Seis semanas después...
Estaba puesto el reproductor de música en la habitación de mi hija con música que consideraba adecuada para ella y ahora estaba sonando la canción de "Anchor de Mindy Gledhill". Ya había pasado un mes, un hermoso, magnífico y caótico mes con mi preciosa hija. Hoy me le tocaba la revisión con el pediatra postparto, así que la estaba arreglando para que le realizaran el control de cada mes. Tome el frasco de loción hidratante de bebé que había comprando cuando estaba en Francia de la marca "Tartine et Chocolat" era ridículamente costosa pero tenía un olor delicioso que me había encantado. Le aplique la loción hidratante por todo su diminuto cuerpecito y luego comencé a vestirla había elegido un corto vestido color blanco de lunares color azul turquesa que llevaba lazo dorado que iba colocado en su cintura. Tome una bailarinas del mismo color del lazo dorado y aprovechando que su cabello había crecido bastante le había puesto unas hebillas de pelo color doradas con diminutas perlas.
En muy poco tiempo, a mi pequeña le había crecido el cabello bastante como para que las puntillas de este se rizaba levemente. Ya vestida arreglada solo ella solo sonreía y movía sus manitas. Tome la botellita de cristal de colonia de la misma marca llamada "Ptisenbon" acerque mi nariz a la botella para inundar mis fosa nasales con el delicioso aroma que emanaba de este a: naranja, gálbano, limón, madreselva, jazmín, lirios del valle, ámbar, almizcle, musgo de roble, rosa de brasil. Le aplique un poquito y ellas estornudo levemente y yo sonreí.
―Salud, Ili―dije mientras le hacía gracia ella sonreí. Ella sonrió y tomó un mechón de mi cabello suelto y jalo con fuerza―¡Ay! Ilianna―dije sonriendo forzadamente ¿como alguien tan pequeño podía tener tanta fuerza?―auch, mi niña suéltame―le pedí pero ella solo se reía―vamos Ilianna suelta a mami, vamos mi amor. ¡Ilianna Nicollette!
―Necesita ayuda―escuche la voz de Alexander a mi espalda. Gire mi cabeza levemente y lo vi recostado del marco con una sonrisa burlona dibujada en su rostro. Yo lo fulmine con la mirada el se estaba divirtiendo viendo como nuestra hermosa y pequeña hija me torturaba con lindas manitas.
―Creo que eso más que evidente―masculle y vi como hija sonreí para nuevamente jalar mi cabello―¡Auch!―me queje―Alexander, cuando quieras puedes ayudarme sabes no hay prisa.―le dije con sarcasmo. Está exhausta Ilianna se levanta siempre cada tres horas para comer y en las madrugada son lo peor. Alexander se acercó a nosotras en cuanto Ilianna lo vio su rostro se iluminó por completo, y no era de extrañarse era evidente que mi pequeña amaba a su padre.
―Ili, vamos amor ven conmigo―dijo haciendo para tomarle en cuanto lo hizo mi hija soltó mi cabello y movió los brazos con una sonrisa en el rostro para su padre.―ven princesa―Alexander tomó a la bebé en los brazos y alzó de manera que ella quedó elevada sobre su cabeza y se reía a carcajada.
Era cierto eso de que no hay nada más expresivo como el rostro de un niño/a pequeño/a. Fuese por alegría o por dolor siempre era tan expresivo, cuando era por dolor era más que evidente: la boca abierta en una mueca desesperada, los ojos apretados, las lágrimas cayendo en cascada, la piel enrojecida por el esfuerzo...y los gritos que confirmaba que tenía unos pulmones que Dios bendiga. Con la alegría era casi lo mismo solo que en lugar de llanto había risa, mucha risa que llevaban el lugar y contagian a quien la escuche. Y mi hija que segundo Alexander y todos era una niña feliz sonreía más cuando estaba en brazos de su padre. ¿Y como no hacerlo? Alexander en muy poco tiempo se había convertido en un padre modelo un hombre que cualquier mujer desearía tener como esposo y padre de sus hijos.
Desde el principio fue el que hizo todo: El compro los primeros juguetes a la bebé, fue él que se encargó de darme la cantidad exacta que necesita una embarazada de ácido fólico cada noche, él que cortó el cordón umbilical de la bebé, fue él que le cambio los primeros pañales, fue él que le dio su primer baño, fue él que se encarga de despertar cada noche cuando me toca darle de comer a la bebe y si la leche está en un biberón él se la da. Apesar de lo ocupado que ha estado ultimamente siempre se toma un tiempo para pasar tiempo conmigo con Ilianna.
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Un canalla arrepentido [1]
General FictionAlexander R. Harrison Wright es un hombre guapo, rico, dueño de un gran imperio que esta condenado a muerte por una enfermeda incurable. Al darse cuenta de lo vacía que es su vida y como la a desperdicia en frivolidades, decide aprovecha su último...