Estoy parada frente al espejo convenciendome de salir al boliche con mis amigas. La verdad? No tengo ganas, pero se que es una noche importante para mi mejor amiga Claudia así que agarro mi campera y sin pensar salgo de la habitación. Después de maquillarme salgo a la calle a esperar a benicio, un compañero de universidad. Lo conozco desde el año pasado cuando cursamos una materia con el mismo profesor y empezamos a juntarnos a estudiar en mi departamento, desde ahí se puede decir, que somos mejores amigos.
Durante el viaje a la previa charlamos de los exámenes próximos y de su ex-novia que no para de llamarlo. Ella lo dejó a el por otro algo que no entiendo, primero porque al final lo termina llamando y segundo, como alguien puede dejar a benicio? Es alto y fuerte, morocho de un color negro profundo y de ojos celestes. En el momento que me empezó a hablar en la clase de química realmente creí que se equivocaba, era imposible que alguien salido de un libro se aparezca en mi clase, todos son nerds, no feos pero nerds. Cuando nos empezamos a conocer me di cuenta que no era engreído ni asqueroso y tampoco le importaba que las chicas se lo queden viendo.
Llegamos a la previa, Claudia y cinco de sus amigas de la universidad ya están tomando. Por un lado esta Fernanda que es alta y delgada , rubia y gritona, muy gritona; Jazmín, que es más baja e introvertida al principio hasta que entra en confianza; Marcela es de altura normal y pelirroja hasta morir, tiene un sentido del humor muy parecido al mio con sarcasmo; Agustína,que es de esas chicas calladas, las que al principio parecen inofensivas y después siempre encuentran la manera de demostrarte que no lo son,obvio, Claudia no lo acepta cuando se lo digo; y por último, Gaston, es gay y una de las mejores personas que conozco, alto, flaco, extrovertido y cariñoso.
Me siento entre Claudia y jazmín e intento charlar a pesar de la música, algo que me resulta totalmente difícil. Miro a benicio que esta concentrado en su teléfono y con el seño fruncido, eso ya se porque es. De golpe se levanta y se va con el teléfono en el oído, aunque me da curiosidad no me levanto.
Claudia esta tan feliz, la conozco desde que entro al aula con dos trenzas y un vestido rosa; era la amiga nueva que yo estaba decidida a tener así que le ofrecí el lugar de acompañante en mi banco y desde ahí nunca mas nos separamos y cuando digo nunca es nunca. Es baja, muy baja y tiene un carácter fuerte de esos que si no la conoces te parece mala persona pero por dentro es pura luz. Ama su pelo largo y salir al boliche mientras la universidad se lo permita, estudia medicina.
Benicio vuelve pero con tres amigos mas de los cuales sólo conozco a uno, Cristian,que cursa con nosotros. Cuando me ve me sonrie pero hace un saludo general al cual se le unen los demás chicos y comienzan a preparar el ron.
Cuatro de la mañana y estamos entrando al boliche. Gaston entra conmigo de la mano algo que hacemos solo para reírnos de las caras de los demás por un rato. Benicio viene atrás con Fernanda e instintivamente me gustaría que se aleje pero no lo hace.
Me dedique a bailar con Claudia y pasarla bien. En algunos momentos terminaba parada buscando a benicio, estúpida, tiene 22 años y esta guapísimo no va a estar pendiente de vos.
Ya cuando se hacen las seis es el momento donde empiezo a despedirme. Claudia borracha me abraza para que me quede pero nos conocemos demasiado, ya sabe que aunque llore y patalee no me voy a quedar y si yo hago lo mismo ella se va a la barra y se pide otra corona. Así que me voy. Empiezo a caminar hacia la salida y me encuentro a Cristián bailando junto a sus amigos que para cuando me doy cuenta no me se ninguno de sus nombres.
- hola crissss - le digo, se que odia cuando arrastró la s pero esta tan borracho que ni se da cuenta.
- hoolla señññorrrrita isabbla- okey, si, esta muy borracho.
- me voy, me quería despedir de benicio sabes donde esta ?- le pregunto.
Me señala el patio y me fui saludando con la mano. Ya cuando estaba yendo tenia un mal presentimiento. Sabia que a benicio no lo iba a encontrar solo, pero seguí caminando, tonta issa.
Estaba sentado en un banquito con Fernanda en su regazo.
No me podía mover.
No podía.
Y tampoco me entendía. Es benicio issa, porque te pones así?
Pero de golpe empieza a mover la cabeza para donde estaba petrificada; con solo un segundo que sus ojos celestes y su puta sonrisa perfecta se dirigieron a mi me di vuelta sobre mi misma y corrí.
Pague el taxi y subí corriendo las escaleras, ni siquiera use el ascensor. Me metí en la cama y llore. Como hace mucho que no hacia. Porque Fernanda? Si, es linda pero grita tanto y solo le importa lo superficial, seguro lo use como aventura y lo deje. Ojala.
Apague el teléfono y cansada de llorar me dormí.