Dos semanas, exactamente habían pasado dos semanas desde que las clases habían comenzado y también dos semanas en las que nuestro rubio veía cada vez más extraño a su novio de cabello azabache, por fuera era el mismo pero el rubio ya no sabía exactamente qué era lo que pasaba por su mente, era algo que preocupaba a Daniel cada vez más, al principio no lo notaba pero desde que su tercer mes-aniversario lo pasaron casi como un día cualquiera, sí le pareció rara el comportamiento de Leonardo... ¿Sería que Daniel había hecho algo mal? O ¿El azabache habría tenido un problema familiar? Daniel Samudio no tenía las respuestas y cada vez que se quería acercar a su novio para preguntarle si todo estaba bien, luego retrocedía y tampoco sabía porque no se atrevía a preguntárselo.
Por una semana entera Daniel despertaba y deseaba que todo fuera igual que antes, amanecía con una sonrisa en el rostro, que trataba de mantener durante todo el día, pero... había algo extraño, en serio sentía que Leonardo como que lo estaba evitando o escondiéndole algo... ¿sería una sorpresa? ¿Cómo cuando le vas a hacer una fiesta sorpresa a alguien? ¡Claro, eso tenía que ser! Aunque... si fuera una fiesta sorpresa entonces ya se la habría hecho en su tercer mes... o tal vez para que sea más sorprendente lo haría un día en que el de ojos azules no se lo esperaría. Esa idea hiso que Daniel sonriera más y que sus ganas de ir a visitar a su novio se incrementaran, así que se puso su bufanda y su gorro de lana rumbo a la casa de Leonardo.
Mientras que en la casa de la familia Grajeda, la casa no estaba tan silenciosa. Leonardo estaba recostado en el sofá tratando de ver televisión pero no podía concentrase, podía escuchar a Marvin tocando su guitarra eléctrica en su habitación y también escuchaba la vocecita de su primo que estaba en el segundo nivel de la casa, seguro estaría hablando por celular con uno de sus amigos, solo había pasado dos semanas desde que Xavi entró a su último año de primaria y ya se había hecho con muchos amigos, no había duda de que ese pequeño es muy sociable, pensaba Leonardo "No sé de qué lado de la familia, pero bueno..." trató de sonreír pero no le funcionó mucho, era increíble tanta culpa que aún podía sentir... A Xavi parecía que ya se le había olvidado ese beso que se dieron, pero... a Leonardo aún no se podía olvidar de eso y cada vez que más tiempo pasaba la culpa seguía siendo la misma o peor... aumentaba. Pero no podía decírselo a Daniel, decirle a su novio que él se había besado con Xavi sería muy malo para su relación, sin contar tantas veces que Daniel se ponía celoso de ese niño de once años... ahora que se enterara que sí se habían besado... no, Daniel no se podía enterar.
- Oye antipático, si vas a dormir mejor anda a tu cama.
- No jodas Marvin, no estoy durmiendo, solo estaba descansando los ojos.
- Bueno como digas, voy a salir a una práctica con la banda. Dile a mamá que regreso después de la cena.
- Bah, está bien...
Leonardo ni se había dado cuenta en qué momento Marvin había dejado de tocar, en serio que se podía perder en sus propios pensamientos, el azabache mayor salió de la casa, por lo menos ahora estaba un poco más silencioso, excepto por la pequeña voz de Xavi que aún se podía escuchar desde arriba. Leonardo decidió ponerle más atención a la televisión, tal vez si se relajaba un poco...
No pasaron ni diez minutos que Marvin había salido que se escuchó el timbre de la puerta, Leonardo dejó que el timbre sonara, tal vez sería una estúpida broma de su hermano mayor para hacerlo levantar del sofá, pero cuanto más minuto dejaba pasar más sonaba el timbre, así que con algo de enojo se puso de pie para ya abrir la puerta de una vez.
- ¡¿Quién está tocando tanto?! -dijo el azabache un segundo antes de abrir.
- Ehh... yo.
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El Chico de la bici [Completa]
FanfictionYa estaba asomándose por la ventana de su casa, seguramente ese chico pelinegro y con piel muy blanca pasaría muy rápido con su bicicleta frente a su casa otra vez, y eso animaba al rubio de 14 años recién cumplidos.