Otra Oportunidad (La dulzura de un amor se paga con lagrimas)

Capitulo 36.

Así de fácil te rindes...que patético...creí que eras más fuerte que esto..."

Aquellas palabras hicieron eco en su mente, recordó la vez que Ulquiorra se lo dijo, algo similar había ocurrido esa vez, en ese entonces el pelinegro la dejo cerca de la entrada del bosque de los menos y la obligo a defenderse por su propia cuenta, aun cuando estaba listo para protegerla en cualquier momento, él sabía que ella podía hacerlo sola, porque ella era fuerte y su capacidad grande, solo necesitaba un empujón y uno enorme, hacerla comprender que su supervivencia no significaba ir en contra de su creencia, sino darle prioridad a que ella también era importante y necesaria, haciendo eso evidentemente claro en Las Noches durante el cuidado que Ulquiorra estuvo haciendo de la joven, si para él era importante su seguridad y bienestar, aun cuando fueran el enemigo.

Ellos la tomaron en cuenta como uno de ellos, haciéndola sentir necesitada e importante. Ella era fuerte y lo sabía, solo necesitaba creerlo para sí misma, nadie más que ella podría salvarla siempre en cualquier situación, ella tenía la fuerza y fiereza que necesitaba, solo debía poner todo su esfuerzo, porque su vida dependía de ello...su vida...

Cuando las bestias estaban por chocar sus garras sobre la pelinaranja quien tenía su vista al suelo, un escudo dorado la protegió en último momento, repeliendo el ataque y devolviéndolo para destruir al mounstro, mismo sucedió con las otras bestias al tratar de atacarla de la misma manera, ella se levantó, un hilo de sangre bajando por su frente era visible en ese momento, pero lo más notable fue su mirada, no era la de siempre, no, no era miedo, o tampoco remordimiento, su mirada era dura y determinada, demostrando que ya nada podía perturbarla para destruir a quien quisiera lastimarla, sobrevivir era lo primordial, por ella...por él...se lo debía...y tenía que demostrar que lo haría.

Aun jadeando logro acabar con algunos Hollows mas, pero usar constantemente su reiatsu a ese ritmo se volvía agotador, si no lograba que alguien llegará a apoyarlos, no sabía cuánto tiempo más podrían durar.

-Inoue!...estas bien?...- pregunto preocupado, le ayudo a la chica a acabar con otros Hollows mas, parecía un ejército interminable, porque demonios no terminaban de destruirlos.

-Si...Kurosaki-kun...estoy bien...- en ese instante y con gran rapidez alzo un escudo alrededor de ellos para defenderse de cualquier otro ataque, puesto que más hollows que se veían a la distancia trataban de llegar a ellos para acabarlos.

-Me alegra, estuve muy preocupado...-la miro y recordó le aterrado que estuvo hace tan solo unos instantes atrás, no quería perderla, no estaba dispuesto a hacerlo...no de ese modo...-Inoue...yo...-

-Ichigo!-se escuchó una voz.

-Eh?!-Volvió su mirada a quien le gritaba.

Dos espadas, cortaban sin cesar a las criaturas que estaban dispuestas a atacar, flechas por igual se veían que atravesaban más mounstros que trataban de rodearlos y acababan con lo que lo que estuviera moviéndose, golpes con el puño, terminaban el trabajo de aquellos que estaban heridos tratando de seguir atacando.

-Rukia! Chicos!- Ichigo miro con alegría la pelinegra junto con sus amigos quienes habían llegado a ayudarle, Renji, Ishida e incluso Sado estaba ahí para protegerlos.

-Inoue! Dime estas bien?!-corrió hasta donde su amiga.

-Si...gracias...Kuchiki-san...-la chica disolvió el escudo y se dejó caer exhausta, Ichigo logro tomarla entre sus brazos antes de que ella cayera por completo al suelo.- y gracias...a ti también...Kurosaki-kun...-termino en un hilo de voz.

-Ichigo, que sucedió?, Kon fue a buscarme y nos dijo que estaban en problemas, pero no creí que fuera tan serio...-se arrodillo para cerciorarse que su amiga estuviera bien, se veía agotada, y viendo el panorama, no era para menos.-debió usar toda su energía, si descansa lo suficiente se repondrá, pero dime que paso?.-le pregunto al chico, mirándolo con preocupación.