Parte 5

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 El cielo ya estaba oscureciendo, Daniel corría por las calles vacías de los suburbios... se dirigía a casa, sus ojos estaban llorosos... tan húmedos que no le permitían ver muy bien. Él solo corría lo más rápido que podía, quería llegar a casa y olvidarse de todo, olvidarse de lo que pasó esa tarde... como no podía ver bien por sus ojos llorosos, tropezó y cayó sobre sus rodillas, le dolió al principio, pero luego de examinarlas bien, vio que solo tenía raspones, ningún moretón... decidió ignorar el dolor que aún tenía en las rodillas y seguir corriendo, las lágrimas caían una a una en la acera.

Antes de sacar sus llaves para abrir la puerta de su casa limpió sus lágrimas, no quería preocupar a su mamá y en especial a su padre, que lo inundaría de preguntas si lo veía así y obvio que Daniel no le respondería con la verdad... o Eduardo se enteraría de que su hijo es gay. El rubio terminó de limpiar sus lágrimas y entró a casa tratando de poner una cara alegre, mas no pudo hacerlo. Kelver que ya había llegado a casa y ahora estaba en el living, cuando vio entrar a su hermano menor se sorprendió de verlo así, sin su sonrisa habitual, así que se acercó a él de inmediato.

- ¿Daniel que tienes, por qué traes esa cara?

- ... Kel...

- ¡Te raspaste las rodillas! ¿te duele mucho?

- No... ya no me duelen...

- Daniel, ¿dime que pasó, a donde fuiste?

- ...

- ¿Dani?... mejor le digo a mamá.

- ¡No! Espera Kelver, no le digas a mamá... no quiero que se preocupe.

- Entonces dime que pasó.

- Te lo diré, pero después... por favor Kel... yo, quiero estar solo ahora.

- Pero... Daniel... en serio me preocupas.

- Estoy bien... hermano, en serio, te contaré después de la cena.

- ¿Me lo prometes?

- Sí, voy a mi habitación.

Daniel subió las escaleras de forma lenta, dejando a su hermano mayor solo en el living. Ya en su habitación, Daniel dejo apagada la luz y se sentó en su cama, los recuerdos de esa tarde empezaban a invadir su cabeza una vez más, las lágrimas volvían a brotar, Daniel no se contuvo... Lloró ahí, sentado en su cama. Después de varios minutos llorando se recostó sobre el suave colchón y secó algunas lágrimas de sus mejillas con sus sabanas. Eliot era un tonto... ¿por qué le había dicho eso ahora?... ahora que ya estaba enamorado de alguien más...

___________FlashBack____________

Daniel y Eliot habían llegado a un parque cercano, El rubio acariciaba a Rex que se había quedado dormido en sus brazos. Él viento no soplaba demasiado y era agradable, a veces se escuchaba el crujir de las hojas de otoño cuando caían al suelo.

- Daniel ¿seguro que no tienes frio?

- Nop, estoy muy bien... Rex que quedó dormido.

- Eso quiere decir que le agradas, mira ahí hay una banca vacía, ¡vamos!

El y el castaño se sentaron en esa banca limpia y bien cuidada, Daniel le entregó al carrocho dormido a Eliot y este puso a Rex en una bolsa especial que había cosido para él dentro de su chateco, así el carrocho podía estar caliente y con la cabecita afuera para respirar.

- Rex se ve bastante tierno -dijo el rubio mirando al perrito mientras dormía con la cabeza fuera del chaleco de Eliot.

- Sí... y... ¿sabes? Tú también eres muy tierno Daniel -dijo el castaño acercándose un poco más a Daniel.

El Chico de la bici [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora