Despierto y estoy solo en la cama, me levanto pero no encuentro a Isa. Mi teléfono marca las doce del mediodía. En el living no está su bolso y hay un papel pegado en la puerta:
- No te quise despertar, hay yogur en la heladera.
Gracias por lo de anoche.
Nos vemos.
Isa.
Busco la remera en el cuarto y la encuentro en el piso. El departamento de Isa la representa en todo, desde el color de las paredes, hasta los portarretratos con fotos de toda su familia y algunas con claudia y conmigo. Tiene unos palitos que largan perfume, siempre los odie porque el olor es fuertisimo pero le encantan porque son lavandas, esas flores violetas que no conozco. Pero bueno, cada loco con su tema. Desayuno el fondo de yogur que le queda con cereales, en la barra que separa la cocina del living. La heladera la tiene tapada con calendarios, frases, imanes y mas fotos. Hay una en especial que me hace sonreír. Somos nosotros. Isabella mirando a la cámara con cara de estar explicando algo y yo al lado, mirándola mientras sonrío como un boludo. Seguro el chiste era bueno.
- O estás bastante hasta el fondo Benicio - dice una vocecita en mi cabeza.
Mejor me voy a entrenar un poco. En el camino, desde su departamento al mio le mande dos mensajes pero no le llegan, debe de estar viajando todavía. En el gimnasio, logro no pensar en otra cosa que no sean los ejercicios y me ayuda a relajarme, pero ya en casa duchandome es otra cosa. Me acuerdo de los moretones de Isa, escucharla llorar, no saber qué decir. Golpeo la pared y preferiría que sea la cabeza de Marcus. Isabella está negada a hablar de él, por lo que me dijo anoche cree que con la denuncia se saca el tema de encima, y ojalá tenga razón. La quiero tanto y necesito que este bien. Ya no se como manejar lo que siento y me molesta. Es mi mejor amiga y solo quiero que le pase lo mejor pero pareciera que a donde voy con ella, siempre le pasa algo malo. O le intentar robar y se quiebra, o se cruza con un descerebrado en el boliche. No fui capaz de cuidarla en ninguno de los dos momentos. Me suena el celular y salgo rápido de la ducha, aunque mis ganas eran muchas, no es Isa la del mensaje. Cristian me dice de ir a tomar algo con una chica que está saliendo y una amiga, pero le digo que no.
- Cambiate y dejate de joder - escucho a Cristian decir en un audio - Es sábado y vas a salir, fin del tema.
Le clavo visto y la llamo a mamá. Hablamos por lo menos una vez por semana, pero siempre para estas fechas la llamo seguido. Mi vieja es la persona más importante de mi vida, tenemos una relación buena y somos muy unidos. No me cuesta decirle que la quiero y agradecerle todo lo que hace por mi.
Al final decido ir a tomar algo con los chicos y quedamos en que a las diez nos encontrábamos en el bar. Generalmente soy el que se encarga de buscar a las personas o, el que llega temprano y elige mesa. Esta vez busco una que esté afuera, porque el tiempo ya está cálido en Buenos Aires. Elijo la de la esquina y si estuviera Isa aca, le encantaría por las luces. Cristian no tarda en llegar, acompañado de dos morochas altas que marcan presencia. Me sorprendo cuando veo que mi mejor amigo, el que nunca se enamora, abraza a la más baja. Las próximas tres horas pasan bien, no se generan silencios incómodos y me encargo de joderlo a Cristian todo lo posible. A Josefina la conoció por tinder, y están saliendo hace dos semanas. Parece poco tal vez, pero se nota que es importante para él porque sino no la presenta. Lourdes, la amiga, dice no tener tinder pero no le presto mucha atención. Tomamos cerveza y pedimos algo para picar. Pensé menos en Isabella aunque estuve atento al teléfono que no sonaba. Cristian y Josefina empiezan a sacarse selfies lo que hace que tenga que charlar con Lourdes. Parece divertida y no es tímida así que charlamos lo típico, la universidad, si trabaja o donde vive. En una de esas, nos sacan una foto y la suben a Instagram. No me molesta porque la verdad que es un simple historia que dura veinticuatro horas y no hace nada. Después las chicas se van al baño y charlamos nosotros:
- Le encantas - me dice.
- Que decis vos, ahora te encanta sacarte fotos eh
- No me cambies de rumbo gil - largo una carcajada - Lourdes te vio por Instgram e insistía en salir los cuatro, le gustas hermano.
No le llego a responder porque vuelve las chicas y empiezan a charlar otra vez. Me vibra el teléfono en el bolsillo y veo que es un mensaje de Isa
- Estuve todo el dia en familia, perdón que no conteste, te quiero un beso - odio admitirlo, pero no tenes que ser un experto para adivinar que mi sonrisa es gracias a ella.
- Estas bien? yo tambien te quiero Isabella - le respondo, pero pasan unos cuantos minutos y ella no lo hace.
- Capaz se está bañando - calculo los minutos y ya pasaron los diez que una persona tarda en hacerlo - Te estas volviendo loco.
Me decido por llamarla y me atiende al segundo tono. Me alejo un poco del bar para escucharla mejor.
- Isa, estás bien? - le pregunto y la escucho llorar.
- Si, solo es que - empieza pero se calla.
Volví a la mesa a buscar mi campera y despedirme sin cortar la llamada.
- Para para Benicio - me grita Crtistian - A donde vas? vas a dejar en banda a Lourdes? dale quedate
- Sisi todo bien, es solo mi vieja - miento.
Me voy la vuelta y me subo al chevy. Veo que todavía no cortó la llamada asique aprovecho para seguir charlando en la tranquilidad de mi auto.
- Isa seguis ahi? - pero nadie responde - Isabella respondeme, esta todo bien?
- No sabia que estabas con alguien, perdón - me dice y corta.
Le pego al volante y tiro el celular en el asiento del acompañante. Prendo el auto y manejó hasta mi departamento, donde hago un bolso chico con lo esencial. Ya la deje sola muchas veces, no lo pienso volver a hacer. Freno en la estación de servicio, cargo y compro comida, me espera un largo viaje.