Capitulo 36.

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Alexander Pov

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Alexander Pov.

Sentia que me llevaba el diablo. La cabeza me iba estallar por el dolor y rabia. Tenía ganas de romperle la cara al infeliz hijo de perra de Barnett Winter, por atreverse a cometer semejante estupidez en mis negocios ¡Oh pero se arrepentiría de eso! o me dejaba de llamar Alexander Harrison. Y por otro lado me sentía como león enjaulado por la insensatez de mi bella esposa que en cuanto la viese lo primero que haria seria encerrar bajo llave por lo menos esta que le llegue la hora de que diera a luz a mi hija.  La muy insensata se había largado sola, quien sabe a donde, sin pensar ni por un segun el peligro que podría correr sola. ¡Agg! es que solo recordaba la forma en la que se largo de restaurante me daba ganas de retorcerle ese bello cuello que tanto me gusta besar. Y solo por eso no lo haría pero de que dejaria encerrada bajo llave eso sí lo haría. Me serví un copa de coñac y marche el teléfono Domhall Gleeson, unos minutos más tardes el me respondió  y me explico la situación con más detalle y mi rabia contra Winter aumento ¡Maldito hijo de perra! lo mataré en cuanto lo vea. Tendría que llamar a Bennette y Ainsworth para mitigar los daños y que me hagan un estatus de cuánto dinero se perdería que tan grande saldría la penalidad.

Cúram mé cad a imbecile Gheimhridh, Tá sé ráite. Cealaigh an obair soith Anois!/Me importa lo que ese imbécil de Winter, haya dicho. Cancelen esa puta obra ¡Ahora!―le ordene, y fue cuando me di cuenta de que Kimberly se hallaba observando con recelo desde la otra punta del sala de estar del penthouse.―Cealaigh an obair nó caillfidh tú do phost./Cancela la obra si no quieres perder tu trabajo.―dije finalice la llamada y concentré mi atención completa en la bella mujer de ojos verdes avellana que me miraban con cansancio y sin ganas de discutir, lastima por ella.―¿Se puede saber donde carajo estabas?―le pregunté y ella se sobresaltó seguramente sorprendida por mi tono de voz, la verdad no quería ser grosera con Kimberly, yo la amaba, la adoraba pero estaba furioso con ella, con Winter con todo y no podía contenerme más.―Te estoy preguntando algo Kimberly, ¿donde rayos estabas?―le pregunto pero ella no respondió

Ella no me respondió en lugar de él eso puso los ojos en blanco y camino con si nada hacia la habitacion dejandome con la palabra en la boca. Eso solo logro hacerme enojar mucho mas, deje la copa de coñac y el celular sobre la mesa y la seguí llamando su nombre pero ella no respondía. Entró en la habitación y se sentó en borde la cama total calma y comenzó a quitarse los zapatos.

―Kimberly te estoy hablando. ¡Kimberly!―ella soltó un suspiro y me miró a ojos y fue cuando me di cuenta de estaba enrojecidos como si ella hubiese estado llorando. ¿llorando pero porque?

―puedes dejar de gritar―me pidió suavemente, se veía cansada y está triste―parece un lunático.

―entonces respóndeme cuando te hablo―dije tal vez con algo de dureza no intencional―¿donde carajo estabas?―le volví a preguntar tratando de bajar la voz, ella se encogió de hombro y suspiró.

Un canalla arrepentido [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora