el domingo, haciendo una almuerzo para ella, además que también tendría de invitado a los chicos, cosa que la alegró muchísimo, pero también se sentía un poco avergonzada, pues no le gustaba que gastasen innecesariamente en ella, según pensaba, así que por ello decidió, que el sábado después del trabajo iría a comprar algunos ingredientes para que no gastara solamente Tatsuki-chan y los demás.

Aunque Ulquiorra no reparo en la más mínima intención de preguntar el porqué de esa decisión, ella tampoco quizó decirle que era por su décimo séptimo cumpleaños que estuviera celebrando, en realidad le daba vergüenza decírselo, pues pensaba que de alguna manera él o Johanna-san se sentirían comprometidos a hacer algo para ella...-"bien ok tal vez él no, pero su madre si!"- así que mejor decidió guardárselo para sí.

Él por su parte solo accedió ante tal petición sin darle mayor importancia, solamente advirtiéndole que la siguiente semana debía recuperar las horas perdidas para avanzar en el proyecto y que no había excusas, debía llegar para ponerse al día con los ejercicios fiscales que le correspondían, así que de esa forma cerraron el trato, Orihime por su parte, se preguntaba si para él todo significaba responsabilidades y tareas, algún día le preguntaría si su vida era en verdad así de aburrida.

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Otra Oportunidad (La dulzura de un amor se paga con lagrimas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora