Con el abrazo, la levanto un poco del piso y se ríe. Sus ojos son de color marrón, de esos que al resto les parece común, pero para mi no hay otros iguales. No es un color oscuro, ni tampoco suave; en los bordes se intensifica pero después, cerca de la pupila, se aclara dejando ver algunas manchitas.
- Deja de mirarme fijo, está empezando a darme miedo - dice en tono de broma.
En nuestra amistad siempre fui el más demostrativo, o el que siempre dice lo que siente y no le importa. No se. Isa es cerrada con las palabras, se expresa corporalmente y muy de vez en cuando puede llegar a decirte te quiero.
- Que mala sos conmigo - le digo, mientras veo por la ventana como un auto estaciona frente a lo de Isa.
Lo reconozco y mi cuerpo se tensa al instante. Isa no tarda en hacerlo también y sale disparada a la calle. Me quedo un segundo parado sin saber qué hacer. Quiero ir y romperle los dientes de un golpe pero se que no lleva a nada bueno.
- Desde cuando pensas en las consecuencias? - dice la vocecita en mi mente.
Los veo charlando en la vereda. Él alto y rubio, mira a Isa embobado como si fuese su próxima presa. Cierro los puños y salgo. Hoy, por fin, puedo estar con ella y nadie se va a meter entre nosotros.
No tardo más que un segundo y ya estoy abrazándola por los hombros.
- Hola, Felias - se presenta el tonto.
- Hola, un gusto. El novio - digo y siento a Isa bufar.
- Bueno, vine solo a dejarte la campera - lo voy a matar - Tenes mi Instagram en el bolsillo, por si queres ver la foto de anoche - habla como si yo no estuviera abrazando a Isa.
- Gracias Feli, y por traerme anoche - le dice y se safa de mi abrazo para darle un beso en el cachete. Miro para otro lado, enojado.
- Adios novio de Isa - dice el tonto provocando.
- Mejor seria que te controles - me ordena la voz, pero es prácticamente imposible.
La esquivo a Isabella y dejo de pensar. Ya esta caminando para el auto dando la espalda.
- Ei, tontito - le grito. Cuando se da vuelta me rio, y de verdad, es para reirse. Siento tanta adrenalina que escucho a Isa decir algo pero no le doy importancia. - Mantenete alejado, escuchaste?
- Si es tu "noviecita" la que me escribe, no te hagas el pavo real - lo que pasa, apenas termina la oración, es algo que no me voy a poder olvidar jamás.
Isa pasa corriendo y le pega en su amigo. La situación es una mierda, pero verla de esta manera me hace reir. Esa es mi chica.
- Deberías cuidarla vos, no te parece? - dice la vocecita otra vez, y aunque no me la banque más, tiene razón.
La abrazo despacio para poder entrar a la casa pero se resiste. No puede ser tan terca.
- No vuelvas a aparecer, pelotudo - le grita mientras se intenta levantar del piso, y ella lo vuelve a empujar. Esto es digno de ver.
Cuando ya no da para más, la levanto del suelo y entramos. Por un segundo nos miramos. Al principio, tiene enojo puro en los ojos pero después afloja y empieza a reírse. Me acerco de a poco, quiero respetarla, no presionarla, ni lograr que se canse de mi. La tomo por la cintura y rozamos nuestras narices. Parece algo tan insignificante pero íntimo a la vez. Esto no lo hago con Isa mi amiga, lo hago con Isa, a la que quiero como novia. Corto el espacio entre nuestros labios y empiezan a moverse conectados como nunca imagine. Es posible hacer algo por primera vez, con la impresión de haberlo hecho toda la vida.
Me agarra de la espalda y me pega más a su cuerpo. La alzo y siento en la mesita del hall. El beso se intensifica y yo no puedo estar más deacuerdo. Ahora reconozco lo mucho que siempre quise esto, lo mucho que lo necesite. Mete las manos bajo la remera apretando mi espalda y costados. La imito y toco su espalda, tiembla en donde la rozo. Yo solo quiero que no exista espacio entre los cuerpos. Apoyamos frente con frente y respiramos agitados. Noto como tiene los cachetes sonrojados y una sonrisa, que estoy segudo, de ahora en adelante será mi perdición.
Le dejo besos cortos en los labios, cachetes, cuello y ella ríe como a una nena a la que le hacen cosquillas. Se soprende con el ruido del teléfono fijo al caerse de la mesa y me hace reir.
- Sos tan linda - le digo. No sabia que era posible, pero se sonroja aun más.
Antes de que llegue a responder, escuchamos a sus padres charlar y girar el picaporte. No sé cuándo ni cómo, pero logramos que el teléfono vuelva en menos de un segundo a su lugar y a nosotros nos separaba una eternidad, para mi gusto.
- Ay hola chicos - dice Catherine, con una no disimulada sorpresa, de encontrarnos parados en silencio en pleno hall - Que hacen?
- No puedo creer lo boludo que sos - se hace notar la vocecita otra vez - Deci algo.
- Recién bajamos del living, buscábamos la campera de Isa - salen las palabras sin pensarlo. - Me porfeaba de que anoche no había quedado acá, pero bueno - Isa se ríe fuerte y me pega con la campera.
- Que raros son - dice Catherine y no se lo puedo negar.
Separados somos ordinarios, pero la combinación de los dos es tan rara como perfecta. Si alguien hace un mes me hubiera dicho que Isa era quien me hacia feliz lo hubiese negado, aunque ahora, le daría la razón.