Cuando llego a la calle, me hago una colita en el pelo e intento tomar aire. Puedo respirar bien, obviamente, pero es la angustia que siento en el pecho lo que pesa. Me abrazo a mi misma a causa de lo mucho que estoy temblando. Miro para todos lados y ni siquiera se porque. La gente tampoco.
- Estas empezando a asustar, tranquilizate - pienso.
Alguien apoya las manos en mi espalda y sin pensarlo, le pego en el estómago. Linda sorpresa. El chico está semi arrodillado con las manos apoyadas en su panza.
- Perdón - le digo a pesar de no saber quien es.
- No no, ahora Jabalina va a responder por tus actos - dice en tono de broma y mi intento de risa empeora las cosas.
Juliano, se queda un segundo inmovil para después abrazarme. No puedo controlar el llanto, y escondo la cara en su hombro.
- Estás temblando - dice y pasa su campera por mis hombros - Bueno bueno - repite mientras me acaricia el pelo suavemente.
Cuando doy distancia entre nosotros y cruzamos miradas empezamos a reír. Porque sobre todas las cosas, nada tiene sentido.
- Gracias Jul - le empiezo a decir pero freno cuando veo que se cae.
Parado con los puños cerrados, Benicio mira la escena con total repulsión. No le da tiempo a Juliano para acomodarse, lo agarra de los brazos y levanta del piso. Claudia, Mike y Cristian salen del boliche y parecen tan desconcertados como yo.
- Para Benicio - le digo, pero no me escucha.
Le pega una piña en el estómago sin ni siquiera soltarlo. Cristian reacciona e intenta separarlo pero no lo logra.
- Alguien puede llamar a seguridad? - grita. Cristian. Su mejor amigo.
Juliano logra zafarse y pegar una piña pero ya ni siquiera importa. En un segundo, estamos rodeados de borrachos y dos hombres de seguridad consiguen retener a Benicio. Tiene la mirada perdida, ni siquiera puedo creer verlo de esta manera. No corre la mirada de Juliano y se le notan las ganas de seguir peleando.
- Benicio - digo . Apenas me ve le cambia la cara, pero lo que menos encontras en su expresión es amor. Cristian y Mike se lo llevan en dirección al chevy. Cuando camina gira, ya no mira a Juliano, me mira directo a mi. De la peor manera que alguien te puede mirar, decepcionado.
Sabía que iba a mirar una vez más, asique aproveche y me ocupe de Juliano.
- Déjame ver - le dice Claudia. Tiene sangre que le cae por la frente y el labio inflamado.
- La camisa sigue intacta no? - pregunta - Bueno, hasta quedo más fachero con las manchas de sangre - tira en broma y la única que no se ríe soy yo.
- Vamos a casa - digo y me ocupo de frenar un taxi.
- No enserio estoy bien - le dice Juliano a Claudia, no escucho que le responde ella pero la voz de Juliano es inevitable - Reconozco a un pibe celoso, no valía la pena empeorar las cosas.
- Ya esta el auto - grito y les abro la puerta para que entren.
// Benicio //
La abrazaba y mecía despacio de un lado para el otro. Le acariciaba el pelo y ella agarraba su camisa. Tuve que contenerme para no golpearlo mientras seguian asi. Tuve que soportar verlo abrazar a la persona que mas amo, y lo que es peor, a la persona que tenía que estar abrazando yo.
- No ves cómo le responde el abrazo? no tiene ganas de estar con vos - me repetia la vocecita.
Apenas la soltó, cruce los dos pasos que quedaron y lo empuje. Sentí una oleada del perfume de Isabella pero no alcanzó para hacerme frenar. Nada me freno. Ni siquiera yo mismo. Lo empuje y el muy tonto cayó al piso. Lo levanté y le pegue en el estómago, después creo que le volví a pegar. Cristian intentó ayudarlo pero sabe cuando no tiene que meterse, aunque podría haberse callado.
Me había olvidado totalmente de Isabella hasta que dijo mi nombre. Quise ir con ella, preguntarle si estaba bien, pero mi cabeza reprodujo la risa que escuche cuando la vi con Juliano y no pude. Dejó que la abrace y la consuele.
- La tapó con su campera - digo y le pego al asiento del conductor.
Mike maneja el chevy y Cristian lo acompaña adelante. Por el recorrido se que estamos yendo al departamento de mi mejor amigo y, aunque solo tenga ganas de ver a Isabella, no puedo evitar sentir asco. Irónico es, que la única persona que me puede controlar en este momento es la causa de que no lo esté. Desde lo que paso con mis viejos, no soporto la infidelidad y ella lo sabe. Lo sabe e igual estuvo con otro.
- Porque ya no te quiere - si la voz interior fuera una persona física le pegaria también.
Llegamos al departamento y no me importa nada. Ni la puerta del chevy, ni la de Cristian, ni el portaretrato sucio que tiene de sus viejos con la perra. Le suena el teléfono a Mike y nos miramos los tres.
- Es Claudia - dice mientras atiende.
- Hola? - responde - Si si, estamos acá.
- Que dice? - pregunto, pero Mike me frena con la mano.
- Espera - agarra un almohadón y me lo tira - Si, ya está más tranquilo.
- No entiendo nada, sos boludo? - digo y Cristian se ríe.
- Bueno, despues hablamos, te quiero - corta la llamada.
Con solo verlo, me doy cuenta que tiene algo para decirme que no me va a gustar.
- No quiere verme no? - pregunto, y Mike niega con la cabeza - Bueno mejor, porque yo tampoco quiero.
Y a pesar de repetirlo en mi cabeza mil veces, todavía no consigo creerlo.